2. 1.- Situación de los bosques
Las estimaciones indican que de una superficie
de 30 millones de há. existentes antes de la
colonización de Chile, hoy persisten sólo 13
millones de há. Esto significa que en menos de
200 años, ha desaparecido un tercio de la
superficie del bosque original (Armesto et al,
1994; CONAF, CONAMA, BIRF, 1997)
3. 1.- Situación de los bosques
La destrucción avanza de norte a sur (Fuentes, 1994). Los
bosques de la zona norte y central de Chile ya
desaparecieron y la destrucción continúa hacia el sur,
principalmente entre la VII y X Región. Estas zonas son
las de mayor biodiversidad y endemismo de especies
leñosas y donde se concentra más del 70% de las
especies forestales de Chile (Armesto et al, 1992, 1994;
CODEFF, 1996). En las regiones VII y VIII sólo sobrevive
7.1% del bosque nativo original (Armesto y Smith
Ramírez, 1994). La desaparición se debió mayormente a
sustitución por pino y eucalipto (Armesto et al, 1994)
4. 1.- Situación de los bosques
La superficie total de plantaciones de pino y
eucaliptos en Chile ha aumentado de 450.000
há. en 1974 a 2.118.840,2 ha en el año 2003. El
75% de esta superficie corresponde a pino
insigne y el 18% a especies del género eucalipto
(www.conaf.cl)
5. La destrucción de los bosques ha incidido en que
muchas especies asociadas a ellos se encuentren
amenazadas. En esta situación se encuentran 74
especies de árboles y arbustos, 9 especies de
bromeliáceas, 16 especies de helechos y 15
especies de plantas de bulbos. Esto da un total de
114 especies con problemas de conservación
(Benoit, 1989; Lara et al, 1996). Cabe señalar que
esta información no está actualizada y no incluye
todos los grupos de plantas, por desconocimiento
de su estado de conservación.
6.
7. 2.- Situación de la agricultura
De las 75.7 millones de hás. que constituyen la superficie de
nuestro país, sin incluir el territorio antártico chileno, 5.271.580
millones corresponden a suelos cultivables (Santibañez y Royo,
2002). De esta superficie, sólo 2.5 millones de há. son suelos
regables (Ministerio de Agricultura, 2000). Esta reducida cantidad
de suelo disponible para la agricultura se debe a la topografía
accidentada y montañosa de nuestro país. Sin embargo, el
territorio cuenta con excepcionales condiciones de riego en ciertos
valles de la zona semiárida, con una alta productividad. Por estas
razones, la agricultura chilena se concentra en áreas específicas.
En los últimos años, los esfuerzos y las inversiones se han
concentrado en áreas pequeñas de cultivo intensivo, de mayor
rentabilidad, principalmente destinadas a la exportación (Gligo y
Kerrigan, 1985)
8. La diversidad climática a lo largo de nuestro país,
crea condiciones favorables para una gran variedad
de cultivos. La zona norte (I Región) se dedica
principalmente a la producción de primores de
hortalizas (las primeras hortalizas), aceitunas,
orégano, frutas tropicales y ganadería de
camélidos. Posee variedades únicas de frutas y
verduras. Las regiones III y IV, poseen una
producción hortícola importante de primores y han
incrementado significativamente la superficie de
parronales. La IV región conserva su primacía en la
crianza de cabras (Gligo y Kerrigan, 1985; Ministerio
de Agricultura, 2000, ODEPA 2002b)
9. Al centro del país, la zona mediterránea de la V, VI y
RM, es la más dinámica de la agricultura nacional y
se ha dedicado mayoritariamente a la producción
de frutas para exportación. Esta zona produce
además vinos, hortalizas, cultivos anuales, semillas
y flores. La zona mediterránea sur de la VII y VIII
Región, produce cultivos anuales de cereales, arroz,
frijol, maíz, trigo, cereales, oleaginosas y
remolacha, produce semillas para exportación;
tiene la mayor producción vitivinícola de Chile; y
participa del boom de la exportación, con una gran
producción de manzanas (Gligo y Kerrigan, 1985;
Ministerio de Agricultura, 2000; ODEPA 2002b).
10. La macroregión templado lluviosa (IX, X y XI
Región) ha disminuido drásticamente las
siembras anuales de cultivos básicos y
actualmente se dedica principalmente a la cría
de ganado bovino y producción de forrajeras
anuales y permanentes. En la XII Región, el pilar
fundamental es la ganadería ovina (Gligo y
Kerrigan, 1985; Ministerio de Agricultura, 2000;
ODEPA 2002b) ya que el rigor climático dificulta
el desarrollo de actividades agrícolas.