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CA periódico
1. Periódico GratuitoCine y Arquitectura
Enero — Febrero 2015Año I — Número 0
El año de Le Corbusier · Entrevista a Sergio Fernández
Decorados de Cine: Viaje a la Luna · Arquitectura y Videojuegos
2. 32
EditorialEditorial
Staff
Producciones Dímelo a mí S.L. Ana María Muriel
Director Ismael Juárez Dirección de Arte Alberto Perancho Publicidad Raquel Mendaña
Han participado en este número Sergio Fernández, Carlos Fernández Barrientos, Guillermo Marcos Velasco,
Joaquín Camaño Riveiro, Benjamín Villaverde, Cris Puertas y Rubén Montero.
Contacto redaccion@caperiodico.com — publicidad@caperiodico.com
Este primer número de CA pretende ser un vehículo
impreso para que los lectores se acerquen al Cine y a la
Arquitectura desde una perspectiva única y conjunta. Con
ello, buscamos que ambas disciplinas sean objeto de análisis
y desarrollo, donde el eje trazado entre ambas no sea una
mera comparación metafórica cargada de voluntarismo
intelectual, sino que, tanto el Cine como la Arquitectura,
sean capaces de mirarse a sí mismas a través de los puentes
que entre ambas existen.
Es necesario percatarse de cómo las artes audiovisuales,
y en concreto el cine, han influido e influirán en el diseño
y evaluación de los elementos arquitectónicos, así como la
construcción y elección de espacios ha sido y seguirá siendo
parte imprescindible en el cine. Y esto por resaltar una sola
de las conexiones patentes que, a priori, podemos poner
de manifiesto en ese eje mencionado que va del Cine a
la Arquitectura.
Desentrañar esas relaciones es el objetivo de CA.
Un periódico bimestral hecho para todo tipo de público
amante de estas dos artes, en el que también iremos
poniendo el acento en aquellos profesionales que de
modo más evidente ejercen de puente entre el Cine y
la Arquitectura. Por ejemplo en aquellos que trabajan
dentro del ámbito de la dirección artística aunque también
en disciplinas que pueden ser situadas dentro del eje
mencionado y que pueden ir desde el mundo de
la ingeniería al de los videojuegos.
Esperamos que disfruten de este primer número. En
nuestro ánimo está acercarnos a todo tipo de lectores
que encuentren en CA una manera distinta de aprender e
informarse de la relación pasada, presente y ¿por qué no?,
también futura entre el Cine y la Arquitectura.
3. 4 5
Cine y Arquitectura Cine y Arquitectura
El año de Le Corbusier
El 27 de agosto de 1965 moría Charles Édouard Jeanneret-Gris, conocido
como Le Corbusier. Arquitecto, urbanista, diseñador, pintor, escritor,
fotógrafo, cineasta. Ninguna disciplina escapó a su exploración y entrega,
desarrollando siempre una libertad creativa, sin miedos, que le llevaron a
combinar naturaleza y tecnología para desentrañar las necesidades futuras. De
cualquier forma, el hormigón armado, la fachada no estructural o las ventanas
alargadas destacan sin duda entre sus grandes aportaciones. Además del
Modulor, el sistema de medidas antropométricas con el que definitivamente
sitúa la arquitectura al servicio del hombre.
Al cumplirse el 50 aniversario de su muerte, 2015 se prepara para
redescubrir su obra desde distintas ópticas. De hecho, en los últimos años,
distintas instituciones culturales de reconocido prestigio ya han avanzado
exposiciones, adelantándose a la efeméride. Tal fueron los casos de las
exposiciones “Le Corbusier y Jean Genet en el Raval” , en el MACBA de
Barcelona durante 2012; “El laboratorio secreto de Le Corbusier”,en la
Moderna Museet de Estocolmo y “Le Corbusier y la fotografía”, en la CIVA de
Bruselas, ambas en 2013; o la retrospectiva de 200 obras, organizada por el
MoMa que durante 2014 ofreció CaixaForum Madrid, por solo citar algunas.
Para este año que comienza, la actividades no cesarán. En Francia, por
ejemplo, se está preparando una exposición de Le Corbusier en el Centro
Pompidou que será presentado en abril. En España por el momento el Centro
Palacio de Cibeles de Madrid exhibe ya, hasta el 5 de abril, 168 tarjetas postales
de entre las más de dos mil que el arquitecto llegó a coleccionar a lo largo de
su vida, tratando de indagar una vez más en distintos aspectos visuales, más
o menos al margen de su obra principal, que pueden proporcionar más claves
para entender el talento e inspiración de Le Corbusier.
