1. Don Nicanor es un oso que lleva sombrero, no es policía, es cocinero. Par ano
macharse se pone un enrome delantal corre probándolo todo, cierra los ojos y
dice:
-Mmm , a esta comida le falta sal.
Nicanor, para ser un soso, no cocina nada mal. Hace helado de piña,
espaguetis con tomate, batido de fruta y galletas con chocolate. Quienes
probaban sus platos, cantaban de alegría:
-¡Estupendo! ¡Fabuloso! ¡Qué rico está madre mía!
Pero un día, ¡fíjate!, el bueno de Nicanor dio un traspiés- ¡Plúm!, se cayó todo
el salero en la sopa de cordero.
-¡Ay que desastre! ¿Qué hago yo ahora, señor? se iba poniendo triste el
bueno de Nicanor.
Primero se le arrugó el morro, y luego empezó a llorar:
-¡Buaaaaaa! ¡Con tanta sal esta sopa no se va a poder tragar!
Qué tristísimo se puso el pobre oso. De tanto llorar y llorar, las lágrimas le
saltaban a la sopa sin parar. Misterios de la cocina: la sopa con lágrimas esta
riquísima. Cuando todos la probaron también lloraron, no porque tuvieran pena,
sino por lo rica que estaba la cena.
En este cuento
Se habla de la tristeza. El protagonista va ayudar a los niños y niñas a
identificar esta emoción y a superar situaciones que producen este estado de
ánimo.
A través del trabajo con este cuento desarrollaremos los siguientes objetivos:
2. 1. Enseñarles a identificar esta emoción en sí mismos y en los
demás. Identificar situaciones que producen tristeza y, también, la
emoción contraria, la alegría.
2. Reconocer expresiones de tristeza.
3. Desarrollar destrezas y habilidades para afrontar nuevas
situaciones que produzcan tristeza.
4. Hacerles ver que las emociones negativas le hacen daño a ellos
mismos.
5. Enseñarles a convertir una emoción negativa a una positiva.
6. Transmitirles pensamientos positivos: aprendemos más y mejor si
estamos contentos, felices, alegres.
7. Fomentar el pensamiento positivo.