El Camino de Santiago surgió en la Edad Media como ruta de peregrinación cristiana hacia la tumba del apóstol Santiago en Santiago de Compostela. En el siglo IX, el obispo Teodomiro descubrió los restos de Santiago y el rey Alfonso II ordenó construir una iglesia que dio origen a la catedral actual. A partir del siglo XI, el Camino se consolidó como importante ruta de peregrinación en Europa. Durante la Edad Media, el Camino tuvo un gran impacto económico, social y artístico
Camino de Santiago: ruta de peregrinación cristiana surgida en la Edad Media
1. INTRODUCCIÓN
Camino de Santiago, ruta de peregrinación cristiana surgida en la edad media, también
conocida por el nombre de 'ruta jacobea'. El objetivo del Camino era llegar hasta Santiago de
Compostela (en la actual provincia española de La Coruña), donde presuntamente se hallan
los restos del apóstol Santiago el Mayor.
Según un relato legendario, fue a comienzos del siglo IX cuando el obispo Teodomiro, de la
diócesis de Iría Flavia (Padrón), descubrió los restos del apóstol. En el lugar del hallazgo, el
monarca asturiano Alfonso II el Casto ordenó erigir una iglesia (origen de la actual catedral
de Santiago de Compostela). La noticia se difundió rápidamente por toda la cristiandad y
Santiago de Compostela se convirtió en objetivo fundamental de las peregrinaciones
cristianas. Alfonso II, que necesitaba de un elemento aglutinador para la consolidación de su
reino, convirtió al apóstol en un símbolo del combate contra el islam, naciendo así la imagen
de Santiago Matamoros, que se prodigó a lo largo de la ruta.
EL CAMINO DE SANTIAGO DURANTE LA EDAD MEDIA
Durante el siglo X, las condiciones para el desarrollo de la peregrinación compostelana
fueron poco favorables, debido a la inseguridad del Camino y a la concentración de los
afanes cristianos en la defensa frente al califato de Córdoba. Sería a partir del siglo XI
cuando se consolidaría plenamente esta ruta de peregrinación, coincidiendo con el
crecimiento y la expansión económica que se producen en toda Europa. Alentó su desarrollo
el monarca navarro Sancho III el Mayor, que obtenía importantes beneficios del paso de
peregrinos por su reino, mientras que en las tierras castellano-leonesas fue Alfonso VI su
más firme defensor. Otros grandes valedores del Camino durante ese siglo XI fueron los
monjes cluniacenses, que utilizaron la ruta como elemento de renovación eclesiástica y como
vía de penetración de la reforma gregoriana.
La infraestructura viaria del Camino se asentaba sobre una vía de la época romana en la que
se introdujeron pequeños cambios que consolidaron la ruta definitiva. Coincidiendo con la
época de mayor esplendor de la ruta jacobea, surgieron a lo largo del Camino hospederías y
hospitales donde se daba cobijo a los peregrinos. Igualmente, comenzaron a construirse
puentes y a repararse caminos. A principios del siglo XII, ya estaban fijados los itinerarios
principales de la ruta compostelana como demuestra la primera guía del Camino, que
aparece en 1139 y que está incluida en el libro V del Códice Calixtino. Desde Francia, las
principales rutas pasaban por el puerto de Somport, y después por Jaca o por Roncesvalles y
Pamplona. Las dos rutas se unificaban en Puente la Reina y desde aquí el Camino se dirigía a
Estella, Logroño, Nájera y Santo Domingo de la Calzada, en tierras riojanas; Burgos,
2. Castrojeriz, Frómista, Carrión de los Condes, Sahagún, León y Astorga, en la meseta del
Duero; Ponferrada y Villafranca, en el Bierzo; Cebrero, Portomarín, Triacastela y Palas de
Rei, en Galicia; para concluir en Santiago de Compostela. Además de estos itinerarios
principales, existían otras rutas secundarias que conducían a los peregrinos a diversos
lugares de culto. Hasta el siglo XIII, se desarrolló la etapa más brillante del Camino de
Santiago, que fue testigo del paso de todo tipo de peregrinos, quienes, procedentes de
cualquier comarca cristiana de Europa, acudían a Santiago movidos por diversos intereses,
tanto religiosos como económicos. Los peregrinos utilizaban tres elementos básicos que
pronto se convirtieron en sus símbolos distintivos: el zurrón (morral), el bordón o bastón, y
la calabaza para almacenar vino. Fue también en el siglo XIII cuando se consagró la
monumental catedral compostelana. A la ceremonia, que tuvo lugar en abril de 1211, asistió
el rey Alfonso IX de León, bajo cuya soberanía se encontraba el territorio gallego.
En los últimos siglos de la edad media, la peregrinación a Compostela experimentó cierto
retroceso. La peste negra, las frecuentes guerras europeas, el Gran Cisma que se produjo en
el mundo cristiano en 1378, entre otros motivos, dañaron el pujante desarrollo de las
peregrinaciones a Santiago.
IMPORTANCIA ECONÓMICA Y ARTÍSTICA DEL CAMINO
DE SANTIAGO
Pero el Camino de Santiago no fue sólo una vía de peregrinación religiosa. La ruta jacobea
permitió la vinculación entre los reinos cristianos de la península Ibérica y los países
europeos. Gracias a él llegaron a tierras hispanas numerosas corrientes de pensamiento,
elementos literarios y artísticos, así como diferentes hábitos de comportamiento. La
comunicación se dio también a la inversa y la Europa cristiana conoció por medio de la ruta
el legado cultural hispano.
La ruta compostelana ejerció igualmente una gran influencia en la vida económica y social de
los reinos cristianos de la península Ibérica. La animación del Camino alentó la llegada de
diversos grupos de artesanos y mercaderes, fundamentalmente extranjeros, que terminaron
asentándose con un carácter permanente en diferentes lugares de la ruta, dando lugar al
nacimiento de diferentes núcleos urbanos o burgos. Estos extranjeros fueron denominados
francos, aunque no siempre procedieran de Francia. Los habitantes de estos burgos
recibieron importantes privilegios en los fueros de fundación de sus ciudades. La ruta
jacobea fue así testigo del nacimiento de la burguesía, que protagonizó diversas revueltas
antiseñoriales a lo largo del Camino.
Desde el punto de vista artístico, el Camino desempeñó una función primordial. Gracias a
esta ruta se generalizó en tierras hispánicas un arte de carácter internacional, el románico,
que se recibió sobre todo en su versión francesa. El románico se materializó brillantemente
en lugares como Jaca, Frómista, León y Santiago. De forma paralela, el románico europeo
conoció elementos musulmanes que se transmitieron desde la península Ibérica. En el siglo
3. XIII, la ruta jacobea se convertirá en una vía de recepción del arte gótico. Véase Arte y
arquitectura del Camino de Santiago.
El Camino de Santiago fue declarado el primer itinerario cultural europeo por el Consejo de
Europa en 1987, y Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Asimismo,
en 2004 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su condición
de “lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que, a través de los
siglos, se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea”.