Ham y Hem, junto con dos ratones, estaban atrapados en un laberinto y dependían de un suministro limitado de queso. Cuando se les acabó el queso, Ham se puso a buscar más mientras Hem se quejaba, y Ham eventualmente encontró una estación de queso donde también estaban los ratones disfrutando. Ham decidió administrar cuidadosamente el nuevo suministro de queso para que no se les volviera a acabar.