Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
El poder del testimonio personal
1.
2. El testimonio del endemoniado.
Un testigo inesperado.
El testimonio de María.
Una alegría desbordante.
El testimonio de Pedro y Juan.
Un silencio imposible.
El testimonio de Pablo.
Una conversión diaria.
Un testimonio personal poderoso.
¿Qué es el testimonio personal?
Es compartir con otros lo que Jesús ha
hecho en nuestra vida, cómo nos ha
transformado. Es contar sobre la
asombrosa gracia de Dios y cuán
agradecidos estamos por la salvación
que nos ofrece. Es hablar de cuánto me
ama Jesús y cuánto lo amo yo a Él.
3. “Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas
había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban” (Marcos 5:20)
Decápolis era una liga de diez ciudades
cercanas al Mar de Galilea, unidas por
una cultura grecorromana (no judía).
Al llegar Jesús al lugar, el único que lo
recibió fue un violento endemoniado, al
cual Jesús liberó de los demonios que lo
atormentaban.
Restaurado física, mental, emocional y
espiritualmente, el ex-endemoniado
quiso permanecer al lado de Jesús.
Pero Jesús lo escogió como su primer
misionero. Su misión era sencilla: contar
lo que Jesús había hecho con él.
Como resultado de su testimonio,
meses después se reunió una gran
multitud para escuchar personalmente
a Jesús (Marcos 8:1-10).
4. “Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con
él, que estaban tristes y llorando” (Marcos 16:10)
Para María, el domingo de resurrección supuso
un cambio de la tristeza a la alegría, del llanto al
gozo, de la desesperanza a la esperanza.
Su encuentro con Jesús la desbordó. No podía
dejar de correr para contarle a todos las buenas
nuevas.
Después de encontrarnos con Jesús, nosotros
también debemos correr para contar nuestra
experiencia, porque las buenas noticias son
para compartir.
Sin embargo, nadie la creyó
(Marcos 16:11). Tampoco
deberíamos sorprendernos si
los demás tampoco aceptan
nuestras palabras de
inmediato. ¡Con el tiempo,
todos ellos creyeron!
5. “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20)
La transformación de los apóstoles fue
tan radical que incluso sus enemigos
reconocieron que habían estado con
Jesús (Hechos 4:13).
Pedro De autosuficiente A Cristo-dependiente
Juan De hijo del trueno A apóstol del amor
Tomás De incrédulo A creyente
Cada uno tuvo una experiencia distinta,
un testimonio particular que no podía
dejar de transmitir.
Al igual que ellos, cuando somos
transformados por Jesús no podemos
dejar de compartirlo, aún en medio de
las dificultades.
6. La de Pablo es una de las conversiones más
espectaculares. La visión de Jesús resucitado
provocó un cambio radical en su vida.
Pero, cuando daba su testimonio, no se limitaba
a hablar de cómo había sido y cuánto había
cambiado. Hablaba también de todo lo que Dios
seguía haciendo en su vida, ya que su
conversión era diaria: “cada día muero”
(1ª de Corintios 15:31).
Testificar no es hablar de
nosotros, sino hablar de Dios;
de Su perdón de pecados; de
Sus bendiciones diarias; de Su
inagotable gracia; de Su amor
eterno… (Sal. 103:3; Lam. 3:23;
Jn. 1:16; Jer. 31:3).
7. “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me
persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28)
Herodes Agripa II fue criado en Roma bajo el amparo del emperador Claudio.
Cuando le asignaron el principado de Calcis y la supervisión del templo de
Jerusalén, se mostró ante el pueblo como un fiel seguidor de las costumbres judías.
Pablo trató a este gobernador escéptico con gran amabilidad, agradeciéndole la
oportunidad de dar ante él su testimonio personal.
Al ser interrumpido, Pablo decidió hacer un llamado personal al
príncipe: “¿Crees?” (v. 27).
Contar lo que Dios ha hecho en nuestra vida tiene un fuerte impacto
en los demás. Podemos mostrarles lo que significa conocer a Jesús y
ser redimidos por su sangre, y llevarlos a una entrega personal.
8. “Todos los que han gustado “la buena
palabra de Dios, y las virtudes del siglo
venidero” (Hebreos 6:5) tienen un trabajo
que hacer en sus propios hogares y entre los
vecinos. Se debe proclamar el Evangelio de
salvación entre las gentes. Toda persona que
ha sentido el poder de Cristo en su corazón
se transforma en un misionero. A los amigos
se les debe hablar del amor de Dios. Cada
uno puede anunciar dentro de su propia
iglesia lo que el Señor significa para él: su
Salvador personal; este testimonio,
presentado con sencillez, será de mayor
provecho que el más elocuente discurso”
E.G.W. (Consejos sobre la salud, pg. 32)