1. Huaca de La Luna
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El mundo de los moches estaba regido por un calendario ceremonial que emulaba el ciclo
de la naturaleza, las estaciones, el movimiento de los astros y los principales fenómenos
naturales, como el inicio de la época de lluvias, los solsticios, equinoccios y eclipses de sol
y luna. En la Huaca de La Luna los sacerdotes y gobernantes Moches celebraron las
principales fechas de este calendario ceremonial, adornando esta pirámide con bellos frisos
y altorrelieves multicolores.
Vista panorámica de la Huaca de La Luna al pie del Cerro Blanco.
La pirámide, descripción
La Huaca de la Luna, junto a la Huaca del Sol y la Zona Urbana Monumental forman el
conjunto Huacas de Moche, el principal centro urbano y capital de la antigua nación
Mochica que se desarrolló en el valle de Moche entre el año 50 d.C. y el 650 d.C.
La Huaca de La Luna es una pirámide escalonada que tiene un patio delantero cercado por
un grueso muro, un sector anexo y múltiples construcciones en su sima a la que se accedía
por una larga rampa.
2. Reconstrucción tridimencional computarizada de Huaca de La Luna y las partes que la
forman.
Los arqueólogos que han estudiado por largos años este sitio arqueológico han
determinado que los mochicas tenían un modelo establecido para el diseño de las pirámides
ceremoniales, el que consiste en una pirámide (la Plataforma I) con un amplio espacio
delantero cercado por un muro (Plaza 1). Al lado derecho una larga plataforma (Anexo).
Para llegar a la cima de la pirámide una larga rampa (Rampa Principal). En la cúspide, una
plataforma (Nivel Alto) que cobija al altar, el lugar más sagrado de todo el conjunto, y un
patio (Nivel Bajo). Este mismo modelo es posible verlo en otro importante sitio de la
cultura Moche, como es el Complejo Arqueológico El Brujo (valle de Chicama, al norte de
Huaca de La Luna)(Uceda y Tufinio 2003).
La complejidad en la construcción, observable en este monumento, se debe a la variedad
de ceremonias celebradas en este edificio lo que explica la presencia de muchos otros
ambientes, como la Terraza 1 y 2, los patios 2 y 3, la Plataforma 2, la Plataforma 3, entre
otros que complementan el modelo básico de Pirámide + Plaza + Anexo.
Huaca de La Luna y el camino ceremonial
Después de muchos años de investigación los arqueólogos Santiago Uceda y Ricardo
Morales del proyecto arqueológico Huaca de La Luna han llegado a conocer que esta
3. pirámide no estuvo dedicada a este astro, sino al dios de las montañas: Aiapaec. Los
antiguos peruanos relacionaban a objetos de la naturaleza (como cerros, piedras o ríos)
como poseedores de voluntad divina. Los cerros eran los proveedores del agua, muy
necesaria para la agricultura. El Cerro Blanco, sobre cuya falda esta Huaca de La Luna, era
la montaña sagrada de los moches.
La Huaca del dios de la Montaña (Huaca de La Luna) tiene plazas, patios, rampas y
pirámides, todas muy necesarias para las ceremonias en honor a esta divinidad. Muchos de
los ambientes de esta huaca estaban decorados con hermosos frisos de muchos colores. Las
imágenes en los muros tenían relación con los ritos y ceremonias practicados en dichos
lugares.
Dibujo de un combate entre guerreros moches. Iconografía dibujada sobre cerámica de
esta cultura.
El agua es escasa en la desértica costa peruana. Sin embargo los estrechos río, que
descienden raudos desde las alturas de los andes, irrigan fértiles valles en avenidas
estacionales. Pero este equilibrio es precario en los andes, pues los años de abundante agua
son sucedidos por otros de escasez total. Es por eso que para los moches era muy
importante predecir el comportamiento del agua, sujeto a la "voluntad" del dios de la
montaña. Por eso los moches consultaban oráculos, hacían adivinaciones y ofrendaban
sacrificios para de ese modo mantener el orden y la venida del agua.
4. Lo primero era hacer una ceremonia adivinatoria en donde los chamanes (brujos)
consultaban, usando coca u otro alucinógeno, cual será la voluntad del dios y que tipo de
ofrendas exigirá. El dios de la Montaña pedía sacrificios humanos. En las pampas
desérticas próximas a Moche se realizaba una batalla, los prisioneros serán sacrificados.
