"Lo que tú quieras", biografía ilustrada de Montse Grases.
La lección de los hijos ricos sobre la verdadera riqueza
1. La Montaña, 22 de enero de 2014.
“El Padre y los hijos”
Mis queridas semillas.
En plena crisis, cada día sale en las noticias que los ricos son más
ricos y los pobres son más pobres, no han inventado nada, pues siempre
han existido, sobre todo esas clases. Y hablando de ricos y de pobres, voy a
compartir con vosotros una experiencia.
Una familia riquíiiiiiisima a
sus hijos les habían comprado los
mejores coches, tenían la consola,
televisiones, tenían, todo, todo, todo,
riqueza, demasiada. Un día el padre
habló con la madre y dijo:
“Tendríamos que llevar a nuestros
hijos al campo, para que vieran como viven la gente del campo y la gente
de los pueblos”. Y la madre dijo: “Yo tengo miedo de ir pues hay bichos,
animales, la gente no es culta, es pobre, hay mucha suciedad” y le dijo:
“¡Claro! Esa es mi meta, que nuestros hijos vean y reconozcan la riqueza
que tienen, todo el confort donde viven y toooodo lo que desconocen de
tantas cosas y de tantos tesoros que hay y que tenemos”. “Si, pero huele
muy mal la casa de campo, huele mal el pueblo” “No te preocupes, vamos
a llevarlos”, “¿No los vamos a traumatizar?”, “Si no lo probamos no lo
sabremos, recuerda esposa mía, pues el halcón no supo si sabía volar,
hasta que le corté el tronco se dio cuenta que tenía alas”. Prepararon todo
y se fueron al pueblo.
Había una casa de campo donde vivía una familia muuuy humilde,
el padre y la madre trabajaban el huerto, tenían gallinas, los animales
domésticos de toooda la vida, más lejos había unas vacas. A los niños al
llegar sus padres les dijeron: “Podéis ir con los otros, preguntar cómo
viven, ir a mirarlos”.
Al principio se quedaron parados, no tenían ningún puuunto en
común con ellos, pero obedecieron a los padres. Pasaron todo un día en el
campo en casa de esa familia; y cuando se terminó se despidieron
amablemente y entraron a su casa.
2. Al llegar el padre le dijo a su esposa: “Esposa mía ¡Ay! qué
maravilla poder sentarse y contemplar todo lo que tenemos”. La madre
contestó: “Esposo mío, ya echaba de menos bañarme en mis perfumes y
que las doncellas, pongan y levanten la mesa, los buenos manjares y ver mi
armario, mi vestidor y todos mis zapatos, no sé cómo pueden hacer las
personas que no tienen lo que tenemos, no lo sé, no me lo puedo ni
imaginar”. El padre insistió: “Voy a ver qué es lo que piensan nuestros
hijos”; y le preguntó al mayor “¿Qué tal, cómo has pasado el día? “Bien,
muy bien” “¿No te has aburrido?” “No, en absoluto”, “Pero ¿te ha
gustado?”. El hijo mayor pensó un momento “Síiiii” “¿Y los olores y la
manera que tienen de vivir y sus condiciones?”.
Entonces al hijo se le iluminó una sonrisa en su cara y le dijo: “Ay
papá gracias de recordármelo, quería comentártelo, fíjate que en esa casa
de esa gente tan pobre y tan humilde, nosotros tenemos un perro ¡ellos
tienen cuatro!, en esa casa tan pobre tienen un huerto donde ellos mismos
recogen los tomates, las patatas y nosotros tenemos que comprarlas; en
ese vergel están las frutas mangos, cerezas, manzanas, solamente tenía que
levantar la mano y poderme saciar. Otra de las cosas que me llamó la
atención, que ellos iban con un recipiente, ordeñaban la vaca y ¡tomaban
su leche caliente! Y nosotros tenemos que esperar a que la doncella habrá
el brick, nosotros aquí en casa tenemos una alberca, una piscina iluminada
con agua muy clara, no con agua azul, me he fijado que ellos no tienen
alberca, piscina, pero tienen un riachuelo donde el agua nunca para de
correr, tan clara y cristalina que no me saciaba de beber todo el día; y al
anochecer cuando me has dicho que nos íbamos, tenía los ojos llenos de
lágrimas, porque pensé “volvemos a casa”, en tu jardín y en nuestra
propiedad, has hechocolocar focos y luces de las más modernas y las más
sofisticadas y papá, aquí he levantado los ojos al cielo y las luces más
maravillosas que he descubierto son las estrellas, nuuunca había visto las
estrellas, pues las luces de las
ciudades y de nuestras casas nos
cierran los ojos, una vez más te repito
papá ¡Qué maravilla contemplar las
estrellas con mis ojos, que iluminaban
la casa de esta humilde familia y su
jardín! ¿Sabes una cosa? Hoy sí que
he descubierto la vida, que tenemos muchas cosas que aprender y hacerse
3. ricos, yo voy a copiar a esa familia, y quiero ser feliz porque ellos, su
padre y su madre tiene tiempo de hablar con sus hijos y compartir la
comida, eso sí muy escasa, pero vosotros papá y mamá trabajáis, tenéis
recepciones, conferencias o invitaciones y no os vemos nunca, he
comprendido que me puedo enriquecer, deseo que toda mi vida me
iluminen esas estrellas del cielo, y ser tan ricos como ellos. Hoy soy feliz y
he comprendido lo que es la felicidad.
