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LÍNEA DEL TIEMPO
Períodos y etapas de la guerra:
Guerra de movimientos: de julio de 1914 a finales de septiembre de 1914
Guerra de posiciones de finales de septiembre de 1914 a 11 de noviembre de
1918
Iniciativa de las Potencias Centrales: desde julio de 1914 a julio de 1916, y de
febrero de 1917 a marzo de 1918
Iniciativa de la Entente: de julio de 1916 a febrero de 1917, y de marzo de 1918 al
11 de noviembre de 1918.
Negociaciones para la rendición de las potencias centrales de agosto a noviembre
de 1918.
Acontecimientos:
28‐6‐1914: asesinato de Francisco Fernando de Austria (heredero al trono) en
Sarajevo.
28‐7‐1914: Austria declara la guerra a Serbia
1‐8‐1914: Alemania declara la guerra a Rusia.
3‐8‐1914: Alemania declara la guerra a Francia.
4‐8‐1914: Alemania invade Bélgica. El Reino Unido declara la guerra a Alemania.
21 de febrero a 21 de julio de 1916: batalla de Verdun
Febrero‐octubre de 1917, revolución rusa, y retirada de sus tropas de la guerra.
19‐3‐1917: hundimiento del vapor norteamericano Vigilentia por los submarinos
alemanes
2‐4‐1917: EE UU declara la guerra a Alemania
Marzo de 1918: llegada masiva de tropas de EE UU a Europa (1 millón de soldados)
Marzo‐ julio de 1918: fracaso de la ofensiva del Somme, Flandes y Champagne.
El 11 de noviembre de 1918, en Rethondes se firma la capitulación alemana y de
las demás Potencias Centrales
10‐9‐1919: Tratado de St. Germain‐en Laye con Austria
27‐11‐1919: Tratado de Neuilly con Bulgaria
4‐6‐1920: Tratado de Trianon con Hungría
10‐8‐1920: Tratado de Sèvres con Turquía
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Guerra de posiciones estrategia de combate en la que los
ejércitos mantienen líneas del frente estáticas, con trincheras y
fortificaciones. El objetivo es desgastar poco a poco al enemigo con
pequeños ataques y bombardeos de artillería.
Los avances tecnológicos en la Gran Guerra
¿Cómo influyeron en el modo de hacer la guerra?
Cañón francés instalado sobre un tren
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Biplanos franceses realizando un ataque aéreo en el Somme (1916)
Tanque británico en la batalla de Verdún (1916)
La experiencia de combate
“Esos tres días pasados encogidos en la
tierra, sin beber ni comer: los quejidos de
los heridos, luego el ataque entre los
alemanes y nosotros. Después, al fin, paran
las quejas; y los obuses, que nos destrozan
los nervios y nos apestan, no nos dan tregua
alguna, y las terribles horas que se pasan
con la máscara y las gafas en el rostro, ¡los
ojos lloran y se escupe sangre!, después los oficiales que se van para siempre; noticias
fúnebres que se transmiten de boca en boca en el agujero; y las órdenes dadas en voz alta
a 50 metros de nosotros; todos de pie; luego, el trabajo con el pico bajo las terribles balas
y el horrible ta‐ta‐ta de las ametralladoras”.
Carta de un soldado francés, Verdún, marzo de 1916
La vida en las trincheras
“Si nunca te han descrito cómo es el pie de trinchera, lo haré yo. El pie se te hincha dos o
tres veces su tamaño normal y se vuelve completamente inerte. Puedes clavarle una
bayoneta y no sentirás nada. Si eres lo suficientemente afortunado como para no perder
el pie y que la inflamación vaya remitiendo, es cuando comienza la más indescriptible de
las agonías. He escuchado como los hombres lloraban y gritaban de dolor, y muchos han
tenido que ver cómo las amputaban sus pies y sus piernas. Yo fui uno de los afortunados,
pero un día más en las trincheras y puede que hubiese sido demasiado tarde.”
Sargento Harry Roberts, Fusileros de Lancashire
“Durante la noche, mientras dormíamos, a
menudo nos despertábamos debido a las
ratas que corrían por encima de nosotros.
Cuando esto ocurría con demasiada
frecuencia para mi gusto, solía tumbarme
boca arriba y esperaba hasta que una rata se
entretenía en mi pierna. Entonces, la
levantaba violentamente y lanzaba la rata
por los aires. A veces, oía un quejido cuando
el roedor aterrizaba sobre algún otro
compañero.”
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Soldado R. L. Venables, 164 División de Artillería
Soldados ingleses en la batalla de Gallípoli (1915)
“Hasta las situaciones más peligrosas se vuelven cotidianas y los días parecen pasar sin
comportar nada de interés, a excepción de la constante proximidad de la muerte. Pero
incluso esa idea, por muy notable que pudiera resultar en un principio, acabamos
reprimiéndola, ya que es un elemento que de tan omnipresente se vuelve insulso. Tengo
la firme convicción de que es posible cansarse de un sentimiento. No se puede ir por ahí
con miedo a morir indefinidamente o mantener un interés por la inminencia de la muerte
sustentado en los escalofríos. La psique se harta y lo aparta a un lado. Yo he visto caer
abatido a un hombre que estaba a mi vera mientras yo, sin inmutarme, seguí señalizando
las instrucciones para dirigir el fuego. ¿Es que soy insensible?”
