Los depósitos estructurados son un tipo de depósito bancario donde la rentabilidad depende de la evolución de activos subyacentes como índices bursátiles o acciones. Aunque la rentabilidad no está garantizada, el capital inicial sí está asegurado. Existen dos tipos: depósitos mixtos, donde la mitad del capital está a interés fijo y la otra mitad a interés variable; y depósitos 100% variables, donde toda la inversión depende de la evolución del activo subyacente.