2. “ Camina plácido en medio del ruido y de la prisa y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio. En cuanto sea posible y sin rendirte mantén buenas relaciones con todas las personas. Enuncia tu verdad en una manera serena y clara; y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante; también ellos tienen su historia.
3. Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el espíritu. Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
4. Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea; ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
5. La vida está llena de heroísmo. Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba.
6. Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud. Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas.
7. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad; sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo. Tú eres una criatura del universo, no menos que las plantas y las estrellas; tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera.
8. Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de él, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz en tu alma, en la bulliciosa confusión de la vida; aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.
10. Desiderata: 1. Encontrado en la vieja iglesia de Saint Paul, Baltimore. EE.UU. Escrito en latín en la pared de piedra de la torre de la campana. Fechado en 1692 2. Escrito por Max Ehrmann en 1927 y hecho el depósito de propiedad intelectual en 1948 por su viuda, Betty 3. La contribución de Ehrmann fue la de traducir al inglés y publicitar el material. Betty Ehrmann depositó legalmente la obra para ganar control económico sobre su distribución. De lo que no cabe dudas es sobre el registro realizado por la viuda ya que en 1975 la iglesia anglicana ganó un pleito que volvió Desiderata al dominio público. Hay plena constancia del suceso legal. Durante años el documento se vendió y se vende como anónimo encontrado en la Iglesia de Saint Paul, Baltimore, 1693.