No podemos esperar que Dios nos de fe para nuestro trance, cuando estamos contemplando las olas, contemplándonos a nosotros mismos, preocupados por las circunstancias en lugar de mirar hacia Dios. ¡Solamente confiando en Sus promesas, recibiremos con los brazos abiertos Su lluvia de bendiciones!

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el evangelio a toda criaturael evangelio a toda criatura!»!»
(Marcos 16:15)(Marcos 16:15)

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