1. 1.- Rothgar, era un rey de los daneses, fue un guerrero bravo y poderoso. Cuando murió su padre, Rothgar
colocó el cadáver en el navío real, al pie del mástil, y lo vio adelantarse en el mar, camino de su viaje
eterno. Rothgar gobernó el pueblo durante años, y se comportó como un monarca justo, generoso y
valiente y era querido por todos sus vasallos o reipulación.
2.- Tras una batalla, Rothgar, el Señor de los Anillos, reunió a sus mejores guerreros, los recompensó
según sus merecidos y le dio una recompensa: He recompensado con un anillo. Hearot construyó, el
palacio de los ciervos, el mayor de los edificios para banquetes que jamás se vio en los reinos del norte.
3.- Grendel es un monstruo devorador de los pantanos, apenas les dio tiempo para reaccionar. Entonces se
dirigió a Hearot, el palacio de los ciervos. Más de treinta hombres intentaron ponerle resistencia. Pero fue
inútil. Grendel regresó a su guarida, su fría morada de los pantanos.
4.- cada vez que el monstruo quería saciar su estomago sin fondo, atacaba con saña la corte de Rothgar y
el palacio de Hearot. A muchas leguas del país de los geatas, vivía Beowulf, un bravo guerrero, el más
2. fuerte y valiente de los hombres. Beowulf saltó de su asiento, levanto su jarra de cerveza y grito ante
todos los presentes: ¡Maldito Grendel, yo acabare con tu vida asesina!
5.- A la mañana siguiente, Beowulf, el de anchas espaldas, dispuso todo lo necesario para el viaje. Los
guerreros cargaron sus brillantes cotas de malla y sus mejores armas en el majestuoso vientre del barco.
Los geatas eran intrépidos y expertos marinos. Mis mejores guerreros han parecido entre las fauces de
Grendel, y lo único que lamento es no haberles acompañado en su viaje sin retorno.
6.- El capitán de los geatas le respondió con amables palabras y regaló a su anfitrión un escudo
resplandeciente y una dorada cota de malla. La mitad de la noche, todos los hombres dormían salvo uno:
Beowulf, el guerrero entre guerreros, que hacía guardia dispuesto para el combate. Hearot escaló la
muralla hasta las altas almedas, y con su mirada asesina se encaminó al palacio de los ciervos. Al ver
tantos humanos (el sabroso yantar para el monstruo) Beowulf le intenta arrancar el brazo a Grendel.