El estado peruano, que pregona la democracia, asesinó a más de una veintena de estudiantes indefensos, sólo por empezar a protestar ´públicamente contra los abusos criminales del estado burgués. A 26 años de lo sucedido, no hay ningún criminal castigado por esta atrocidad. La prensa vendida, guarda silencio cómplice.Esta letrina de impunidad, se llama "sistema democrático"
Masacre de estudiantes de la Universidad N. M. de San Marcos
1. EL GENOCIDIO DE ESTUDIANTES SANMARQUINOS
AQUELLO DE LO QUE LA PRENSA VENDIDA NO QUIERE HABLAR.
¿Qué pasó un 19 de Junio de 1991 en San Gabriel?
El 19 de junio de 1991, en el AAHH San Gabriel Alto y Villa Limatambo (Villa
María del Triunfo), distrito del cono sur de Lima, más de cien estudiantes de
las distintas facultades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se
congregaron allí para realizar una movilización, la cual perseguía los
siguientes objetivos:
a) Denunciar y desenmascarar la impunidad perpetrada por el Estado
peruano en el caso del genocidio de los penales en el año 86;
b) Solidarizarse con la lucha emprendida por los pobladores de San Gabriel
en lo concerniente a la adquisición de servicios básicos como luz, agua y
desagüe, servicios tan carentes por muchos AAHH hoy en día y ;
c) Protestar y denunciar el atropello cometido por las Fuerzas Armadas del
Estado al intervenir la Universidad de San Marcos en mayo de ese mismo
año.
La movilización fue acordada a iniciar a las 11am. No habrían pasado diez
minutos desde que comenzó, cuando apareció el primer patrullero policial, al
mismo tiempo llegó un portatropas con una gran cantidad de policías
armados los que iniciaron el tiroteo, cerrando también la salida del lugar (
San Gabriel Alto está ubicado entre los cerros, sólo una avenida, José Carlos
Mariátegui, conecta dicha barriada con San Juan de Miraflores); llegó
después una tanqueta del ejército cuyos soldados disparaban a todo el
corría; dispersada la movilización, los estudiantes, al ver dicho ataque
comenzaron a huir; la mayoría de ellos huyeron por las zonas aledañas al
lugar (los cerros de San Gabriel Alto o la urb. Villa Limatambo) ,algunos
trepaban por los cerros en su afán de bordearlo, pero helicópteros de la
policía lo impedían disparando a matar a los estudiantes; las balas llovieron
por todos lados ; las tropas del ejército emprendieron una furibunda
represión; la población asustada estaba escondida en sus casas; los
estudiantes ( cuyas edades fluctuaban entre los 17 y 25 años), corrían
buscando refugio, algunos lograban ingresar a las chocitas siendo ocultados
por los mismos pobladores haciéndose pasar por sus familiares, así algunos
salvaron sus vidas; los que no lograban ocultarse caían heridos por las balas
del ejército, mientras que los estudiantes muertos comenzaban a contarse .
El primer caído fue Rafael Avelino Larios Verástegui. Larios era estudiante de
la escuela de Sociología de nuestra universidad; cayó muerto cerca del
mercado de la zona, atravesado por una bala de FAL en la pierna izquierda.
2. Oficialmente se habló de siete los fallecidos, pero testimonios de los
pobladores y del padre del mismo estudiante Larios (afirmó haber visto más
de 20 cadáveres en la morgue), indicaron que eran mucho más. Muchos
estudiantes cayeron mientras trepaban los cerros, por las ráfagas que les
disparaban desde el helicóptero, otros mientras corrían por las calles del
lugar. Toda la zona de San Gabriel estaba cercada por las porta tropas de
policías y tanques del ejercito. Cerca de dos horas duro esta matanza. Aquel
día se perpetró un GENOCIDIO. Fue el operativo antiterrorista” más
sanguinario y cruel aplicado por el Estado peruano en Lima Metropolitana,
dentro del contexto de la guerra interna, contra estudiantes desarmados. En
esta masacre intervinieron fuerzas represivas especializadas como la Unidad
de Águilas Negras, el Escuadrón de Emergencia”, la DINCOTE, a más de
efectivos del ejército. Un total de 300 policías y 200 soldados, los cuales
conformaban el Grupo de Intervención Rápida (GIR) - ente que dependía de
un Comando Operativo Contra subversivo de carácter permanente y a nivel
nacional -participaron en este operativo, según versión oficial, aunque
algunos medios informativos como el programa Contrapunto de canal 2
hacían ver mucho más, no obstante haber justificado este genocidio. Ese día
en San Gabriel, ese grupo contra subversivo (GIR) tuvo su bautizo de fuego.
En medio de la balacera, los militares comenzaron a registrar casa por casa
para ver si encontraban a los supuestos terroristas. Así, muchos estudiantes
fueron sacados a la fuerza de las casas donde estaban ocultados, algunos de
ellos fueron ultimados en el acto una vez muertos, según testigos, los
militares les ponían propaganda subversiva en las mochilas o granadas de
guerra a la altura del cinturón para hacer creer que estaban armados, es
decir les sembraban pruebas incriminatorias, otros fueron detenidos; uno de
ellos se había subido a un microbús: José Luis Córdoba Pérez (25),
estudiante de Química de nuestra universidad, él fue perseguido por la
policía y muerto junto con dos pasajeros, previa balacera dentro del carro.
Por todo ese día nadie podía salir de aquella zona sin identificación; la Av.
José Carlos Mariátegui, que como dijimos, une San Gabriel con San Juan de
Miraflores estaba cerrado por la policía. Según versión oficial se cuentan
entre 7 los fallecidos (pero lo real es que hubieron mucho más), 16
desaparecidos, 51 detenidos, muchos de ellos hasta el día de hoy, otros
tantos exiliados, sin duda un horrendo crimen que quedó en el olvido y en la
indiferencia.
Entre nuestros compañeros fallecidos, de algunos que la prensa dio
información y cuyas necropsias presentan claros indicios de ser rematados a
cercana distancia, se cuentan los siguientes:
Miriam Gladis Loayza Bedón (23) (Psicología)
Rafael Avelino Larios Verástegui (27) (Sociología)
Dante David Serrano Bocanegra (20) (Economía)
3. Fernando Jáuregui García (25) (Economía)
Benedicto Comeca Chuquipul (22) (Derecho)
Javier Prado Gómez (24) (Ingeniería)
José Luis Córdoba Pérez (25) (Química)
La impunidad del genocidio de los penales en 1986 fue el factor principal que
originó la movilización; una forma más de impunidad. Ese crimen, que se
esperaba el gobierno entrante lo investigaría y sancionaría a los culpables;
lejos de ello protegió a los implicados, a las fuerzas armadas, especialmente
al genocida García Pérez, quien le había dado una manita a Fujimori para
que ganase las elecciones en 1990. Así mismo, el gobierno de Fujimori,
continuó aplicando una política genocida contra el pueblo a los niveles más
extremos y cruentos.
Esa situación generó tal indignación en el movimiento popular que para aquel
día 19 de junio en diversos lugares, familiares de los caídos y pobladores
estaban organizando diversas manifestaciones mostrando el rechazo a la
impunidad y a la vez rindiendo homenaje a los caídos aquel día de 1986. En
San Marcos también se esperaba igual manifestación, y más aún que en el
genocidio de los penales en 1986, cayeron varios estudiantes sanmarquinos,
de ahí la necesidad de la movilización como forma de expresión y protesta.