1. Diana Castillo López
REFLEXION SOBRE LAS MUJERES EN EL SIGO XXI
Dicen que este es el siglo de las mujeres. Hemos ganado en libertad, independencia económica, estudios y respeto profesional. Pero el precio a pagar es alto: nos quejamos de falta de tiempo y estrés, y la presión social por ser perfectas nos angustia.
¿Qué pasa con esos niños que en el hogar solo tienen a su madre, a una mujer que cumple ese otro rol reservado para el hombre?
Estamos hablando de las mamás – papá. Esas mujeres que por distintas razones, se han quedado solas a cargo de su familia y de sus hijos, y han tenido que luchar día a día para sacar adelante esa responsabilidad tan grande.
Vivimos mejor pero todavía no podemos hablar de igualdad real hombre- mujer. Hemos puesto todos nuestros esfuerzos en lograrla en el ámbito público, pero nos hemos olvidado de la esfera privada.
La mujer de hoy en día, está confundida, tristemente muchas veces no sabe en donde está ni hacia donde va, en qué campo se ha confundido la mujer y por qué se ha confundido, primero se ha confundido muchas veces guiada por la mujer misma, de esa revolución contra la mujer que se quiere liberar, que quiere demostrar que tiene igualdad al hombre, y es importante señalar que la igualdad es la dignidad, pero muchas veces la mujer por querer demostrar que es igual al hombre ha ido perdiendo toda la esencia de su femineidad y ha ido perdiendo toda la grandeza de su ser.
La mujer está siendo presionada en su físico, físicamente existe una gran presión, porque para ser mujer tienes que ser perfecta, tiene que tener X estatura y determinada talla. Hoy en día la mujer “vale” si su físico es perfecto y como no existe el físico perfecto, comienza a entrar una gran presión. La mujer se ha vuelto esclava de la imagen.
2. La mujer ha sido tocada y ha sido confundida en su psicología, hoy la mujer no sabe si esta a gusto siendo mujer; hoy cada vez se viste, se actúa y se siente más como hombre.
La mujer en lugar de crecer ha ido perdiendo mucho de su grandeza, la mujer ha sido confundida también en sus ocupaciones. Se cree que ser una esposa buena y atenta es poca cosa, y ha llegado a nuestros tiempos, prueba de ello es que las jóvenes comienzan a dudar, si es que en el matrimonio se encuentra la felicidad. La cultura ha ido confundiendo a la mujer, antes había respeto por la mujer.
La mujer se ha querido hacer “tan hombre y tan a mí no me protejas”, hoy el hombre en lugar de tratar a la mujer como la princesa, la está tratando como su compadre. Y por ello viene la depresión.
Existe un afán por demostrar que puede todo, está bien que lo pueda pero no implica perder la parte femenina de ella.
En mi caso personal, ser hija, madre-padre, empleada, estudiante y estar en base 5 es muy fuerte la presión, es muy duro con todas las cargas que uno trae en todos los ámbitos, en todos los entornos, pero quiero cumplir mi meta. Meta que me propuse, el dia que mi único hijo acabe su carrera, yo empezaré otra vez, y bueno eso se ha dado ahora.