2. Biografía
Giacometti nació el 1901 en Borgonovo, Suiza, donde creció en un ambiente de
artistas junto a su padre, Giovanni, que había sido pintor impresionista.
Cursó estudios de pintura, dibujo y escultura en la Escuela de Bellas Artes de
Ginebra, y en París experimentó con el cubismo. Sin embargo, le atrajo más el
movimiento surrealista, y con ayuda de su hermano, en 1927 mostró sus primeras
esculturas en el Salón de las Tullerías.
Se asoció con artistas como Miró y Picasso.
Entre 1935 y 1940, sus figuras comenzaron a estirarse, alargando sus extremidades.
Se casó en París, y su mujer le sirvió como modelo de muchas de sus obras.
A principios de los años 50 comenzó a usar el bronce en sus trabajos, gracias a que su
uso se había hecho económicamente accesible.
Muere en Suiza, en 1966.
3. Obra
En el curso de los años 30, Giacometti insiste en el hecho
de que la escultura que realizaba no tenían las huellas de
su manipulación, ni de su impronta física ni de sus
cálculos estéticos y formales.
“Desde hace años, realicé solamente aquellas esculturas que se
ofrecen a mi espíritu ya perfectamente terminadas. La realización es
solo un trabajo material que, para mí, en todos los casos, no
presenta ninguna dificultad. Es casi aburrido. Se tiene en la cabeza
y se necesita verla realizada, pero la realización en sí misma es
molesta. Si se pudiera hacer realizar por otros sería todavía más
satisfactorio.”
4. Obra (La Bola Suspendida)
La Bola suspendida (1931) es una escultura construida como una jaula abierta de barras
de hierro en cuyo interior se encuentra una esfera con una hendidura y colgada de una
cuerda que roza, con un vaivén, la arista afilada de una pieza recostada en forma de media
luna o de gajo de naranja. Existen dos versiones, una realizada en madera y otra en
escayola.
Esta obra inaugura la incursión de Alberto Giacometti en el universo del objeto surrealista.
Su descubrimiento causa un pequeño cataclismo en el seno de dicha corriente artística.
El aspecto más innovador es la puesta en juego del movimiento real en la obra. Esto se
debe al hecho de que la bola puede hacerse oscilar como un péndulo, lo que determina una
percepción del trabajo en su forma física concreta y objetiva y no como forma plástica.
“A pesar de mis esfuerzos, en aquellos tiempos no conseguía realmente tolerar una escultura que se limitase
a dar ilusión de movimiento (una pierna que avanza, un brazo levantado, una cabeza que mira de lado).
El movimiento podía concebirlo solamente si era real y efectivo, es más, quería dar la sensación de poderlo
provocar.”
Al poner la bola y la medialuna dentro de una jaula, Giacometti puede jugar con sus dos
registros espaciales: Crea una separación con el resto de las cosas que lo rodean, y al mismo
tiempo, al ser una obra en movimiento, hace que se inscriba en el espacio.
6. Otras obras
Giacometti es más conocido por sus esculturas en las que
crea figuras rígidas, extremadamente delgadas y aisladas en
el espacio, pero no empieza a crear estas figuras hasta el
1950.
Las esculturas de Giacometti adoptan la misma estética de
Hombre caminando, con formas irregulares y cuerpos
finos. Con esto, sus obras adquieren gran expresividad y
transmiten fragilidad y debilidad, como si sus personajes
sintiesen una amenaza de destrucción por el medio que les
envuelve.