3. Viviendo bajo el estandarte de Satanás:
Muertos en nuestros pecados. Efesios 2:1-2.
Siguiendo los deseos de la carne. Efesios 2:3.
Viviendo bajo el estandarte de Dios:
Exaltados con Cristo. Efesios 2:4-6.
Disfrutando las riquezas eternas. Efesios 2:7.
Lo que Dios nos ofrece:
Salvados por gracia. Efesios 2:8-10.
En Efesios 2:1-10 Pablo nos ofrece una vislumbre de
dos momentos de nuestra vida: ayer y hoy. Nos
explica también lo que Dios, por su gracia, ha hecho
por nosotros.
Al leer este pasaje, debemos responder a estas tres
preguntas: ¿Qué significa estar muertos en pecados?
¿Qué significa resucitar con Cristo a nueva vida en Él?
¿Qué significa ser salvo por gracia mediante la fe?
4.
5. Pablo plantea nuestra vida
en una secuencia clara:
Ahora bien, ¿qué significa que estábamos muertos en pecados?
El pecado era nuestro estilo de vida
Seguíamos las costumbres del mundo
Estábamos dominados por el príncipe de este mundo
Éramos hijos de desobediencia
Esto significa que, antes de conocer a Cristo, vivíamos dominados por dos fuerzas externas:
El ambiente que nos rodeaba
El príncipe de la potestad del aire (Satanás)
6. Si bien Pablo ha mencionado dos fuerzas externas que
nos dominaban, ahora clarifica la razón por la cual lo
hacían: nosotros mismos queríamos someternos a ellas.
Pero, aunque hoy todavía seguimos teniendo tendencia al
pecado, por la gracia de Dios ya no somos dominados por él, ya
no somos hijos de ira.
Es decir, cometíamos continuamente pecados porque éramos
pecado (nuestra naturaleza era pecaminosa), pensábamos en el
pecado y vivíamos para el pecado.
Queríamos hacer lo que nos apetecía; seguir los
pensamientos de nuestro corazón (Stg. 1:14-15). Nuestra
naturaleza era la de “hijos de ira”, como todos aquellos
que aún no conocen a Dios.
7.
8. Para nosotros era imposible cambiar nuestro estilo de vida, nuestras tendencias. Por eso,
Pablo comienza esta nueva sección diciendo: “Pero Dios…”. ¿Qué hizo Dios por nosotros?
Nos dio vida con
Cristo (quitó
nuestros pecados)
Nos resucitó con
Cristo (nos dio una
vida nueva)
Nos sentó en los
lugares celestiales con
Cristo (nos dio poder
sobre el maligno)
Hemos pasado de una existencia dominada por
los demonios a una vida de abundancia espiritual
y de poder en Cristo.
¿Qué hicimos nosotros para merecer todo esto?
Nada. Dios lo hizo por su “misericordia, por su
gran amor con que nos amó”. Todo el mérito y la
gloria son Suyos.
9. El plan de Dios se desarrolló en el pasado con la muerte vicaria
de Cristo, su resurrección y su exaltación.
La manera en que experimentamos hoy la gracia divina es
un testimonio que evidencia ante el Universo el
incomparable amor de Dios.
Esta gracia se hizo patente en el
pasado, la vivimos hoy y será
nuestro tema (y el tema de los
ángeles y de los mundos que nunca
cayeron) por toda la eternidad.
Y se seguirá desarrollando “en los siglos venideros”, porque la
gracia de Dios nunca acaba.
Se desarrolla en el presente, en nuestras vidas, con el mismo
poder que lo hizo en Cristo.
10.
11. Al terminar esta sección, Pablo se quiere asegurar de que sus lectores han comprendido en
qué consiste el plan de salvación, y qué parte realiza Dios en él, y qué parte nosotros:
Somos salvos por gracia
La fe es el medio
Pero la fe no es nuestra, es un don de Dios
Ninguna obra nuestra nos salva
Por tanto, nadie se puede gloriar por su salvación
Tras salvarnos, Dios nos crea para buenas obras
Toda buena obra que hagamos, Dios la había preparado ya
con antelación
La idea queda clara. La salvación viene de Dios, nosotros solo tenemos que aceptarla.
12. “Oh Jesús precioso, amoroso,
longánime, benigno ¡cuánto te
adora mi alma! ¡Que un alma
pobre, indigna, contaminada
por el pecado pueda estar de pie
delante del Dios santo, perfecta
en justicia, sólo lo debemos a
quien es nuestro Sustituto y
Garantía! Maravíllense los
cielos y asómbrese la tierra, que
la raza caída sea objeto de su
infinito amor y gozo”
E. G. W. (Alza tus ojos, 29 de diciembre)
“En el don incomparable de
su Hijo, Dios rodeó al
mundo entero con una
atmósfera de gracia tan real
como el aire que circula en
derredor del globo. Todos
los que decidan respirar
esta atmósfera vivificante
vivirán y crecerán hasta
alcanzar la estatura de
hombres y mujeres en
Cristo Jesús”
E. G. W. (El camino a Cristo, pg. 68)