2. La industria de la nanotecnología -la
manipulación de la materia a escala del
nanómetro, la millonésima parte de un
milímetro- mueve actualmente más de 50 mil
millones de dólares a escala global, y los
analistas predicen que llegará a un billón de
dólares anuales en 2011. La mayor parte de las
aplicaciones comerciales están en la ingeniería
de materiales, la informática, la medicina y la
defensa. Pero también las aplicaciones en
agricultura y alimentación crecen
aceleradamente.
3. En diciembre de 2002, el Departamento de
Agricultura de Estados Unidos (USDA, por
sus siglas en inglés) publicó una primera
aproximación a la nanotecnología en su
área. Según la nueva visión
nanotecnológica, la agricultura será más
automatizada e industrializada, y se
reducirá a funciones fragmentadas,
eliminando aún más personas del trabajo
agrícola.
4.
5. Siguiendo la tendencia que se potenció con
la ingeniería genética, de control
corporativo desde la semilla hasta el
producto en el supermercado, la
agricultura nanotecnológica controlaría
incluso los átomos que componen esos
productos.
Todas las corporaciones que dominan el
negocio mundial de los transgénicos están
invirtiendo en nanotecnología. Monsanto
tiene un acuerdo con la empresa
nanotecnológica Flamel para desarrollar su
herbicida Roundup (glifosato, conocido en
México como Faena) en una nueva
formulación en nanocápsulas.
6. El principal objetivo de este acuerdo es
lograr una extensión de su patente por
otros 20 años. Pharmacia (ahora parte de
Pfizer), tiene patentes para fabricar
nanocápsulas de liberación lenta usadas en
"agentes biológicos como fármacos,
insecticidas, fungicidas, plaguicidas,
herbicidas y fertilizantes". Syngenta
patentó la tecnología Zeon, microcápsulas
de 250 nanómetros que liberan los
plaguicidas que contienen al contacto con
las hojas. Ya están a la venta con el
insecticida Karate, para uso en arroz,
pimientos, tomates y maíz.
7. Según Syngenta, estas nanocápsulas harían más
seguro el manejo de plaguicidas peligrosos.
Justifican así el mayor uso de agrotóxicos y la
reintroducción de plaguicidas de alta peligrosidad.
Pero además, como las nanopartículas son tan
pequeñas, pueden atravesar el sistema
inmunológico, moverse a través de la piel, los
pulmones y otros órganos. Nadie conoce lo que
sucederá con estas partículas artificiales en su
interacción con los humanos, pero tampoco con el
ambiente, insectos benéficos, fauna y flora
silvestre. ¿Qué pasará con las nanocápsulas que no
"exploten", al ser luego ingeridas por animales o
humanos?