Los que caían capturados eran despojados por sus captores de todas sus armas y ropa.
Luego eran llevados desnudos y amarrados a la gran plaza delantera (Plaza 1) donde eran
presentados ante los sacerdotes y el soberano. Un friso sobre la fachada de la pirámide
representa este momento.
Fachada de la Plataforma 1 que da hacia la Plaza 1. A la derecha, dibujos de los frisos.
Subían a la cima de la pirámide por una larga rampa. Luego eran llevados a una pequeña
habitación en el patio trasero, en la cima de la pirámide, allí eran adoctrinados por mujeres
como una preparación para el sacrificio. Luego de varios días eran sacados al patio en
donde serán degollados. Este patio está decorado con frisos donde destaca, al centro el
rostro del dios de las montañas. En el nivel más alto de la fachada de la pirámide está
también la imagen, en cuerpo entero, del dios de la montaña: aiapaec, también conocido
como "el degollador" pues es frecuentemente representado con un tumi (cuchillo) en una
mano y una cabeza cercenada en la otra (Uceda y Tufinio 2003).
La sangre vertida por el sacrificado era depositada en una copa, y presentada al gobernante
moche que esperaba de pie sobre un altar. El Curaca (gobernante) moche ofrendaba esta
sangre al dios de la montaña (Uceda y Tufinio 2003).
5. Friso en el patio del Nivel Bajo de la Plataforma 1 en Huaca de La Luna, representa al
dios AiApaec.
Desde la gran plaza delantera era posible ver lo que sucedía sobre el altar. Por eso esta
parte del ritual debió ser una ceremonia pública con la concurrencia de gran cantidad de
personas que observaban desde la plaza.
En otros momentos, otros tipos de sacrificios eran exigidos. En una plaza de la parte alta
un peñasco ha sido dejado (Plaza 3a), asemejando una maqueta del Cerro Blanco, que está
a su espalda. Sobre este peñasco los sacrificados eran desmembrados, en alusión a la
muerte por despeñamiento, un ritual practicado por los moches. Numerosos esqueletos
encontrados en este lugar corroboran esta práctica (Uceda y Tufinio 2003).
Por varios siglos los moches celebraron el calendario ceremonial y ofrendaron sacrificios
al dios de la montaña, manteniendo de ese modo el orden del universo.
El Recinto Ceremonial
Se ubica en una esquina de la Plaza 1. Sobre sus muros están representados en alto relieve
muchas y muy complejas escenas de la mitología mochica. Por ser un hallazgo reciente aún
no se ha descifrado lo que estos dibujos cuentan. Pero sobre esos muros se pueden ver
escenas de pesca con redes, a los Perros Sin Pelo del Perú o animales y aves con atributos
divinos. Los arqueólogos que estudian este recinto consideran que en este ambiente se
6. prepararon las ceremonias que se realizaron en la plaza. El Recinto Ceremonial consta de
dos ambientes, un cuarto con techo a dos aguas y delante de éste un espacio techado,
también a dos aguas, ambos sobre una pequeña plataforma. Una rampa era la vía de
comunicación con la plaza.
El Recinto Ceremonial, ubicado en una esquina de la Plaza 1. Sobre sus paredes está
representado el "Calendario Ceremonial".
La Plataforma 1, cronología y renovación
La mayor estructura en Huaca de La Luna es una gran pirámide escalonada conocida como
la Plataforma 1. Su aspecto actual, volumen y altura es el resultado de un largo proceso
social y muchos proyectos constructivos que los arqueólogos han nombrado "renovación
del templo" (Uceda y Tufinio 2003).
La Plataforma 1 de Huaca de La Luna pasó por al menos 6 grandes reconstrucciones
identificadas como Edificio A, el más moderno y construido sobre el precedente, llamado
Edificio B, quien a su vez fue construido sobre el Edificio C y así sucesivamente con los
siguientes: Edificio D, Edificio E y Edificio F, el más antiguo. Cada uno de éstos edificios
hizo a la Plataforma 1 ganar en volumen a lo ancho, largo y alto. Sin embargo estos grandes
cambios no significaron una transformación en los patrones o modelos arquitectónicos
anteriores (pirámide + plaza + anexo). Así, cada edificio nuevo era una re-edición del
anterior (Uceda y Tufinio 2003).