Así mismo, FICARQ 2015, la tercera edición del Festival Internacional
de Cine y Arquitectura que se celebra en el Principado de Asturias cada año,
ya ha avanzado que Le Corbusier formará parte de la oferta temática de dicho
festival. Como arquitecto pero también en cuanto a su relación con el cine. O
para ser más precisos, aunque también más amplios, en cuanto a su relación
con las artes audiovisuales.
En este sentido, cabe recordar en este artículo que la secuencia
cinematográfica tuvo una gran influencia en su manera de concebir el espacio
arquitectónico, empezando a considerar el movimiento a la hora de proyectar
esos espacios. La creciente audiencia que el cine iba alcanzando, hizo que,
a partir de los años treinta, los arquitectos lo viesen como un método de
exponer sus teorías y esto les llevó a expresarse a través de los documentales.
Buscaban así publicitar contenidos específicos concentrándose en aspectos
formales o estéticos, o mediante films que eran rodados durante
Le Corbusier conoció la obra cinematográfica de Maya Deren y dejó constancia escrita de su
impacto en él.
El Pabellón Philips fue una construcción efímera diseñada por Le Corbusier y Iannis Xenakis para la
Exposición Universal de Bruselas del 58.
la construcción de edificios diseñados por arquitectos modernos. De esta
forma Pierre Chenal filmó una serie de documentales (Architectures
d´aujourd´hui) en 1930 para retratar su experiencia en la arquitectura
moderna a través de un paso por las villas de Le Corbusier. Los guiones
de estas películas fueron elaborados por Chenal y Le Corbusier con la
colaboración de Robert Mallet Stevens y fueron musicalizados por el
hermano de Le Corbusier, Albert Jeanneret.
Le Corbusier ya en el año 1928, en un viaje que realizó a Moscú, había
quedado impactado con la construcción de edificios que había visto en la
película sin terminar "Old and New", de Eisenstein, debido a que guardaban
un gran parecido con sus edificios construidos en Stuttgart el año anterior.
Para Le Corbusier, «fue el cine con sus propios medios el que dio forma al
séptimo arte». Fue así como empezaría a darse cuenta de que la apropiada
atmósfera del cine, tanto en innovación técnica como en investigación
estética que se ejercitaba en la producción cinematográfica, permitía a
los arquitectos estudiar las nuevas formas de experimentar el espacio,
realizándolo de forma más continua liberando espacios, e introduciendo
rampas y líneas rectas en sus edificaciones.
La visión del nuevo habitante resurgido de la era moderna se basaba
en el poder percibir de manera sensorial y sensitiva el entorno de la casa,
y en definitiva de cualquier edificio, guardándolo en su memoria. Se
desarrollaban entonces en el individuo diferentes puntos de vista que le daban
una continuidad al espacio que antes sólo se lograba a través de fotogramas
independientes unos de otros. Esta secuencia dinámica de imágenes
continuamente cambiantes del entorno, creaban en la persona un estímulo
ante el movimiento.
Además del documental de Chenal, este año resulta interesante para
encontrar en las reflexiones de Le Corbusier sobre Maya Deren, madre
del cine underground en Estados Unidos, quien abrió nuevas vías para el
cine de vanguardia creando una bisagra entre las artes plásticas y el cine,
una aproximación al origen del Pabellón Phillips donde se instaló la que es
considerada la primera instalación multimedia en la historia y que
Le Corbusier diseñó para la Exposición Universal e Internacional de Bruselas
de 1958, combinando arquitectura, fotografía, imágenes en movimiento,
luz y música.
Sin duda las posibilidades de redescubrir a Le Corbusier en el 50
aniversario de su muerte son muchas. Y sin olvidar el eje de su genio, la
arquitectura, su relación con las artes audiovisuales, lo que estas han dicho de
él, así como lo que él dijo de ellas y a través ellas, será otro motivo excitante
para adentrarse en este 2015, el año de Le Corbusier.
Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte del genial arquitecto, durante 2015 diferentes eventos y
actividades en distintos países recuerdan su legado, en el que su relación con las artes audiovisuales no
escapará del análisis general de su obra.
Por Carlos Fernández Barrientos
4. 6 7
Cine y Arquitectura Cine y Arquitectura
¿Cómo surgió el proyecto de “Rupturas silenciosas”?
