4. A DESCUBRIR SU CONTEXTO…
1.Historia
2. Cultura
3. Sociedad
4. Autores y obras importantes
5. Las autoras femeninas
6. Ejemplos de otras artes de ese periodo
14. MI RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un BradomínN he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
15. BIOGRAFÍA
1875-1936
Nació en Sevilla en 1875.
Su familia pertenecía ideológicamente a la burguesía liberal de finales del siglo XIX.
Su abuelo fue rector de la Universidad de Sevilla.
Su padre, Antonio Machado Álvarez fue un estudioso del folclore popular.
Se trasladó a Madrid a los ocho años de edad y tanto Antonio como su hermano Manuel asistieron a las clases
de la Institución Libre de Enseñanza.
Obtuvo el título de bachiller a los 25 años, tras su primer viaje a París acompañado de Manuel.
Un nuevo viaje a París en 1902 le permitió conocer a Rubén Darío
A su vuelta a España publicó la primera edición de las Soledades, para la que recibió ayuda de la Institución.
En 1907 preparó las oposiciones para profesor de francés de segunda enseñanza. No eran necesarios estudios
universitarios y obtuvo la plaza en el Instituto Técnico de Soria.
Allí conoció a Leonor, una joven de dieciséis años. Era la hija de la señora que regentaba la pensión en la que
él residía en Soria. Se casaron en 1909.
Leonor enfermó de tuberculosis y regresaron de nuevo a Soria. Murió en 1912.
La muerte de ésta sumió a Machado en una profunda depresión. Pidió traslado y le concedieron una plaza en
el Instituto de Baeza.
Al estallar la Guerra Civil, Machado se puso al lado del gobierno republicano, con el que colaboró en
campañas de prensa.
En el 39, Machado emprendió desde Barcelona el camino del destierro, acompañado de su madre, anciana, su
hermano José y su cuñada.
Falleció el 22 de febrero de 1939 en Coillure, donde continúa enterrado
16. • Soledades. Galerías y otros poemas. Obra
modernista con tono melancólico y doliente. Uso
de variedad de símbolos. Es notable la
sensación de angustia por el fluir del paso del
tiempo y por la premonición de la muerte.
• Campos de Castilla. Se atenúa el subjetivismo
y la introspección y se acentúa la realidad
exterior. El yo poético pasa a un segundo plano y
se abre a la realidad. Castilla aparece como
contraste entre un pasado glorioso y un presente
andrajoso.
• Nuevas canciones. Incrementa los Proverbios y
cantares, donde refleja sus inquietudes
filosóficas y aparecen las canciones a Guiomar.
18. Antes que te derribe, olmo del
Duero,
con su hacha el leñador, y el
carpintero
te convierta en melena de
campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar,
mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras
blancas;
antes que el río hasta la mar te
empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la
vida,
otro milagro de la primavera.
A un olmo
seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de
mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo
amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus
entrañas
urden sus telas grises las arañas.
19. La muerte del niño herido
Otra vez es la noche ... Es el martillo
de la fiebre en las sienes bien vendadas
del niño. -Madre, ¡el pájaro amarillo!
¡Las mariposas negras y moradas!
-Duerme, hijo mío. Y la manita oprime
la madre junto al lecho. -¡Oh, flor de fuego!
¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba olor de espliego:
fuera la oronda luna que blanquea
cúpula y torre a la ciudad sombría.
Invisible avión moscardonea.
-¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?
El cristal del balcón repiquetea.
-¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!
20. Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.