El documento describe los siete dolores de María durante la pasión y muerte de Jesús. Cada dolor se basa en un pasaje del Evangelio que describe un momento de sufrimiento para María, como presenciar las profecías de Simeón sobre Jesús, huir a Egipto para protegerlo, perderlo en el Templo a los doce años, encontrarse con él camino al Calvario, presenciar su crucifixión y muerte, y enterrarlo.
4. Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para purificación, llevaron
al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito en la
Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían
ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como
ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y
piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
y le había revelado revelado que no moriría antes de ver al Mesías del
Señor. Conducido por
5. El mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron
al niño para cumplir con él las normas de la Ley, Simeón lo tomó en sus
brazos y alabó a Dios, diciendo:
‹‹Ahora, Señor, puedes dejar
que tu servidor muera en paz,
como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos
los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas
6. y gloria de tu pueblo de Israel. ››
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón,
después de bendecirlos, dijo a María, la madre: ‹‹Este niño será causa
de caída y de salvación para muchos en Israel; será signo de
contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el
corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos
íntimos de muchos.››
Palabra del Señor.
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12. Lectura del santo Evangelio según San Mateo
Después de marchar los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños
a José y le dijo: ‹‹Levántate, toma al niño y a su madre y huye a
Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes
buscará al niño para matarlo.›› José se levantó; aquella misma
noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto,
permaneciendo allí hasta la muerde de Herodes. Así se cumplió
lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de
Egipto a mi hijo.
Palabra del Señor.
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18. Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la
Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la
fiesta, pues así había de ser. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero
el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros
de que estaban con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después
se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo
encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron
en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y
haciéndoles preguntas.
19. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y se sus
respuestas. Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le
decía: ‹‹Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo
hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.››
El les contestó: ‹‹¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que
yo debo estar donde mi Padre?›› Pero ellos no
comprendieron esta respuesta.
Palabra del Señor.
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25. Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Cuando lo llevaban, encontraron a un tal Simón de Cirene que volvía del
campo, y le cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Lo
seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho
y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: ‹‹Hijas de
Jerusalén, no lloren por mi. Lloren más bien por ustedes mismas y por su
hijos.››
Palabra del Señor.
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31. Lectura del santo Evangelio según San Juan
Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz. Salió de la
ciudad hacia el lugar llamado Calvario (o de la Calavera), que en hebreo se
dice Gólgota. Allí lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado y en el
medio a Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz.
Estaba escrito: ‹‹Jesús el Nazareno, Rey de los judíos.››
Muchos judíos leyeron este letrero, pues el lugar donde Jesús
fue crucificado estaba muy cerca de la ciudad. Además, estaba
escrito en hebrero, latín y griego.
Los jefes de los sacerdotes dijeron a Pilato: ‹‹No escribas: ”Rey
32. de los Judíos”, sino: “Este ha dicho: Yo soy el rey de los
judíos”.›› Pilato contestó: ‹‹Lo que escrito, escrito está.››
Después de clavar a Jesús en la cruz, los soldados tomaron sus
vestidos y los dividieron en cuatro partes, una para cada uno de
ellos. En cuanto a la túnica, tejida de una sola pieza de arriba
abajo sin costura alguna, se dijeron: ‹‹No la rompamos,
echémosla más bien a suertes, a ver a quién le toca.›› Así se
cumplió la Escritura que dice: se repartieron mi ropa y echaron
a suertes mi túnica. Esto es lo que hicieron los soldados. Cerca
de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de
su madre, esposo de Cleofás, y María Magdala.
33. Jesús, al ver a la Madre y junto allá al discípulo que más quería,
dijo a la Madre: ‹‹Mujer, ahí tienes a tu hijo.›› Después dijo al
discípulo: ‹‹Ahí tienes a tu Madre.›› Y desde aquel momento el
discípulo se la llevó a su casa. Después de esto, sabiendo
Jesús que todo estaba cumplido, dijo: ‹‹Tengo sed››, y con esto
también se cumplió la Escritura. Había ahí un jarro lleno de vino
agrio. Pusieron en una caña una esponja empapada en aquella
bebida y la acercaron a sus labios. Jesús probó el vino y dijo:
‹‹Todo está cumplido.›› Después inclinó la cabeza y entregó el
espíritu.
Como era el día de la Preparación de la Pascua, los judíos no
34. Querían que los cuerpos quedaran en la cruz durante el
sábado, pues aquel sábado era un día muy solemne. Pidieron a
Pilato que hiciera quebrar las piernas a los crucificados y
retiraran los cuerpos. Fueron, pues, los soldados y quedaron las
piernas de los que habían sido crucificados con Jesús. Pero al
llegar a Jesús vieron que ya estaban muerto, y no le quebraron
las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado
con la lanza, y al instante salió sangre y aguas.
El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquel
sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también
ustedes crean.
35. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le
quebrarán ni un solo hueso. Y en otro texto dice: Contemplarán
al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea se presentó a Pilato. Era
discípulo de Jesús, pero no lo decía por miedo a los judíos.
Pidió a Pilato la autorización para retirar el cuerpo de Jesús y
Pilato se la concedió. Fue y retiró el cuerpo. También fue
Nicodemo, el que había ido de noche a ver a Jesús, llevando
unas cien libras de mirra perfumada y aloe.
Palabra del Señor.
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41. Lectura del santo Evangelio según San Marcos
Había caído la tarde. Como era el día de la Preparación, es decir, la víspera
del sábado, intervino José de Arimatea. Ese miembro respetable del Consejo
supremo era de los que esperaban el Reino de Dios, y fue directamente
donde Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Pilato se extraño de que Jesús hubiera muerto tan pronto y llamó al centurión
para saber si realmente era así. Después de escuchar al centurión, Pilato
entregó a José el cuerpo de Jesús.
José lo bajo de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado, lo
colocó en un sepulcro excavada en la roca e hizo
42. Rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba.
Palabra del Señor.
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48. Lectura del santo Evangelio según San Juan
Después de esto, José de Arimatea se presentó a Pilato. Era discípulo de
Jesús, pero no lo decía por miedo a los judíos. Pidió a Pilato la autorización
para retirar el cuerpo de Jesús y Pilato se la concedió. Fue y retiró el cuerpo.
También fue Nicodemo, el que había ido de noche a ver a Jesús, llevando
unas cien libras de mirra perfumada y aloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con los aromas,
según la costumbre de enterrar de los judíos.
En el lugar donde había sido crucificado Jesús había un huerto, y en el huerto
un sepulcro nuevo donde nadie todavía había sido enterrado.
49. Como el sepulcro estaba muy cerca y debían respetar el Día de
la Preparación de los judíos, enterraron allí a Jesús
Palabra del Señor.
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