1. APOLOGÍA A LA FEALDAD
(Autor: Dafra)
Qué hermosa es la fealdad,
qué paradoja para aquellos
que en ella ven lo repulsivo
ya que no perciben
la realidad que los rodea
y efímeramente se enaltecen
al estar de ella divorciados.
¡Oh ! pobre de quienes
sin ver el trasfondo de las cosas,
recorren los senderos
con mucha ligereza,
sin descubrir en ella los motivos
que le permiten ocupar
un lugar en el camino.
Bendita seas ¡fealdad!
por cuanto en ti se alojan
virtudes de humildad y de grandeza,
reflejadas en todas las acciones
de aquel mortal que las posea.
Tu tienes la paciencia de los sabios,
de esperar calladamente tu destino,
recogiendo los frutos ya maduros,
con la certeza de no andar sin rumbo fijo.
Sólo ante ti me hinco
porque careces de vanidad y de soberbia
que por muchas circunstancias
tu hermana si posee.
No hay evento
donde no seas reconocida
y por muchos rechazada,
sin embargo, hay quienes se despojan
de sus nobles vestiduras
para ver en ti lo inmaculado.
2. Si de algo estoy seguro
es de tu noble y tímida mirada,
que no esconde
ningún turbio pasado.
¡Loada seas! ya que tú resaltas
aquello que muy pocos
por sí mismo vislumbran,
te acercas al mundo de los sueños
y de las grandes fantasías.
Posees la magia creadora
de encontrar en lo insignificante
el mayor significado.
Tanto tú como tu hermana
están encarnadas
en sus propios escuderos.
Pero ¡ay! de aquella
cuando a la muerte asome
porque con espanto
a su ocaso llega
mientras que para ti
es sendero llevadero,
que con tranquilidad
has de seguir
sin el temor
de haber algo perdido.
Es allí en ese evento
donde alcanzas toda tu importancia
y feneces con la calma
con que el mar llega a la playa.
Fealdad me enorgullezco
de pertenecer a esa tu estirpe
donde la arrogancia no ha llegado.
Permíteme ir contigo de la mano
recorriendo mundos nuevos
muy erguido y sosegado.