Mis estrellas ¡¿Qué tal?! Si las del cielo brillan, vosotros
aúnmáaas porque tenéis el Átomo Divino, porque está siempre encendido y
que hacéis un esfuerzo cada día y un esfuerzo por alimentarlo, porque
aceptáis lo que cada día se os presenta, cada día es una prueba, o la
vencemos y ganamos o no la aceptamos y perdemos.
Hubo un padre que puso también una prueba a sus hijos que los
amaba mucho, a cada uno le gustaba oír sus elogios y sus virtudes, el
padre les dijo: “Por mucha avaricia que tienes, rompes el saco, pero estás
en el camino, ten cuidado puedes perder tu casa.” A otro hijo le dijo: “Ya
ha llegado el momento de que te vayas de casa, pues todo lo que se te ha
dado aquí no has querido aprender, no has querido, entonces tienes que
irte y se fue”. A otro hijo le dijo: “Se acabó ya de vivir en la montaña, de
ser negativo, o esa idea de hacer queso de cabras, ¡no! Ahora tienes que
ser cuidador de almas”. A otro le dijo: “Has divorciado, es el momento o
vuelves atrás o empiezas una vida pleeena como un sol y saldrás
adelante.” A otro le dijo ¡cuidado con las ambiciones! Pues ellas te pueden
llevar si son nobles a una victoria fija, pero si son personales te llevarán al
infierno.” A otro hijo le dijo: “Se un buen hijo, ama a tu padre, a tu madre
y a tu hermano, acepta como son, si llegas a perdonarte a ti mismo,
comprenderás que siempre tan amado, tu madre ha dado la vida por ti, tu
padre ha trabajado muy duro para pagarte los estudios y tu hermano
siempre ha sido un criado para ti y ha estado a tu servicio, procura bajar
de esa escalera tan alta y ponte al nivel de ellos y verás que tienen corazón
que cada día sufren esperando una visita, puede ser en el hospital, puede
ser en el trabajo, puede ser en algún sitio, si tanto te duele ¿Por qué no
piensas el dolor que llevan ellos? ¡A qué sirve a esa madre que encienda
velas! Para que protejan a su hijo, si su hijo prefiere la oscuridad?.”
Así que el padre les puso esa prueba, no tardaron ni 5 minutos, su
reacción fue clara y neta, todos dijeron “No nos ha gustado, pero
4. aceptamos, porque miramos en el fondo de nosotros y nos vemos tal cual.
Solo el último hijo rechaza la verdad y no quiere mirarse en el espejo,
porque piensa que viviendo con un engaño o una mentira será más grande
y la grandeza solamente puede ser alimentada por la bondad, por la
humildad, por querer ayudar a los otros, entonces lo reconocerán.
Mis estrellas, no me cansaré nunca de deciros que sois las más
grandes, que tenéis un poder infinito, solo dado por el Universo y Quien
habita en ese Universo, cuidado con el ocio y con la pereza, pues aquel
que la cultiva perderá todo y no tendrá nada y quien quiera avanzar,
pensar únicamente en la Fe, es la llave de todas las cerraduras.
Ahí os dejo mis estrellas, compartiendo esta maravilla, porque
todas vosotras para Servidora, sois lo más grande, lo más sagrado y lo que
más respeto.
Con todo mi amor
La Jardinera