La Facultad de Arquitectura de Oporto siempre ha sido una facultad
bastante abierta. Allí donde surgió un equipo que andaba interesado en el cine
que tuvo la idea de hacer un grupo de investigación sobre cine a partir de la
arquitectura. Y así, se acabaron haciendo una serie de películas que trataban de
vincular cine y arquitectura.
¿Y qué nos puede decir del resultado?
Para ser honesto, el resultado no me parece brillante pero, sea como sea,
esas películas son un intento de ver la arquitectura a través de una pequeña
trama. En realidad, lo que creo es que hacer cine es muy difícil de llevar a cabo.
De igual forma que la arquitectura debe ser realizada por profesionales de la
arquitectura, también el cine necesita de verdaderos profesionales para un
resultado satisfactorio. Por ejemplo, una de las películas es sobre una casa mía.
Yo la diseñé y la tengo en propiedad. Y sinceramente no me parece que esta
película esté tan bien como otras porque creo que tiene demasiado argumento
y la arquitectura, en mi opinión, no queda reflejada como entiendo que podría
haber quedado reflejada. De cualquier forma todo esto es una opinión personal.
Lo cierto es que el intento de juntar cine y arquitectura resultó en este proyecto
algo muy interesante y seguro que puede serlo aún más si se insiste en ello.
Sobre la casa suya que aparece en “Rupturas Silenciosas” usted ha
dicho: "Es un mal proyecto pero es una buena casa".
La casa esa tiene algo muy especial, muy particular, y es que a la gente
joven le gusta mucho. Tal vez porque fue fue hecha cuando yo era joven.
Supongo que es divertida y a los jóvenes que van a verla siempre les digo esa
frase. En realidad no creo que sea un mal proyecto pero tampoco es un proyecto
tan bueno. Sin embargo es una casa en la que se vive muy bien. Muy bien. Es
una casa que se habita con comodidad, muy cercana al paisaje en el que está
construida y con unas vistas fantásticas. La casa está hecha para disfrutarla
y en función de un programa de viviendas que hice hace muchos años,
intentando que la gente se sintiera siempre en comunión dentro de la casa pero
también en comunión con el entorno. Así que lo que la frase quiere decir es que
en realidad el proyecto no es que sea malo pero tampoco está tan cuidado como
otros. No es sofisticado, es elemental. Pero eso me parece positivo.
¿No le parece que es un sin sentido querer construir edificios
eficientes llenando, por ejemplo, la cubierta de mil máquinas
para aumentar el rendimiento un 110%, con un aspecto horroroso
en ocasiones, cuando simplemente se aumentaría la eficiencia
orientando el edificio al sur?
Es verdad. Por mi experiencia sé de eso. Se obliga a toda esa maquinaria
que ahora es obligatoria y que encima se sabe que no hay dinero para ponerla
a funcionar. Es de locos. Realmente hay algo ahí que no está bien. Mi casa es
el caso extremo. Como no hay nada, funciona como siempre todo funcionó.
Si hay calor se abre la ventana. Si hay frío se cierra la ventana. Y eso también
es posible porque es una casa de vacaciones, una casa de fin de semana.
Probablemente si fuese una casa para vivir todo el año no sería tan eficiente.
Pero la cuestión es que la arquitectura tiene que servir para lo que es. Mi
casa es para pasar unos días divertidos y sin compromisos y con este contexto
funciona muy bien porque es elemental. Esto le da calidad. Y repito, a lo mejor
el dibujo y el proyecto de la casa no es tan bueno.
De ahí que un mal proyecto pueda ser una buena casa.
Sí, esa frase se la decía a diario a mis alumnos. E insistía porque en clase
les enseñaba lo que eran buenos proyectos pero luego les mostraba que un
proyecto no tan bueno podía ser una buena casa. Los dos conceptos pueden
oponerse. O no.
¿Y cuál es el edificio que más le representa a usted?
Es difícil porque son muchos años de trabajo. Hemos hecho mucha cosas
conectadas con el patrimonio histórico. Y hay cosas importantes, la verdad.
Reacondicionar una iglesia del siglo XIII o hacer un edifico nuevo que destaca
puede ser muy interesante. Pero estoy muy orgulloso de la casa pequeña de la
que hablaba aunque yo vivo en otra hecha por mí. Tal vez la pequeña me gusta
más porque es un refugio cerca de Oporto, donde consigo aislarme para trabajar
y también descansar. Supongo que tiene una carga afectiva muy importante
para mí. Así que puede ser que sí, es la que más me gusta.
¿Entonces los criterios arquitectónicos son tan importantes como
los afectivos?
Sí, los afectivos cuentan mucho. La arquitectura puede hacerse de un
modo muy cuidado pero sin afectividad y emoción la arquitectura no existe.
