2. El phishing. El primer puesto lo ocupan el phising, es decir,
los intentos de robarnos las contraseñas tanto de acceso a los
juegos online más conocidos como a nuestras cuentas de
correo, banacarias...En el caso particular de los juegos online,
este virus informático trata de robar a los personajes y bienes
virtuales, objeto de codicia de delincuentes online que
pueden conseguir un suculento beneficio económico
vendiendo nuestras credenciales y posesiones en subastas a
otros jugadores.
3. Los troyanos. Sin que lo sepamos, podemos
tener troyanos instalados en nuestro ordenador
que pudieran estar capturando toda la
información que intercambiamos por la red.
Dicha información se envía, de forma periódica,
a su autor, que, al igual que en el caso anterior,
sacará un beneficio económico.
4. Los cracks o parches ilegales. Con el fin de
ahorrarse unos euros, que en época de crisis
no viene mal, algunos usuarios descargan
copias ilegales de juegos sin tener en cuenta
que, la mayoría de las veces, el crack
necesario para activar el juego está infectado
y contiene malware.
5. Las conexiones gratuitas. Mucho cuidado con las
conexiones que utilizamos para conectarnos a la red. En
ocasiones, las ganas de continuar con el juego o la
necesidad de revisar nuestros emails pueden llevarnos a
buscar conexiones disponibles y gratuitas a toda costa,
obviando las medidas más básicas de seguridad. Esto se
traduce en que conectarnos a nuestras cuentas online
desde una red Wi-Fi insegura puede hacer que nuestros
datos caigan en manos no muy aconsejables.
6. Los mods. Es decir, la extensión que
modifica un juego original proporcionando
nuevas posibilidades, ambientaciones,
personajes, diálogos, objetos, etc. puede,
además de contar con el beneplácito de los
creadores del juego, también contienen
malware. No obstante, también existen mods
que otorgan ventajas excesivas a algunos
jugadores.