La primera Constitución escrita de los Estados Unidos estableció un gobierno republicano con separación de poderes entre los ramos ejecutivo, legislativo y judicial. Los territorios tenían autogobierno local sobre justicia, policía y educación, mientras que el gobierno federal manejaba la defensa, asuntos exteriores y la moneda. La Constitución fue complementada por la Declaración de Derechos para proteger libertades como religión, prensa, expresión y reunión, así como juicios con jurado.