Porque la arquitectura es una búsqueda de la resolución técnica de problemas
pero que no tiene sentido si no hay una parte artística, afectiva e intuitiva. Y eso
es lo realmente difícil.
Usted ha conocido a los arquitectos Fernando Távora, Alvaro de
Siza y Souto de Moura. ¿Cuál cree que ha sido la influencia de estas
personas en la arquitectura?
Távora sobrepasa a todos. Fue mi profesor y yo tengo 77 años. Imagínese.
Fue la persona que fundó la Nueva Escuela de Oporto. Dio un concepto de
humanización de la arquitectura, de la necesidad del conocimiento profundo
de la historia, del contexto y el entorno, y se acercó mucho a la gente, a las
personas. Él es insustituible. Todos somos hijos de Távora. Unos mejores y otros
peores (risas). Luego vino Siza que es genial, tan genial que sigue siendo actual.
Soy amigo de él desde bien joven. Álvaro es mejor que todos todos nosotros
juntos. Siza, Souto de Mora y yo fuimos amigos de Távora. Sin embargo Álvaro
tuvo la genialidad de saber interpretarle mejor que ninguno.
Y lo exponenció influyendo a la gente más joven en un momento en que
se repensaba la arquitectura profundamente, en que se buscaban la raíces
portuguesas para hacerlas más modernas y no copiar modelos extranjeros
que no tenían nada que ver con nosotros. Esto también ocurrió en otros países
donde se buscó hacer una arquitectura moderna pero conectada con la realidad
del país en cuestión. Y Souto de Moura es una especie de continuidad de Siza,
aunque es bastante diferente a él. Bien es verdad que con preocupaciones
semejantes y con una calidad de dibujo extraordinaria.
¿Cree que a los estudiantes se les premia antes por el diseño que
por la sostenibilidad y funcionalidad de los proyectos?
Lo que me gustaría es que las dos cosas no fueran opuestas. El diseño y
la sostenibilidad tiene que ir de la mano, no deben separarse. Es verdad que a
medida que aumenta la población en el mundo debemos ser muy cuidadosos
con las sostenibilidad pero no puede ser algo en abstracto. Y de hecho hay
ejemplos de cosas que no son sostenibles y son maravillosas aunque creo que ya
no es momento para hacer cosas así.
Por volver al origen audiovisual de esta entrevista, ¿qué tipo de
cine prefiere y cuál es su película favorita?
Mi película favorita es “Rocco y sus hermanos”, de Visconti. Podría decir
también “Ciudadano Kane”, de Orson Welles pero pienso que no ha habido otro
director como Visconti. “Rocco y sus hermanos” es muy importante para mí
porque su trama nos habla del hombre bueno que estropea las cosas y eso me
parece muy bonito. Porque es verdad que él es bueno pero es inconsecuente.
Me parece un retrato fantástico de la Italia de aquel entonces. Para mí decir
Visconti es decirlo todo en el cine.
El arquitecto portugués Sergio Fernández nos habla del proyecto fílmico en el que participó
y que fue proyectado en España en FICARQ 2014, además de darnos sus impresiones sobre
arquitectura y cine.
‹‹La arquitectura, sin emoción,
no existe››
Por Ismael Juárez
A CASA DO LADO // Archivo del Proyecto
"Rupturas Silenciosas"
5. 8 9
Dentro de la naturaleza de todos los seres humanos
existe la profunda necesidad de relacionarse. Esto
genera espacios arquitectónicos y éstos a su vez
producen nuevas formas de interacción. Con los
videojuegos pasa exactamente lo mismo. El juego es
parte de la condición humana y una de las formas
más potentes de conocerse entre semejantes.
La mayoría de los juegos tratan de dominar
un espacio, un tiempo y un lugar determinado
en relación con otro jugador, por unión o
por oposición. Eso es parte de la esencia de la
arquitectura también.
Jugar a videojuegos es una experiencia
inmersiva en alto grado que requiere una gran
concentración por parte del jugador, pudiendo
éste llegar a somatizarla, a vivir de un modo
físico los estímulos que provienen del hardware
usado a tal fin, bien sea una computadora, una
consola o un entorno de realidad virtual más
avanzado.
