1. Entre números y letras
(José Acevedo Jiménez)
Matemáticas en la vida
Formas geométricas marcaron mi infancia. En aritmética,
sumas y restas aprendemos hacer; las operaciones todas
desfilan, antes de pasar al siguiente nivel.
Mi primer amor, con números y letras. El álgebra me recuerda: el
beso que te di en el salón a las diez. De triángulos y
ángulos, la trigonometría perfecta y así tus
razones pude comprender.
El cálculo me indica que ya estamos listos,
para integrar nuestros cuerpos en un solo ser. Todo en la vida
tiene su momento y con matemáticas es más
fácil de ver.
La Curva del Infinito
Elipse modificada que representa al infinito, majestuosa lemniscata.
Curva cuyo producto
de las distancias, de los puntos que conforman su
geometría, es constante.
El transito del Sol observado, día tras día, desde
un punto fijo de la Tierra ratifica tus encantos.
Y, aunque lo infinitamente grande nos hace ver pequeños;
el genio
soberbio del ser, con su afán de dominarlo todo,
logra
someterlo con una simple idea, asignándole una curva
2. al infinito.
El Placer de Descubrir
Quien algún día pueda las intimidades naturales describir,
sentirá sin duda alguna el placer de
descubrir.
Sensación maravillosa experimentará todo su ser
al descifrar la clave oculta que pocos
pueden ver.
La recompensa será la satisfacción de alcanzar lo
impensable; abrir puertas
a nuevos mundos, conocimientos y
verdades.
Sinusoidal de la Vida
Desde el origen, inicio mi trayecto hasta alcanzar la máxima amplitud.
¡Éxito, he llegado a la cima!
En el punto más alto, llegada la inflexión, inicio el descenso inevitable; puntos
bajos y altos, ¿quién puede escapar a la sinusoidal de la vida?
Mujer
Ni el cálculo ni la aritmética
pueden describir tu sublime belleza. Hermosa Atenea,
el ser más divino de toda la Tierra.
Eres amor, entrega y fortaleza. Todo lo bueno
en una sola palabra: MUJER.
3. El Infinito
Intenté alcanzar el infinito, partiendo de lo finito. Y una
vez iniciado el viaje, para mi propósito lograr, no pude
volver hacia atrás. Sé que una
vida eterna no me servirá, pues, por más que cuente
y cuente el infinito ventaja siempre tendrá.