En mi casa natal, mi madre me contaba cuentos a la hora del baño y mi padre me los leía para irme a dormir. En mi nueva familia nuclear, la que formé con mi compañero y mis hijos, la tradición se mantiene. Les dejo, a los papás, para cerrar este día, un cuento precioso de la serie de Arnold Lobel “Buho en casa”.
2. Búho tomóla tetera de la alacena.
“Esta noche voy ahacer el té de lágrimas”,dijo.
Puso la tetera en su regazo.
“Ahora”,dijoBúho, “voya comenzar.”
Búho se sentó muy quieto.
Empezó apensar en cosas muy tristes.
“Las sillas con las patas rotas”,dijoBúho.
Sus ojosempezaron a aguarse.
3. “Canciones que no pueden ser cantadas”, dijoBúho,
“porque se han olvidado las palabras.”
Búho comenzó a llorar.
Una granlágrimarodóy cayó en latetera.
5. Máslágrimascayeron en la tetera.
“Librosque no pueden ser leídos”, dijoBúho,
“porquese han arrancado algunas páginas.”
“Relojes que se han detenido”, dijoBúho,
“sin nadie cerca paradarles cuerda.”
Búhoestaballorando.
6. Muchas lágrimas grandes cayeronenla tetera.
“Mañanas que nadie vio
porque todos estaban durmiendo”, sollozó Buho.
7. “Puré de papas dejado en unplato”, lloró,
“porque nadie quería comerlo.
Y lápices que son demasiado cortos para ser usados”.
8. Búho pensó enmuchas otras cosas tristes.
Lloró y lloró.
Pronto, la tetera se llenó de lágrimas.
10. “Listo”, dijo Búho.
“¡Ya está!”
Búho dejó dellorar.
Puso la tetera a hervir para el té.
Mientras llenaba su taza, Búhoestaba feliz.
“El sabor es un poco salado”, dijo,
“pero el té delágrimas siempre es bueno.”
12. Disfrutemos delo quetenemos mientras esté
allí. La niñezpasa muy rápido; disfrutemos de
nuestros niños. Los padres, a veces, también se
van muy rápido; disfrutemos de nuestros
padres. Y no tengamos miedode llorar, de vez
encuando, que el llanto libera. Buenas noches,
dachas queridas.