Rafael Azcona quería votar a toda costa, pero los cuidados paliativos le tenían postrado. No obstante requirió los servicios de un notario para que levantara acta formalmente de su voto por correo.
2. El 9 de marzo de 2008 hubo en España
elecciones generales y ese día el
guionista de cine Rafael Azcona estaba
a punto de entrar en coma. Murió poco
después de cáncer de pulmón, un
auténtico morlaco, que le había
apartado de los amigos con los que al
final solo se comunicaba por teléfono
MANUEL VICENT
3. La última vez que hablé con él me contó con
la voz cascada la historia de aquel señorito
obsesionado con el deporte que participaba
en los maratones asistido por un criado que
corría a su lado con un cubo lleno de agua y
una esponja para refrescarlo y limpiarle el
sudor. Ocurrió que al señorito en una de las
pruebas le dio un síncope y murió en mitad
de la carrera, pero el criado cargado con el
cubo siguió corriendo y ganó el maratón.
Luego Azcona me dijo que quería votar en
las elecciones de ese 9 de marzo para
demostrar que, aun en plena agonía, seguía
siendo un ciudadano responsable.
4. Votó a su manera. En 2008 los socialistas
obtuvieron la victoria con 169 escaños
frente a los 154 del Partido Popular y a
continuación sobrevino la crisis, que nos
ha llevado hasta el borde del acantilado,
donde hoy los líderes políticos, con la
incompetencia congénita para llegar a un
pacto, ante las urnas puestas de nuevo a
hervir cuentan los futuros votos como
aquellas.
5. Rafael Azcona quería votar a toda costa,
pero los cuidados paliativos le tenían
postrado. No obstante requirió los servicios
de un notario para que levantara acta
formalmente de su voto por correo. Cinco
días antes de las elecciones el notario se
presentó ante su lecho y Rafael Azcona usó
la última fuerza que le quedaba en la mano
para realizar un acto lúcido y demoledor,
que puede servir de ejemplo y aviso. Cogió
el sobre e introdujo en él la papeleta en
blanco. Poco después entró en coma y
cruzó la meta del último maratón.