2. El sueño es un estado de reposo
uniforme de un organismo. En
contraposición con el estado de
vigilia -cuando el ser está despierto-
, el sueño se caracteriza por los
bajos niveles de actividad
fisiológica (presión
sanguínea, respiración) y por una
respuesta menor ante estímulos
3. ¿Cuánto sueño es suficiente?
Todo depende de la edad el niño. Los
gráficos que indican las horas de sueño
que suele requerir un lactante o un niño
de 2 años pueden generar dudas y
preocupaciones en los padres, al no tener
en cuenta las diferencias individuales.
Estas cifras no son más que simples
promedios de grupos extensos de niños de
edades concretas.
No existe un número mágico de horas
requeridas por todos los niños de un grupo
de edad en concreto. Sarah, de dos
años, puede dormir de 8:00 de la tarde a
8:00 de la mañana, mientras que
Johny, también de dos años, está igual de
alerta al día siguiente después de dormir
de 9:00 de la noche a 6:00 de la mañana.
4. Bebés (hasta los 6 meses)
No existe una fórmula para el sueño en los recién nacidos porque sus
relojes internos todavía no están completamente desarrollados. Por lo
general, duermen o dormitan de 16 a 20 horas al día, divididas por igual
entre el día y la noche.
Los padres deben despertar a sus recién nacidos cada 3 o 4 horas
hasta que se estabilice su ganancia de peso, lo que suele ocurrir
aproximadamente a las dos semanas del nacimiento. A partir de ese
momento, no pasa nada si un bebé duerme durante períodos de tiempo
más largos. Pero no se ilusione demasiado pronto: la mayoría de
lactantes no duermen durante mucho tiempo seguido porque los
despierta el hambre.
5. De 6 a 12 meses
A los 6 meses, un lactante
duerme unas 3 horas durante el
día y aproximadamente de 9 a 11
horas por la noche. A esta
edad, usted puede empezar a
modificar su respuesta cuando el
bebé se despierte y llore por la
noche.
Puede dejar al bebé un poco más
de tiempo para que se calme por
sí solo y vuelva a quedarse
dormido. Si no lo
consigue, tranquilícelo sin
levantarlo en brazos (hablándole
con suavidad, acariciándole o
frotándole la espalda) y luego
márchese de la habitación del
bebé, a menos que parezca
enfermo.
6. De 1 a 3 años
En las edades comprendidas entre el
primer y el tercer cumpleaños, la
mayoría de los niños duermen un
promedio de 10 a 13 horas por la
noche. La ansiedad de separación o
sencillamente las ganas de estar
despierto con papá y mamá (y de no
perderse de nada), pueden llevar a un
niño a no quererse dormir por la
noche. Y lo mismo puede conseguir la
tendencia a llevar la contra propia de
los niños de esta edad.
Los padres a veces cometen el error
de pensar que, si mantienen a su hijo
despierto hasta tarde, estará más
cansado a la hora de dormir. De
hecho, a un niño puede costarle más
conciliar el sueño cuando está
demasiado cansado.
7. Etapa preescolar (de 3 a 5 años)
Los niños en etapa preescolar
necesitan aproximadamente de 10 a 12
horas de sueño nocturno. Un niño de
esta edad que duerma lo suficiente
por la noche, puede no necesitar hacer
la siesta durante el día. Esta puede ser
sustituida por un período de
tranquilidad y reposo.
8. Etapa escolar y preadolescencia
Los niños en edad escolar necesitan de
10 a 12 horas de sueño nocturno. Los
problemas para irse a la cama pueden
obedecer a diversas razones. Los
deberes, la práctica de actividades
deportivas extraescolares, la
televisión, las computadoras y los juegos
de vídeo, así como horarios familiares
caóticos pueden contribuir a que los
niños no duerman lo suficiente.
La falta de sueño puede desencadenar
un comportamiento irritable o
hiperactivo e impedir que los niños
presten atención en clase. Es importante
tener un horario regular para
acostarse, sobre todo en los días
lectivos. Asegúrese de dejar suficiente
tiempo a su hijo para que se tranquilice
antes de que apague la luz.
9. Adolescencia
Los adolescentes necesitan de 8,5 a 9,5 horas
de sueño por la noche, pero muchos de ellos no
las duermen. Debido a que los centros de
estudios empiezan muy pronto y a la sobrecarga
de trabajos escolares, deberes y actividades
sociales y extraacadémicas, los adolescentes
suelen tener una falta de sueño de carácter
crónico.
Y la falta de sueño se acumula a los largo del
tiempo, de modo que una hora menos de sueño
por la noche cada día equivale a una noche
entera sin dormir al final de la semana. Entre
otras cosas, la falta de sueño puede producir:
una reducción de la atención
una disminución de la memoria a corto plazo
un rendimiento inconsistente
retrasos en el tiempo de respuesta.
10. Rutinas para la hora de acostarse
Independientemente de la edad que tenga
su hijo, establezca una buena rutina para
la hora de acostarse que fomente unos
buenos hábitos de sueño. Los siguientes
consejos pueden ayudar a los niños a tener
un sueño nocturno reparador:
Incluya un período para relajarse en la
rutina.
Establezca y cumpla una hora para
acostarse, avisando a su hijo dos
veces, con media hora y 10 minutos de
antelación.
Si su hijo es mayor o adolescente, anímele
a que siga y mantenga una hora de
acostarse que le permita obtener la
cantidad de horas de sueño necesaria para
su edad.