El documento discute cómo el estado emocional de la embarazada puede afectar al bebé. Explica que una placenta saludable actúa como barrera protectora, pero estrés emocional excesivo ha sido vinculado con partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer. También señala que el bienestar emocional de la madre durante el embarazo favorece el desarrollo del feto y le da mayor confianza.