En la actualidad los jóvenes tienen asumida
como propia la tecnología 3D de los videojuegos
y como clientes potenciales necesitan formas
de comunicarse con la arquitectura acordes a
sus realidades. Es por eso que a día de hoy son
ya numerosos los estudios de arquitectura están
incluyendo el videojuego como herramienta de
representación, generando a partir del proyecto
un modelado 3D y analizando su espacio de
forma lúdica, observándolo y recorriéndolo,
incorporando a la perspectiva el factor tiempo y
la capacidad de decisión de elegir dónde mirar y
dirigirse. Las posibilidades que se abren entonces
para la arquitectura son múltiples. En el estrato
más básico, si el arquitecto genera un videojuego
del proyecto el cliente participa de un modo más
activo de la representación del mismo. Se rompe
una barrera entre el proyectista y el destinatario
final y se le ofrece una visión menos unívoca que
la que significaba las perspectivas fijas elegidas
de antemano. Aunque este uso es de una utilidad
fuera de toda duda resulta de mayor interés la
implicación del videojuego en la fase de proyecto,
dejando a un lado la intención de generar un
producto acabado pero favoreciendo el desarrollo
del proyecto y la experimentación. De este
modo se pueden potenciar las capacidades del
arquitecto, por ejemplo desarrollando espacios
que actualmente la técnica no permite construir
o simplemente arquitecturas imposibles y
paradójicas que estimulen la capacidad creativa.
Un último paso de la relación entre arquitectura
y videojuegos, sería llevar la herramienta más allá
de las simples capacidades de representación e
interacción y desarrollar videojuegos que no solo
muestren la arquitectura, sino que la generen,
programando la herramienta, en este caso el
motor de videojuegos, para que la experiencia de
juego, nuestra manera de usarla, cree espacios y
relaciones.
A nivel de herramientas, tanto el software
como el hardware actual, permiten incorporar
al estudio de arquitectura los motores de
videojuegos. Unreal Engine, Cryengine o Unity
comienzan a ser habituales en los principales
estudios y presumiblemente tecnología como
Occulus Rift será lo siguiente en aparecer. Al
mismo tiempo los videojuegos necesitan de
la arquitectura. La práctica totalidad de las
compañías incorporan arquitectos en el diseño
de sus entornos y escenarios ya que no hay
juego posible sin un espacio donde ubicarlo. La
relación entre arquitectura y videojuegos tiene
profundas raíces y forma parte del presente y el
futuro de ambos mundos.
Arquitectura y Videojuegos
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Cine y Arquitectura Cine y Arquitectura
El cine, al igual que la arquitectura, es un arte que engloba a distintas
artes. Con la peculiaridad de que la primera nació hace algo más de un
siglo y su evolución a lo largo de todos estos años ha llevado consigo el
consiguiente desarrollo de todas esas disciplinas que la configuran. De esta
forma, a nadie se le escapa que la interpretación de los actores desde las
primeras películas ha sufrido una evidente transformación, así como el uso
de la cámara y la edición de imágenes, llevando al cine a ser lo que es.
Sin embargo, un aspecto importante en la configuración de la
gramática y sintaxis cinematográfica a lo largo del siglo XX, y que en
muchos casos escapa al análisis más o menos divulgativo, más o menos
técnico, es el diseño y construcción de los decorados cinematográficos.
Los críticos e historiadores de cine, así como el público cinéfilo en
general, olvidan en demasiadas ocasiones que, más allá del director, del
guionista o de los actores, que son quienes normalmente reciben toda
la atención, el diseño de producción y, en este caso, el diseño de los
decorados, han sido y son una parte decisiva en casi cualquier película.
El cine en sus inicios estuvo íntimamente unido al teatro. Con
profesionales de ese mundo se empezó a nutrir en gran medida el
séptimo arte desde finales del siglo XIX. Y como no podía ser de otra
forma, los decorados que en aquellas pequeñas grandes producciones
se empezaron a diseñar tenían una influencia teatral innegable.
A pesar de ello (o tal vez debiera decirse, gracias a ello) me parece
oportuno remontarme a los pioneros cinematográficos y, en concreto,
a George Méliès y su obra más emblemática “Viaje a la Luna” (1902),
para destacar sin complejos estos inicios y, al mismo tiempo, resaltar los
primeros aspectos que, en cuanto al diseño de decorados y al de dirección
de arte en general, comenzaban a independizar el cine del teatro.
En 1897 Méliès funda su primer estudio cinematográfico en Montreuil-
sous-Bois que, según qué patria, simpatías y efemérides reconocidas, es
considerado el primer estudio de cine de la historia. Eso sí, con permiso de
Edison y su Black Mary. El estudio del francés era un edificio compuesto
por paneles de cristal que estaba diseñado para aprovechar la luz del sol,
ya que Méliès no rodaba con luz artificial. Y es que los generadores con
los que contaba no tenían la suficiente potencia. Por ello, este primer
(o segundo) estudio cinematográfico de la historia del cine, puede
considerarse una fusión entre un teatro y un estudio fotográfico.
