Fábula adaptada para niños y niñas del nivel primaria.

1. EL GATO Y EL CUY
FÁBULA ADAPTADA
Autor: Renzo Torpoco Rojas
Maratón de la Lectura 2021

2. Un gato callejero ingresó a una casa donde vivían unos abuelitos.
Quería atrapar y comerse a los cuyes que tenían en jaulas que
criaban para vender y ganarse el sustento diario.

3. El gato ingresó sigilosamente a la jaula sin que se dieran cuenta
los cuyes y atrapó a uno de ellos. Era el más gordito de todos y lo
hizo con la intención de comérselo, ya que no había probado
bocado por varios días y estaba hambriento.

4. En eso, uno de los cuyes más viejos y sabios de la jaula al ver que
se quería comer a uno de sus compañeros le dijo al gato: “Hay gatito
como te conformas con tan poco, sabes mi amo nos da de comer
carne, pollo, pescado y leche. Pero a nosotros no nos gusta”

5. “¿Cuando se ha visto que un cuy coma carne y leche?
-Nosotros solo comemos alfalfa, avena o cáscaras de papa, zanahoria
entre otros. Por el contrario, te envidio compadre … ¡Cómo quisiéramos
estar en tu lugar y poder disfrutar de la libertad y andar por el mundo
comiendo todo tipo de verduras!”

6. Compadre te propongo un trato…¿Qué te parece si se me dejas en
libertad y tu te quedas en mi cambio? Mis dueños te alimentarán todos
los días con aquella comida que no nos gusta pero supongo que a ti sí…

7. Entonces el gato pensó en todos los manjares que podría comer estando
ahí y dejó en libertad a todos los cuyes de la jaula esperando la comida
de que tanto le habían hablado.

8. En eso vino la abuelita Tuca trayendo consigo alfalfa para alimentar a
sus cuyes. Cuando vio que no había ningún cuy, pensó que el gato dentro
de la jaula se los había comido en su desesperación dijo: ¡Mishi
desgraciado! ¡Te haz comido a mis cuyes! ¡Ahora verás…!

9. Finalmente, la abuelita agarró un palo y molió a golpes al minino quien se confió
de lo que le habían dicho los astutos roedores. A un costadito se reían los cuyes
por haber engañado al gato.
MORALEJA: Nunca te confíes de todo lo bonito que te ofrezcan o digan porque
puede ser una mentira o un engaño.