El despacho presidencial en la época de Fujimori: austeridad vs derroche con Toledo
1. EL DESPACHO PRESIDENCIAL
EN LA EPOCA DE FUJIMORI - Primera Parte
Boletín Interno Nº 46 Año 2009
C asi todos los peruanos estamos fami-
liarizados con la imponente arquitectu-
ra del Palacio de Gobierno ubicado en
la Plaza de Armas de Lima y que es la sede
del Poder Ejecutivo. Pero es seguro que no
son tantos los que conocen que este edificio
es la sede de una organización llamada
“Despacho Presidencial”, que es la encargada
de apoyar y asesorar al Primer Mandatario en
sus labores diarias y que estuvo compuesta –
hasta el año 2002 - por la Casa Militar del
Presidente de la República, la Secretaría Ge-
neral de la Presidencia de la República, la Se-
cretaría de Prensa, la Secretaría del Consejo
de Ministros, los Asesores Especializados y la
Inspectoría General.
Desde antes de 1990, era la Casa Militar la responsable de garantizar la se-
guridad del Presidente de la República, la Primera Dama e hijos, así como de reali-
zar la administración general del Despacho Presidencial. Para tal efecto, durante la
década de los 90´, se sucedieron en dicha jefatura Generales del Ejército, que con-
taron con oficiales y subalternos de las FFAA y Policía Nacional así como con un
reducido número de funcionarios de confianza y servidores públicos que debían sa-
tisfacer las necesidades de seguridad, alojamiento, alimentación, transporte, salud,
mantenimiento, control patrimonial, pago de remuneraciones, entre otros, no solo
del Presidente sino de todas las personas que laboraban en el Despacho Presiden-
cial. A partir de 1990, se incluyó la responsabilidad de coordinar el apoyo social que
brindaba directamente el Primer Mandatario.
Con el gobierno de Alejandro Toledo, el Jefe de la Casa Militar fue relevado
de las responsabilidades administrativas y se le limitó a la tarea de seguridad. La
plana administrativa castrense fue reemplazada por funcionarios “de confianza” y
empleados procedentes de las canteras partidarias y que - gracias a Toledo - ele-
varon exorbitantemente el presupuesto anual de esa organización. Hasta el ingreso
de Perú Posible al gobierno, el presupuesto del Despacho Presidencial era de 14
millones 579 mil 546 nuevos soles, mucho menor al solicitado por la administración
toledista que ascendió a 68 millones 346 mil 532 nuevos soles, es decir, casi cinco
(05) veces más dinero de lo que se requirió en la década anterior.
Con Toledo, las remuneraciones del Despacho Presidencial subieron de 1 mi-
llón 095 mil 156 nuevos soles a 20 millones 317 mil 851 nuevos soles, para satisfa-
2. cer el incremento de funcionarios y servidores públicos que subió de 90 personas a
816 y de una remuneración tope de 904 nuevos soles (cobrados por el presidente
Fujimori en el 2000) a una remuneración de 62 mil nuevos soles (US $18,000.00)
que pretendió cobrar Alejandro Toledo apenas al inicio de su mandato y que tuvo
que reducir por el escándalo y la presión popular. Actualmente (2009) el Presidente
de la República (Alan García) se ha asignado una cifra menor: 16 mil nuevos soles.
Como otra referencia: un Director General en la época de Fujimori recibía una boni-
ficación de 13 mil 200 nuevos soles anuales (S/.1,100.00 x 12 meses) y el mismo
funcionario en la época de Toledo cobró 285 mil nuevos soles por el mismo periodo
(S/.17,700.00 x 14 remuneraciones).
Pero no sólo estos datos llaman la atención. El Secretario General del Des-
pacho Presidencial solicitó para el año 2002, la suma de 13 millones 700 mil nue-
vos soles por concepto de “Servicios de Terceros” en los que incluía la remodela-
ción del Patio Embajador Residencial (S/.170,000.00), de las Oficinas del Consejo
de Ministros (S/.76,000.00), del Hotel El Comercio (S/.1´385,000.00), del Palacio de
Gobierno (S/.805,000.00) y del Despacho del Presidente (S/.3´286,428.00), entre
otras obras. Si para entonces Petroperú ya había gastado en forma sospechosa 6
millones de nuevos soles para la remodelación integral del Palacio de Gobierno
¿Para que era éste dinero?.
Pero el tema de remuneraciones y remodelaciones es sólo parte de los cam-
bios introducidos. Si el presidente Fujimori podía vestirse con 10 mil nuevos soles
anuales, el presidente Toledo necesita 269 mil nuevos soles para su vestuario. Si
se necesitaban 238 mil nuevos soles para los viáticos y pasajes durante la década
anterior, para el 2002 eran necesarios 3 millones 680 mil nuevos soles. Si para
afrontar los gastos de luz, agua y teléfonos eran suficiente 1 millón 466 mil nuevos
soles anuales hasta el año 2001, el presidente Toledo necesita 3 millones de nue-
vos soles. Pero si el presupuesto del Despacho Presidencial subió sustancialmen-
te, entérese que - adicionalmente - Elianne Karp contaba con un presupuesto
aparte ascendente a 5 millones 923 mil nuevos soles para el nuevo Despacho de la
Primera Dama, de los cuales, casi 1 millón 400 mil 500 se iban en remuneraciones
de sus funcionarios y servidores personales; además 210 mil nuevos soles para
sus vestidos y 595 mil nuevos soles para sus viáticos y asignaciones.
Durante la década Fujimori, tanto en las labores de seguridad como adminis-
trativas, la austeridad fue norma obligatoria. En todos esos años, solo se brindaban
austeros cócteles conmemorativos de fechas especiales (Día de la Madre, Navi-
dad, etc.) y los eventos oficiales (Recepciones a dignatarios, Fiestas Patrias, etc.),
la asignación de vehículos y gasolina era limitada así como el consumo telefónico.
Con Alejandro Toledo la exageración y el dispendio fue permanente y la falta
de responsabilidad el común denominador. El ano 2003, una denuncia periodística
reveló deudas de 1 millón 400 mil nuevos soles por consumo telefónico solo en el
1er trimestre del ano y otras deudas por lavandería y otros proveedores. Y no se
diga más sobre la flamante “asesoría externa” que Elianne Karp brindó al Banco
Wiesse a cambio de 10 mil dólares americanos, a los que renunció cuando el es-
cándalo la obligó.
WALTER E. JIBAJA ALCALDE
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