2. CONCEPTO
En este sentido el hombre, se convierte también en objeto de la
misma revelación divina. Sólo a la luz de la salvación que Cristo
nos trae descubrimos a qué estamos llamados y, por consiguiente,
quiénes somos.
A partir de la revelación el cristianismo puede, y aún debe,
reivindicar una noción propia del hombre, que en muchos aspectos
coincidirá con la que ofrezcan la filosofía y las ciencias humanas y
que deberá enriquecerse con sus aportaciones, pero que poseerá
una irrenunciable originalidad. En este sentido hablamos de
"antropología cristiana".
3. EL HOMBRE, CREADO A IMAGEN DE DIOS
El hombre se presenta como el centro de la obra
creadora de Dios: es formado por sus manos y
recibe la vida del propio aliento divino.
Para él planta Dios el jardín de Edén y le
ordena que ponga nombre a los animales; le da,
por último, una ayuda, porque no es bueno que
el hombre ande solo.
La fe cristiana nos dice que el hombre no ha
sido fiel a este designio divino y que desde el
principio el pecado ha sido una realidad que ha
entorpecido la relación con Dios. Pero, en su
fidelidad, Dios nos ha mantenido siempre su
amor y, en Cristo, la semejanza divina
deformada ha sido restaurada
4. EL HOMBRE, LLAMADO A SER HIJO DE DIOS EN CRISTO
La visión cristiana del hombre no puede
olvidar este elemento: la plenitud del
hombre es recibida como don gratuito, no
reducible al donde la creación, como no se
deduce de ésta la encarnación de Jesús.
La plena conformación con Jesús, que es el
hombre perfecto. Esto es la participación
en su filiación divina, en la relación
irrepetible que Cristo, Hijo unigénito de
Dios, tiene con el Padre.
En los evangelios, vemos que Jesús se
dirige a Dios, como su “Padre”, y así
mismo nos enseña a nosotros mismos a
usar esta palabra.
5. LA UNIDAD DEL HOMBRE EN LA DUALIDAD DE
CUERPO Y ALMA.
El hombre es "psique", vida, alma;
es sujeto de sentimientos .
La fe cristiana a lo largo de los siglos se
ha preocupado no sólo de exponer el
sentido de la salvación, sino también de
insistir en la configuración creatural del
hombre, en su "naturaleza“.
El hombre tiene también la "capacidad de
lo divino", está en relación con Dios; todo
ello se expresa con el término
"espíritu", que indica tanto la vida de Dios
comunicada al hombre y principio de vida
para él como el hombre mismo en cuanto
movido por el Espíritu Sa.nto
6. Los esquemas cristológicos y
soteriológicos; (encarnación,
resurrección), han hecho que algunos
Padres basaran su antropología
precisamente en el cuerpo.
Nunca en la teología cristiana se ha
considerado al cuerpo malo en sí mismo;
ha sido también creado por Dios y es
llamado a la transformación final en la
resurrección.
La antropología moderna prefiere no
tanto hablar de que el hombre tiene un
alma y un cuerpo, sino de que es alma y
cuerpo.
7. EL HOMBRE, SER PERSONAL ABIERTO A LA
TRASCENDENCIA
El ser humano no es un objeto más en
el mundo; es un sujeto irrepetible.
El pensamiento cristiano ha
desarrollado la noción de "persona"
para expresar este carácter del hombre,
que lo hace radicalmente distinto de
todos los seres que le rodean y que le
confiere una dignidad y un valor en sí
mismo.
A la condición del hombre persona y
sujeto irrepetible va unida
necesariamente su libertad
8. . En el ejercicio de su libertad el
hombre opta primariamente sobre
sí mismo. No se debe hablar, por
tanto, sólo de libertad de las
trabas o impedimentos internos o
externos, sino de libertad en un
proyecto humano.
El hombre, como ser personal y
libre, se halla necesariamente
abierto al mundo y los demás.
Sólo el hombre es digno del
hombre. Únicamente en el
ejercicio de sus dimensiones
sociales, y en particular con la
comunión y donación
interpersonal, puede el hombre
ser él mismo.
9. EN CONCLUSION…
La obra mas preciada de Dios, el
hombre, tiene valor y bondad sin
desconocer las limitaciones,
defectos o debilidades que el hombre
tiene y padece. Se afirma en todo el
valor que la vida tiene y se
considera algo divino.