Edward O. Mousley, The Secrets of a Kuttite. An Authentic Story of Kut. Adventures in Captivity and
Stamboul Intrgiue, Londres, 1921.
“Quizá te gustará saber cómo está el ánimo de los hombres aquí. Bien, la verdad es que (y
como te dije antes, me fusilarán si alguien de importancia pilla esta misiva) todo el mundo
está totalmente harto y a ninguno le queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A
nadie le importa un rábano si Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que
quiere todo el mundo es acabar con esto de una vez e irse a casa.”
Carta de un soldado inglés (Francia, 8 de febrero de 1918)
La Primera Guerra Mundial: el inicio de la guerra total
Movilización total (frente y retaguardia)
o Incorporación masiva de la mujer al mundo laboral (Primera y
Segunda Guerra Mundial)
El civil como objetivo militar
Métodos de guerra y destrucción masivos
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2.‐ Absoluta libertad de navegación en la paz y en la guerra fuera de las aguas
jurisdiccionales, excepto cuando los mares quedasen cerrados por un acuerdo
internacional.
3.‐ Desaparición, tanto como sea posible, de las barreras económicas.
4.‐ Garantías adecuadas para la reducción de los armamentos nacionales.
5.‐ Reajuste de las reclamaciones coloniales, de tal manera que los intereses de los
pueblos merezcan igual consideración que las aspiraciones de los gobiernos, cuyo
fundamento habrá de ser determinado, es decir, el derecho a la autodeterminación de
los pueblos.
6.‐ Evacuación de todo el territorio ruso, dándose a Rusia plena oportunidad para su
propio desarrollo con la ayuda de las potencias.
7.‐ Plena restauración de Bélgica en su completa y libre soberanía.
8.‐ Liberación de todo el territorio francés y reparación de los perjuicios causados por
Prusia en 1871.
9.‐ Reajuste de las fronteras italianas de acuerdo con el principio de la nacionalidad.
10.‐ Oportunidad para un desarrollo autónomo de los pueblos del Imperio
austrohúngaro.
11.‐ Evacuación de Rumanía, Serbia y Montenegro, concesión de un acceso al mar a
Serbia y arreglo de las relaciones entre los Estados balcánicos de acuerdo con sus
sentimientos y el principio de nacionalidad.
12.‐ Seguridad de desarrollo autónomo de las nacionalidades no turcas del Imperio
otomano, y el Estrecho de los Dardanelos libres para toda clase de barcos.
13.‐ Declarar a Polonia como un estado independiente, que además tenga acceso al mar.
14.‐ La creación de una asociación general de naciones, a constituir mediante pactos
específicos con el propósito de garantizar mutuamente la independencia política y la
integridad territorial, tanto de los Estados grandes como de los pequeños.
El derecho de autodeterminación: el caso de las colonias
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- Ararat (Ararat, Canadá, 2002)
- El pabellón de los oficiales (La chambre des officiers, Francia, 2001)
- Johnny cogió su fusil (Johnny Got His Gun, Estados Unidos, 1971)
- Senderos de gloria (Paths of Glory, Estados Unidos, 1957)
- La gran ilusión (La grande illusion, Francia, 1937)
Libros
Novelas
- Ken Follet, La caída de los gigantes, Barcelona, PlazaJanés, 2010.
- Franz Werfel, 40 días de Musa Dagh, Madrid, Losada, 2003.
- Yvo Andric, Un puente sobre el Drina, Madrid, Debate, 1999.
- Gib Mihăescu, La rusa, Madrid, Pretextos, 2012.
Memorias y testimonios novelados
- Gabriel Chevallier, El miedo, Barcelona, Acantilado, 2009.
- Stefan Zweig, El mundo de ayer. Memorias de un europeo, Barcelona, Acantilado,
2001.
- Erich María Remarque, Sin novedad en el frente, Barcelona, Edhasa, 1994.
- Ernst Jünger, Tempestades de acero, Barcelona, Tusquets, 1998.
Obras de consulta
- Eric J. Hobsbawm, Historia del siglo XX, Barcelona, Crítica, 1995.
- Julio Aróstegui, La Europa de las grandes guerras (1914‐1945), Madrid, Anaya, 1994.
- Antoine Prost y Jay Winter, Penser la Grande Guerre. Un essai d’historiographie,
París, Éditions du Seuil, 2004.
- Marc Ferro, La Gran Guerra (1914‐1918), Madrid, Alianza, 1994.
- Margaret Macmillan, París, 1919. Seis meses que cambiaron el mundo, Barcelona,
Tusquets, 2005.
- Paul Fussell, La Gran Guerra y la memoria moderna, Madrid, Turner, 2006.
- Eric J. Leed, No man's land. Combat and identity in Worl War I, New York, Cambridge
University Press, 2009.
Comics
- Joe Sacco, The Great War: July 1‐The First Day of the Battle of Somme, 2013.