2. Recorrer la calle Petritxol es un suspiro. De la calle Portaferrisa a la plaza del Pi, apenas unos 130 metros de largo y tan solo 3
de ancho. La mayoría de sus casa fueron construidas durante los siglos XVII y XVIII, y en 1959 se convirtió en la primera calle
peatonal de Barcelona. Pero tan corto trayecto conviene hacerlo con calma, disfrutando de cada paso, observando todo cuanto
ofrece.
3. Pocos son los que conocen el origen del nombre Petritxol. Se barajan diversas opciones: un derivado de pedritxol, pedrís o
pedritxol, piedra que se colocaba en la entrada y que impedía el paso de los carruajes; por el nombre de una familia, Petritxol,
que poseía varias casas en la calle.
4. En el número 11 Montserrat Caballé, soprano trabajó durante un tiempo, en 1950, en la fábrica de pañuelos del señor Comella.
5. Àngel Guimerà El poeta y dramaturgo (1847-1924) vivió en el número 4 y murió también allí en 1924.
6. L'Auca del Senyor Esteve, de Guimerà. un retrato costumbrista basado en la novela de Santiago Rusiñol e ilustrado por Ramón
Casas.
10. Paseando por la calle Petritxol es imprescindible, observar como en las fachadas de los edificios lucen unas cerámicas que
hacen referencia a personajes famosos que ha tenido relación con la calle.
14. El Carrer de Petritxol tiene una colección de mayólicas decoradas con escenas de la historia de Barcelona. Es así que la calle
cuenta la historia de la ciudad a través de estas placas tan simpáticas sobre los muros, con dibujos muy ricos e inscripciones.
24. En las cerámicas también quedan reflejadas la activa vida social de la calle en cuanto a fiestas, bodas y bautizos que tuvieron
lugar.
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26. Como recuerdan determinadas normas de convivencia que los vehículos deben llevar marcha moderada y hacer paradas
cortas.
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29. Hay otros rótulos que dan consejos a la ciudadanía como “Respetar a los animales y las plantas” Representación de San Roque.
30. La Asociación de Vecinos preocupados por la práctica desaparición de las Fiestas de la Merced, decidieron recuperarlas y
comenzaron por poner una Virgen de la Merced, obra de Agustín Agraz, en una hornacina en septiembre de 1950. La imagen
disfrutó pronto de una cierta popularidad y algunas novias le llevaban el ramo; además, se ponía un poema a los pies de la
imagen, que periódicamente iba cambiando. Mutilada varias veces, la Merced de la calle de Petritxol ahora está protegida por
una fuerte pantalla de plástico.
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33. Actualmente muchos barceloneses asocian el nombre de la calle al típico chocolate caliente que sirven las prestigiosas
chocolaterías que sobreviven al paso del tiempo. Las dos más antiguas son la Granja Dulcinea y La Pallaresa. La primera nació
en 1941 y la segunda en 1947.
34. Desde entonces, ambas endulzan la vida de las miles de personas que se detienen año tras año a degustar su excelente
chocolate caliente, una atracción irresistible cuando, paseando por la calle, se percibe su olor.
35. Se le conoce popularmente como la Calle del Chocolate porque en el Siglo XVII de manera casi espontánea empezaron a
instalarse distintas chocolaterías. Es el negocio más popular en su centenar de metros.
38. También el arte sigue siendo una de las señas de identidad más importantes de la calle.
39. Destaca por encima de todas la galería de arte Sala Parés, que abrió sus puertas en 1877 y en sus paredes han expuesto figuras
como Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Enric Clarasó, Joaquín Mir, Eliseu Meifrén, Anglada Camarassa, Isidre Novell, Modest
Urgell y un joven Pablo Picasso expuso por primera vez su obra.
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41. La plaza del Pi es muy conocida por su iglesia y por el pino que hay en el centro.
42. Santa Maria del Pi es una basílica de estilo gótico catalán que se construyó a principios del siglo XIV, en lo que es hoy en día la
pintoresca plaza del Pi del Barrio Gótico.
43. La Ganiveteria Roca, en la plaza del Pi se encuentra uno de los establecimientos más antiguos de Barcelona, una cuchillería que
conserva sus escaparates de estilo vienés. Abierta desde 1916. El cartel «Solingen París Barcelona», que se refiere a los tres
grandes centros europeos de fabricación de herramientas de corte de la época.
44. La Ganiveteria Roca, actualmente, además de artesanía, la tienda vende utensilios de alta cocina y enología, y dispone todavía
de su taller de afilado y reparación. Es uno de los locales que forman parte de los establecimientos emblemáticos de Barcelona