Ultimamente se esta volviendo popular el tema de ovnis y alienígenas de otro mundo, planeta o dimensión.
¿Pero?, ¿Estará relacionado con el tema religioso?, Vienen a ayudarnos a destruirnos?, ¿que buscan?, estas son algunas de las muchas preguntas que se pueden encontrar acerca de este tema.
1. ¿ES DIOS UN EXTRATERRESTRE?
Si difícil nos resulta admitir siquiera la posibilidad de
que seres extraterrestres tuvieran una presencia y
notable influencia hace miles de años en una cultura y
ubicación tan lejanas como las de la antigua
civilización maya, cuánto más difícil nos ha de resultar
superar todas nuestras ideas preconcebidas,
inculcadas en nuestro interior por nuestra educación y
cultura.
Quizá podamos admitir que los mayas recibieron la
visita de seres extraterrestres a los que veneraron
como dioses y de los que recibieron conocimientos y
sabiduría durante siglos. ¿Pero qué pasa si son
nuestras propias creencias, o las de nuestra cultura,
las que se ven medidas por el mismo rasero?
Como adelantamos ya en la introducción de esta serie
de artículos, admitir la naturaleza extraterrestre de
Dios, definiéndolo como un ser corporal de carne y
2. hueso no tiene por qué afectar a su carácter, virtudes
ni naturaleza. Seguiría siendo un ser superior,
poseedor de conocimientos y técnicas aún hoy
sobrenaturales, y lo que es más importante, poseedor
del mensaje y las finalidades que impregnaron sus
hechos en el pasado.
Aquel que sea un auténtico creyente no debería
preocuparse por la naturaleza última de Dios, sea una
nube de vapor, un concepto mitológico derivado de la
observación de la naturaleza, un extraterrestre o un
espabilado escondido detrás de una piedra y hablando
a través de una estatua. Lo importante de una creencia
es el mensaje, la finalidad, el objetivo a que conduce,
que en el caso del cristianismo es el amor y la paz
entre los hombres. Y este mensaje no es en absoluto
incompatible con una posible naturaleza extraterrestre
de Dios.
El prestigioso autor español J. J. Benítez presenta en
varios de sus libros la teoría de que también el dios
cristiano tiene un origen extraterrestre.
En sus estudios, el investigador sugiere la posibilidad
de que exista una o varias "razas" extraterrestres de
un nivel intelectual y tecnológico muy superior al
nuestro que desde hace miles de años vienen
visitando nuestro planeta e influyendo, lo más
discretamente posible, en nuestra evolución intelectual
y espiritual.
3. Estos seres, infinitamente más cercanos que nosotros
a la Perfección absoluta habrían estado
preocupándose por nosotros desde antes de que el
mundo existiera y vendrían tutelándonos para
ayudarnos a avanzar por el camino de esa Perfección,
aunque siempre respetando la libertad individual y la
necesidad, imprescindible en cualquier aprendizaje, de
equivocarse para poder encontrar la verdad.
El autor busca sus fuentes tanto en los textos de la
Biblia como en los llamados Evangelios Apócrifos,
reconocidos por la Iglesia como redactados por un
autor sagrado aunque no investidos de la inspiración
divina.
Por supuesto que la calificación de un texto como
dotado o no de esa inspiración depende únicamente
de criterios humanos, los responsables en cada
momento de su calificación. De hecho, después de
haber sido ocultados y luego perseguidos, la misma
Iglesia Católica les reconoce hoy a estos textos un
gran valor, especialmente en lo referente al desarrollo
de algunos puntos concretos que los Evangelios
Canónicos no desarrollan suficientemente.
Idéntica finalidad persigue J. J. Benítez, en especial en
lo referente a extender las informaciones que los libros
oficiales presentan sobre la concepción y nacimiento
de Jesús de Nazaret. Para ello utiliza los Evangelios
apócrifos de Santiago, de Mateo, el Libro sobre la
Natividad de María, el Evangelio de Pedro y el
Armenio y Árabe de la Infancia de Jesús, todos ellos