2. El amor es sufrida, es
benigna; no tiene envidia.
El amor no hace sinrazón,
no se ensancha; No es
injuriosa, no busca lo suyo,
no se irrita, no piensa el
mal; no se huelga de la
injusticia, mas se huelga
de la verdad. Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El
amor nunca deja de ser.
Ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de
ellos es el amor.
(1 Corintios 13:4-8;13)
3. Vístanse de misericordia, de benignidad, de
humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
sufriéndoos los unos á los otros, y
perdonándoos los unos á los otros si alguno
tuviere queja del otro: de la manera que Cristo
os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vístanse de amor, la
cual es el vínculo de la perfección. Todas sus
cosas sean hechas con amor. (Colosenses 3:12-
14; 1 Corintios 16:14)
4. Y sobre todo, tened entre
vosotros un ferviente amor;
porque el amor cubrirá
multitud de pecados.
Hospedaos los unos á los otros
sin murmuraciones. Cada uno
según el don que ha recibido,
adminístrelo á los otros, como
buenos dispensadores de las
diferentes gracias de Dios.
Nada hagáis por contienda ó
por vanagloria; antes bien en
humildad. No mirando cada
uno á lo suyo propio, sino cada
cual también á lo de los otros.
(1 Pedro 4:8-10; Filipenses 2:3-
4)
5. Amémonos unos á otros;
porque el amor es de Dios.
Cualquiera que ama, es
nacido de Dios, y conoce á
Dios. El que no ama, no
conoce á Dios; porque Dios
es amor.
Si nos amamos unos á otros,
Dios está en nosotros, y su
amor es perfecto en
nosotros. En esto hemos
conocido el amor, porque él
puso su vida por nosotros:
también nosotros debemos
poner nuestras vidas por los
hermanos. Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de
lengua, sino de obra y en
verdad. (1 Juan 4:7-8,12; 1
Juan 3:16,18)
6. Amarás al Señor tu Dios de
todo tu corazón, y de toda
tu alma, y de toda tu
mente. Este es el primero y
el grande mandamiento. Y
el segundo es semejante á
éste: Amarás á tu prójimo
como á ti mismo. De estos
dos mandamientos
depende toda la ley y los
profetas.
Un mandamiento nuevo os
doy: Que os améis unos á
otros: como os he amado,
que también os améis los
unos á los otros. En esto
conocerán todos que sois
mis discípulos, si tuviereis
amor los unos con los
otros. - Jesús (Mateo 22:37-
40; Juan 13:34-35)
7. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el
uno levantará á su compañero: mas ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que
lo levante.
[Servir] por amor los unos á los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple:
Amarás á tu prójimo como á ti mismo. (Eclesiastés 4:9-10; Gálatas 5:13-14)
8. Estoy cierto que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna
criatura nos podrá apartar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.
En esto consiste el amor: no que
nosotros hayamos amado á Dios, sino
que él nos amó á nosotros, y ha
enviado á su Hijo en propiciación por
nuestros pecados. Amados, si Dios así
nos ha amado, debemos también
nosotros amarnos unos á otros.
(Romanos 8:38-39; 1 Juan 4:10-11)
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