Yendo a la película, cabe decir que la dirección artística corrió a cargo
de una persona llamada Claudel, de quien se conoce sólo el nombre propio
y que, por supuesto, no aparecería en los créditos. Claudel trabajaría en
esta filme con Méliès. Juntos diseñarían los decorados que posteriormente
serían realizados con paneles fijos, pintados como un cuadro. En este
sentido hay que destacar que la escenografía de “Viaje a la luna” está
inspirada en las ilustraciones de Henri de Montaut, para la novela “De
la tierra a la luna” cuyo autor, Julio Verne, había publicado en 1865.
Los decorados contaban con paneles móviles y planchas verticales
de diferentes tamaños combinadas entre ellas, creando así diferentes
tipos de espacios y dando profundidad a las escenas. En realidad eran un
calco de los que habitualmente se usa en los teatros, donde el conjunto
de elementos ocultan plataformas, escaleras, etc, que dan más realismo y
relieve al escenario, situando además en primer plano distintos elementos,
como una mesa, un peldaño o una pizarra, para conseguir una mayor
profundidad, dotando especialmente a los primeros compases de la
película, aunque a toda ella en general, de una perspectiva sensacional.
Y es que Méliès se expresa con la conjunción de distintos trucos
de cámara y técnicas teatrales muy eficaces. Entre estás últimas, debe
hacerse mención a la escena de la aparición de la Tierra en el firmamento
y que fue logrado mediante el movimiento del suelo del escenario. Y por
supuesto que por lo que Méliès es reconocido también, y que no tiene
que ver ni con la audacia de la cámara, ni con sus conocimientos de la
escenografía teatral, pero que en muchos sentidos podríamos hilvanarlos
con esta última, se encuentran en el diseño de maquetas en muchas de sus
películas. Con la ayuda de una de ellas lograría su secuencia posiblemente
más recordada y uno de los iconos cinematográficos de todos los tiempos:
la secuencia en la que la nave se incrusta en el ojo de la luna.
Sin duda, la influencia teatral es más que evidente. También en
la interpretación de los actores. No obstante es importante subrayar
que, en toda la película, los elementos dinámicos (los actores) y los
estáticos (los decorados) confluyen armónicamente, reproduciendo tres
dimensiones en dos, y dando una imagen de lejanía sin relieve real.
Desde luego, Méliès es un pionero del cine reconocido sin reservas.
Aunque actualmente en ocasiones esa mirada que podemos tener sobre
una película como “Viaje a luna” pueda llevarnos a ver aquellos decorados
como algo primitivo, por estar aún tan emparentados con el teatro, tal
vez se nos escape que, incluso con ese nexo teatral aún tan evidente,
en realidad aquellos diseños trascendieron lo artesanal y ayudaron a
impulsar el desarrollo posterior de la escenografía cinematográfica
como un aporte decisivo para elevar el cine a la categoría de arte.
Esta afirmación tan categórica puede verse suscrita con las palabras del
arquitecto y diseñador de decorados francés, Robert Mallet-Stevens, quien en
1929 escribió: 'El decorado, para ser un buen decorado, debe actuar. Tanto si es
realista, expresionista, moderno o histórico, debe desempeñar una función.
El decorado debe presentar al personaje antes de que éste aparezca,
debe indicar su posición social, sus gustos, sus hábitos, su estilo de
vida, su personalidad. Los decorados, al igual que la arquitectura,
pueden incluso aspirar a los ideales de las otras artes, a la expresión
de sentimientos esenciales de una forma arquitectónica'.
Decorados de cine:
Viaje a la luna
Joaquín Camaño Riveiro
Vice-decano del Colegio Oficial de Diseñadores de Interior de Asturias y
Miembro del Consejo Europeo de Arquitectos de Interior.
Fotograma de ´Viaje a la Luna´, Georges Méliès 1902
7. 12 13
Mr. Turner
Reino Unido, 2014 Mike Leigh
149´ - Drama biográfico
Un alarde de composición y luz, en el que el
diseño de producción y la dirección de arte
han jugado un importante papel en este
prodigio visual que narra los últimos años
de vida de Joseph M.W. Turner, el pintor que
llevó el romanticismo hasta las puertas del
impresionismo, y que tras la muerte de su padre
se muda a un lugar recóndito. Allí establecerá
una amistad muy especial con una mujer.
