1. Las Juventudes de Voluntad Popular a la Juventud Oprimida del Mundo Árabe
Como jóvenes representantes de una organización que defiende los valores de la
vida, la libertad, la igualdad, la paz y la solidaridad, así como representantes de una
generación que se ha levantado a favor de la lucha por la democracia, las Juventudes de
Voluntad Popular nos vemos llamados a brindar nuestro apoyo solidario a los jóvenes que
en este momento se encuentran luchando, en el Medio Oriente y el norte de África, por la
apertura a mayor libertad en sus países.
Los jóvenes de Voluntad Popular hemos estado atentos a los sucesos que se
desarrollan en el mundo árabe desde la explosión social ocurrida en Túnez, y hemos
aplaudido la salida pacífica de dictaduras como la de Zine el-Abidine Ben Ali (Túnez) y Hosni
Mubarak (Egipto). Vimos con esperanzas el inicio de las protestas pacíficas en Libia, pero
pronto no pudimos sino llenarnos de horror e indignación ante la escalada de violencia
provocada por el uso de la fuerza militar en contra de civiles. El gobierno del Coronel
Muammar Gadafi, en su desenfreno por no retirarse de su asiento sobre las reservas
petroleras de los libios, ha recurrido al uso de la fuerza letal, de la persecución, de la tortura
y de la censura a la prensa nacional e internacional, violando, no por vez primera en sus
cuarenta y dos años de gobierno, los Derechos Humanos más fundamentales, como lo son
la vida, la libertad y la integridad personal, así como el Derecho Internacional.
Nuestra lucha es por la superación de la pobreza, las reivindicaciones en pos de
los Derechos Humanos, la defensa del ambiente, la superación del rentismo petrolero y la
paz a nivel nacional e internacional, por lo que gobiernos autócratas, militaristas y rentistas
como el del Coronel Gaddafi son nuestros principales enemigos. Es por esto que
respaldamos al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, en su labor por
mantener la paz y la seguridad a nivel mundial, decidió en su Resolución 1973, sancionada
el pasado 17 de marzo, que las vidas de los ciudadanos libios son más importantes que los
intereses que las potencias occidentales puedan tener con Gaddafi.
Apoyamos todas las medidas aprobadas: protección de civiles por cualquier
método que sea necesario, sin dar paso alguno a una fuerza de invasión sobre territorio
libio, creación de una zona de exclusión aérea que prohíba vuelos que no sean de carácter
humanitario, reforzamiento del embargo armamentístico decretado por la Resolución 1970,
prohibición de vuelos de cualquier tipo por parte de aeronaves libias y congelamiento de las
cuentas en el extranjero de funcionarios libios, así como la decisión del 15 de febrero del
2011 de llevar el caso de los funcionarios libios ante la Corte Penal Internacional.
Reconocemos, no obstante, que la intervención extranjera debe ser empleada sólo para
casos extremos de violación a los Derechos Humanos, y que una vez ocurrida, sólo puede
hacerse dentro del marco del Derecho Internacional, previa autorización de los organismos
con la competencia para ello, como lo fue éste caso.
Exhortamos al gobierno venezolano a que reconsidere su apoyo al Coronel
Gaddafi y restituya la actitud histórica de Venezuela como un país pacífico, cooperativo,
promotor del Derecho Internacional y defensor de los Derechos Humanos; y a que utilice
sabiamente el incremento en el precio del petróleo que pronostica esta crisis en Libia, para
buscar el bienestar de todos los venezolanos, en vez de para financiar su campaña
electoral en el 2012. A la vez que le advertimos que las Juventudes de Voluntad Popular no
tolerarán, bajo ningún supuesto, que se le otorgue asilo en territorio venezolano a Gaddafi o
a sus funcionarios involucrados en la masacre de civiles y rebeldes, persecución de
disidentes y financiamiento de mercenarios. Nuestros valores están claros y nuestro objetivo
definido: promover la paz y la democracia. Por lo que extendemos nuestro rechazo a las
acciones de los gobiernos de Bahrein, Yemen, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos,
2. que en lugar de promover el diálogo con los manifestantes, han recurrido al uso de la
represión.
No nos queda más que alzar un grito de solidaridad a los millones de jóvenes
valientes que en este momento se encuentran luchando, bien en las trincheras de Benghazi
en Libia, bien en las calles de Sanaa en Yemen o en las plazas de Manama en Bahrein. La
historia ha demostrado que siempre somos los jóvenes los que nos encontramos a la
vanguardia cuando se trata de la lucha por la justicia, pero también ha demostrado que
somos las principales víctimas de la represión. Nuestra situación y la de los jóvenes árabes
tiene una similitud: nuestra lucha es por la libertad. Por esto, nuestro apoyo a su causa será
incondicional. ¡No se rindan, hermanos! Su valor nos da fuerza y esperanza a todos. Hoy,
más que nunca, nos toca demostrarle al mundo que las aspiraciones de las personas valen
más que los intereses de los autócratas.
¡Que viva la juventud! ¡Y que viva el progreso!
Juventudes de Voluntad Popular
“ Progreso, Solidaridad y Democracia ”