7. Colección de fotos de frisos en Huaca de La Luna.
En las culturas antiguas del Perú fue una tradición muy arraigada la veneración a los
ancestros y por ende a los muertos, donde la muerte significaba la renovación de la vida y
por ello, enterrar al difunto era como sembrar una semilla para que germine. Esto se aplicó
no solo a las personas, sino también a ciertas construcciones consideradas sagradas.
Ejemplo muy antiguos de esta tradición han sido descubiertos por los arqueólogos en los
sitios de Caral (2900 a.C.), La Galgada (2400 a.C.) y Kotosh (2000 a.C.) entre otros. Estos
edificios eran cuidadosamente desmontados en parte y sus habitaciones rellenadas
prolijamente para luego construir nuevos edificios sobre ellos. A este proceso se le ha
llamado "entierro ritual". Los arqueólogos de Huaca de La Luna consideran que si dichos
entierros rituales de los templos (o las pirámides) fueron con la finalidad de construir
nuevos edificios pero similares en forma y contenido a los anteriores, entonces es una
renovación y por ello prefieren usar el término "renovación del templo".
La renovación de templo significó no solo la renovación de la arquitectura, expresada en
plazas, patios recintos, rampas y plataformas, si no también en la renovación del ritual y
ceremonial que dicha arquitectura contiene y representa. Las renovaciones no fueron
producto del azar o eventualidades catastróficas, pues su ejecución debió demandar de
mucha planificación así como del tiempo suficiente para acopiar la energía (trabajo) y los
recursos (materiales) para su ejecución. Los trabajos de construcción del edificio A y C, por
ejemplo, demandaron el uso de alrededor de 4 millones de adobes y 160 mil días/hombre de
trabajo (Uceda y Tufinio 2003). Según opinión de los arqueólogos de Huaca de La Luna,
esta renovación debió ser parte de una calendario ritual de largo plazo (Uceda y Tufinio
2003).
8. Línea de tiempo que relaciona a la cultura Moche con los estilos alfareros y la Huaca de
La Luna con sus respectivas fases constructivas.
Las labores de renovación del templo debieron tomar muchos meses de trabajo, tiempo
durante el cual se debió clausurar temporalmente las áreas donde se realizaban las
remodelaciones, y por tanto de debieron suspender temporalmente, también, las ceremonias
que en esos ambientes se llevaron a cabo. Pero, parece, que esto no era posible (detener o
suspender, aunque sea temporalmente el calendario ritual), así que, mientras duraron los
trabajos en la Plataforma 1, las ceremonias debieron realizarse en otro ambiente. Los
arqueólogos creen haber encontrado este sitio. Es una plataforma ubicada al oeste de la
Plataforma 1 llamado Edificio Menor, que presenta salas con columnas y patios con
relieves representando las mismas imágenes que los presentes en Huaca de La Luna.
Técnicas y materiales constructivos
Toda la pirámide y los muros de este edificio fueron hechos usando "adobes" (ladrillos de
barro secados al sol). Para levantar las plataformas y todo tipo de grandes estructuras
sólidas los mochicas usaron la técnica del "bloque de adobe tramado" (BAT) el que
consiste en levantar bloques formados por la superposición de muchas capas o hileras de
adobes ordenados en sentidos diferentes. La base de estas columnas mide varios metros por
lado y su altura muchos más. El aumento del volumen de las pirámides se logró mediante el
adosamiento y superposición de los BAT.
9. La Huaca de La Luna está construida con ladrillos de barro crudo (adobes) organizados
en Bloques de Adobes Tramados (BAT).
El Proyecto Arqueológico
Casi todo cuanto sabemos y podemos admirar de este grandioso lugar es gracias a la
investigación científica y a los arqueólogos que la estudian. Desde mayo de 1991 Santiago
Uceda y Ricardo Morales dirigen con el apoyo de la Universidad Nacional de Trujillo y
empresas privadas un importante proyecto arqueológico.
La Luna Hoy
En el mundo andino una de los principales atributos de la huaca es poder hablar,
comunicarse a través de chamanes, hoy en día Las Huacas de Moche vuelven a hablar pero
a través de los arqueólogos, comunicándonos el legado que los moche han dejado para
nuestra vida presente y futura.
10. El altar principal en la cima de la Plataforma 1 de la Huaca de La Luna. Aquí se
realizaron las principales ceremonial del calendario mochica. Abajo a la derecha, dibujo
de la representación de un altar pintado sobre una vasija moche.