El París de las películas de
Truffaut
Truffaut, Paris
Arturo Barcenilla Tirapu T&B Editores.
Madrid, 2014 - 160 págs.
Buenos días, Babilonia
BenjamínVillaverde
Ciudades de
Cine
Francisco García Gómez y Gonzalo M. Pavés.
Ed. Cátedra.
Madrid, 2014 - 540 págs.
Life Feels Good
Chce sie zyc Polonia, 2013
Maciej Pieprzyca - 100´ - Drama
Ganadora del León de Plata y el premio del
público en el festival de cine polaco de Gdynia; el
Gran Premio y el premio del público en el festival
de Montreal; y el premio al Mejor actor y a la
Mejor Dirección Artística para Dawid Ogrodnik y
Joanna Wojcik respectivamente en el FICXixón.
“Life feels good” está inspirada en una historia
real, sobre la vida de un chico con parálisis
cerebral, llena de humanidad, optimismo y
entusiasmo sin caer en ningún momento en
el melodrama.
La Sapienza
Francia, 2014
Eugène Green - 107´ - Drama
Un arquitecto francés y su mujer, socióloga,
especializada en contextos sociales difíciles,
son una parejacon problemas en su relación.
Para intentar arreglar la situación, él decide
retomar un proyecto del pasado: viajar a Italia y
escribir sobre el arquitecto barroco Francesco
Borromini. Ella, necesitando tomar distancias
con su propio trabajo, decide acompañarlo. La
arquitecura clásica y la música de Monteverdi
son protagonistas también en la película.
Archiculture
Estados Unidos, 2013
Ian Harris, David Krantz - 25´
Cortometraje documental
Este aclamado documental norteamericano de
25 minutos analiza las fortalezas y debilidades de
la enseñanza de arquitectura, a través de unos
estudiantes que están preparando sus proyectos
finales de carrera. Un film que mantiene un
diálogo crucial con el presente y el futuro de
la creación arquitectónica desde un enfoque
pedagógico en el que las opiniones de alumnos y
profesores se contrastan y complementan.
The Competition
España, 2013
Ángel Borrego Cubero - 90´ - Documental
Este documental muestra cómo algunos de los
mejores arquitectos del mundo, tales como Jean
Nouvel, Frank Gehry o Zaha Hadid, mantienen
una dura competición para el Museo Nacional de
Arte en Andorra. “The Competition” es un film
provocativo, irreverente e incluso muy divertido
sobre la realidad de las competiciones de
arquitectura y las maquinaciones de las grandes
compañías que no deja a nadie indiferente.
¿Existe relación entre el cine y la arquitectura?
¿Hay arquitectura en un guión? ¿Y cine en
los planos de un edificio? Ante este dilema un
amigo me contestó: ‘Claro que hay relación,
los protagonistas viven en casas’. Pensándolo
bien, el hombre prehistórico de “En busca
del fuego” vive en una cueva y decora sus
paredes en puntos estratégicos para captar la
mirada del invitado. Alguien perdió el sueño
diseñando obstáculos en algún templo maldito
para saqueadores y algún arqueólogo que lleva
látigo y sombrero Fedora. Incluso la Estrella
de la Muerte fue diseñada por un arquitecto,
punto débil en el centro incluido, para que Luke
pudiera destruirla. ¿Y estos ejemplos los podemos
encontrar en una construcción o en un diseño?
Más preguntas. ¿Ambas son arte o
industria? ¿Se determina igual el éxito o el
fracaso? ¿Hay vida más allá de Tati y Lloyd
Wright en la relación entre ambos mundos? En
resumen: ¿hay alguna analogía entre el cine y
la arquitectura? Intentaré, como buenamente
pueda, encontrar respuestas a estas preguntas,
si es que las hay, en los próximos artículos.
Para empezar, la frase anterior podría ser
el primer ejemplo de estas analogías: El Tema.
Todo lo que se hace en esta vida tiene un objetivo,
incluso las películas de Godard. Un arquitecto
no construye porque sí, hay un objetivo que
realizar: alojar gente, vadear un río, ofrecer
culto a un dios, ganar millones, o tener sexo.
El de un cineasta es transmitir una emoción,
hacer reír, denunciar una causa perdida, o
tener sexo. No, el cineasta no gana millones,
para eso, mejor se habría hecho arquitecto.
