El documento propone cinco ejes estratégicos para la transformación de la justicia ecuatoriana: 1) mejorar la administración de los servicios de justicia para liberar a los jueces de tareas administrativas; 2) definir competencias y capacitar a jueces y fiscales; 3) estandarizar los servicios y la organización de los juzgados; 4) modernizar la infraestructura y tecnología; 5) administrar y procesar datos de forma efectiva.