2. Aristóteles escribió, ya en el siglo X a.C., la existencia de una especie de eyaculación femenina, fuertemente relacionada en la actualidad con la existencia del Punto G. Gräfenberg describe esta zona, capaz de producir en sus tejidos una erección muy similar a la del glande masculino y de segregar una sustancia blanquecina e inodora similar a la producida en la próstata masculina.
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4. Todavía el siglo XIX el intelectual de la aristocracia en la Inglaterra Victoriana, Lord Acton, escribió: "Afortunadamente para la sociedad, la idea de que las mujeres tengan sensaciones sexuales puede ser descartada, ya que no es más que una solemne tontería".
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7. Cara anterior de la vágina, a medio camino entre el hueso del pubis y el cuello uterino, a unos tres centímetros del exterior de la vágina.
12. La estimulación del Punto G puede realizarse introduciendo un dedo en la vágina para ejercer una ligera presión y dar pequeños golpecitos en la zona comprendida entre los tres y cinco centímetros desde la entrada. Se notará una pequeña protuberancia que se hincha y cuya estimulación producirá un líquido lubricante.
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16. 90 por ciento de mujeres obtienen orgasmos por estimulación del clítoris. Orgasmo Clitorideo
17. Una de las razones más importantes para el desconocimiento de esta zona es el tipo de posturas utilizadas con más frecuencia para realizar el coito, que no suelen ser las más adecuadas para estimular el Punto G. Cuando la vágina se sitúa verticalmente hacia el suelo, la gravedad ayuda a la vasodilatación para hacer más intenso el aporte sanguíneo.
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25. Diez veces al día series de diez contracciones de los músculos vaginales Contraer el esfinter uretral Con este ejercicio se fortalece el músculo pubococcígeo, o músculo del amor.