1. EL PASTOR MENTIROSO EL PERRO ENVIDIOSO. ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?
Cierto pastor que apacentaba sus ovejas en el Cierto perro muy envidioso se acostaba en Habitan unos ratoncitos en la cocina de su casa cuya dueña
monte, se divertía alarmando a los labradores un pesebre lleno de paja, y cuando venían tenía un hermoso gato, tan buen cazador, que siempre estaba
diciendo que venía un lobo y pidiéndoles socorro. los bueyes al establo no los quería dejar al acecho. Los pobres ratones no podían asomarse por sus
comer. Un día, se acercó un buey para tomar agujeros, ni siquiera de noche. No pudiendo vivir de ese modo
Acudían todos, y al ver que no era cierto,
un bocado de paja, pero el perro se puso por más tiempo, se reunieron un día con el fin de encontrar un
regresaban a su trabajo. Por último, se dieron medio para salir de tan espantosa situación.
cuenta de que el pastor se burlaba de ellos. furioso, ladrando y enseñando los dientes.
Sucedió, sin embargo, que una vez se presentó el
lobo de verdad, entró en su rebaño y causó -Bestia envidiosa - le dijo el buey -. ¿Tan -Atemos un cascabel al cuello del gato - dijo un joven ratoncito
-, y por su tintineo sabremos siempre el lugar donde se halla.
considerables destrozos, porque a pesar de los malo eres que ni siquiera permites que me
gritos de auxilio del pastor, nadie quiso moverse, aproveche de lo que el amo destina para
Tan ingeniosa proposición hizo revolcarse de gusto a todos los
creyendo que se trataba de otra burla. nosotros y que a ti no te sirve para nada?
ratones, pero un ratón viejo dijo con malicia:
Dejemos que los demás aprovechen lo que a
La mentira siempre produce sinsabores, y al - Muy bien, pero, ¿Quién de ustedes le pone el cascabel al
nosotros no nos hace falta.
mentiroso nadie le cree por más que diga la gato?
verdad.
Nadie contestó.
Es más fácil decir las cosas que hacerlas.
EL PASTOR MENTIROSO EL PERRO ENVIDIOSO. ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?
Cierto pastor que apacentaba sus ovejas en el Cierto perro muy envidioso se acostaba en Habitan unos ratoncitos en la cocina de su casa cuya dueña
monte, se divertía alarmando a los labradores un pesebre lleno de paja, y cuando venían tenía un hermoso gato, tan buen cazador, que siempre estaba
diciendo que venía un lobo y pidiéndoles socorro. los bueyes al establo no los quería dejar al acecho. Los pobres ratones no podían asomarse por sus
comer. Un día, se acercó un buey para tomar agujeros, ni siquiera de noche. No pudiendo vivir de ese modo
Acudían todos, y al ver que no era cierto,
un bocado de paja, pero el perro se puso por más tiempo, se reunieron un día con el fin de encontrar un
regresaban a su trabajo. Por último, se dieron medio para salir de tan espantosa situación.
cuenta de que el pastor se burlaba de ellos. furioso, ladrando y enseñando los dientes.
Sucedió, sin embargo, que una vez se presentó el
lobo de verdad, entró en su rebaño y causó -Bestia envidiosa - le dijo el buey -. ¿Tan -Atemos un cascabel al cuello del gato - dijo un joven ratoncito
-, y por su tintineo sabremos siempre el lugar donde se halla.
considerables destrozos, porque a pesar de los malo eres que ni siquiera permites que me
gritos de auxilio del pastor, nadie quiso moverse, aproveche de lo que el amo destina para
Tan ingeniosa proposición hizo revolcarse de gusto a todos los
creyendo que se trataba de otra burla. nosotros y que a ti no te sirve para nada?
ratones, pero un ratón viejo dijo con malicia:
Dejemos que los demás aprovechen lo que a
La mentira siempre produce sinsabores, y al - Muy bien, pero, ¿Quién de ustedes le pone el cascabel al
nosotros no nos hace falta.
mentiroso nadie le cree por más que diga la gato?
verdad.
Nadie contestó.
Es más fácil decir las cosas que hacerlas.