El objetivo puede ser claro y puede venir
impuesto, pero el tema ya es otra cosa. El tema es
nuestro, es ese pequeño bicho que nos bulle dentro
de la cabeza, que nos aprieta el estómago y que, a
‘Usted pensó que podría vivir en su casa, pisar
por donde pisaba ella, coger sus cosas. Pero ella
es muy fuerte para usted, no puede luchar contra
ella, nadie pudo con ella ’. Si estás leyendo esto
con la voz de la Señora Danvers en tu cabeza,
enhorabuena: has acertado y estoy hablando
de “Rebeca”, de Alfred Hitchcock. Uno de los
personajes latentes más importantes de la historia
y una de las mansiones más claustrofóbicas que se
recuerdan en el cine. Porque ahí está la gracia de
Manderley: con sus cristaleras, sus amplios salones,
pasillos anchos, y sobre todo, altísimos techos,
sigue siendo dolorosamente agobiante, aunque
los elementos antes citados debieran generar la
sensación contraria. Y eso tiene mucho mérito.
Es más, está directamente dotada de personalidad:
desde el camino serpenteante que conduce a la
puerta, la solemnidad de la fachada, las estancias
frías, inmensas, inabarcables. Y esa acertadísima
dirección artística de Lyle R. Wheeler
mostrando siempre la contraposición entre la
pequeña Joan Fontaine y la grandiosidad de
Manderley. Y cómo el personaje de Fontaine
agacha los hombros cada vez más durante todo el
segundo acto, cargando con el peso de Manderley
como si fuera Atlas. Si pensáis en Judith Anderson
(Danvers), veréis que su postura corporal es la
contraria, levantando la cabeza como si Manderley
fuera una iglesia, un templo a la figura de Rebeca. Y
qué demonios... lo era.
Campaneros
España, 2014
Isaac Bazán Escobar - 70´ - Documental
El documental descubre el periplo sufrido
por los llamados "Campaneros" en la década
de los 50, durante las obras de cimentación
de la ENSIDESA, en Avilés (Asturias), y define
aspectos del desarrollo industrial español
posterior a la posguerra revelando las claves
de la leyenda que habla de cientos de muertos
en aquellos trabajos frente a la versión oficial
que aún hoy tan solo reconoce una docena.
Recomendamos Chill Out
Arquitectura en la trama:
Manderley
CrisPuertas
estudiodecoracion.esCovadonga 8, Gijón
veces, nos pone en pausa el corazón. Esto mismo
vale para una resaca. Películas hay muchas, pero
el director o el guionista aportan un tema. ‘Detrás
de los burgueses hay mucha mierda’ dicen las
películas de Chabrol; ‘El hombre está marcado por
su entorno social’, se resigna Ken Loach; ‘Nada es
lo que parece’, confía Polanski; ‘Sé un profesional’,
educa Hawks; ‘Somos frágiles y nos manipulan’,
explica Hitchcock; ‘Somos unos pringados’,
asegura Wilder; ‘No te fíes de las mujeres’, aconseja
Buñuel; ‘¡Véngate!’, grita Tarantino. Pueden
hacer dramas, comedias, westerns, de manera
clásica o surrealista, pero en la filmografía de
cada uno de estos directores nos encontramos
con su mensaje que repiten sin descanso.
El tema flota sobre la película y es el poso que
queda en el espectador cuando se levanta de su
butaca. Es algo que el director o el guionista tiene
en sus entrañas y quiere sacar a la luz. ¿Ocurre lo
mismo en la arquitectura? ¿La grandilocuencia de
un arquitecto gótico sería una forma de superar
algún problema de tamaño? ¿Las líneas rectas de los
suburbios de Londres se corresponden con una idea
de alienación que algún político quería imponer?
¿Las curvas y dragones de Gaudí eran un reflejo de
los demonios que habitaban en su cabeza? Niemeyer
transmitió sensualidad a sus diseños. Le Corbusier,
razón y equilibrio. ‘La forma sigue a la función’
fue el lema de Gropius y la Bauhaus, en respuesta
a una época en que el imperio alemán había
despilfarrado millones en una guerra estúpida. Eso
es el tema, y el tema marca el estilo, pero eso ya
es otra historia y lo hablaremos en otro capítulo.
Cierro este artículo con la frase de mi
amigo porque es la forma más sencilla de
unir cine y arquitectura: ‘Los protagonistas
viven en casas’. Y mi madre hubiera añadido:
‘Y Dios en la de todos’. Buenas noches.
Constructores de
Ilusiones: La Dirección
Artística cinematográfica
en España
Jorge Gorostiza; John D. Sanderson
Generalitat Valenciana, 2010
198 págs.
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