Pensando en voz alta de uak, Nº 14024 Dimensionando la corrupcion usando la l...
Desarrollo
1. Ética del manejo de la información de la empresa
Quienes trabajamos en una empresa, querámoslo o no, poseemos y utilizamos información privilegiada. Y aunque
esto no constituye en sí nada indebido, sin embargo la sola enunciación del asunto parece traer aparejada una
connotación ética. Y en efecto la tiene: el punto a dilucidar es qué información es la adecuada que posea cada uno
de los individuos o estratos de la organización empresarial. Hay información que es justo que sea reservada y que
sería incorrecto se diera conocer a quienes no tienen derecho; y hay información que, siendo de la empresa,
algunos pueden utilizar para su beneficio personal, lo que parece estar reñido con el deber de lealtad y de velar por
el bien de la compañía, así como porque se den las adecuadas condiciones de igualdad en el mercado.
Vivimos una época en la que tenemos acceso a una cantidad tal vez desmesurada de información. Baste pensar, por
ejemplo, en la cantidad enorme de datos a que podemos acceder a través de la red internet. No obstante ello, más
de alguna vez me he preguntado si será necesaria tanta información.
¿No será acaso un desorden pretender informarnos de muchas cosas y asuntos que, en definitiva, son
absolutamente irrelevantes para las ocupaciones que tenemos a diario y que, quizás, sólo las buscamos para
satisfacer nuestra curiosidad? Me viene a la memoria una entrevista en la que el entrevistado concluía diciendo que
el exceso de información
produce una auténtica desinformación. Paradójico, sí, pero creo que puede haber mucho de verdad en ello. Como
sea, quiero resaltar que el campo de la utilización de la información privilegiada es amplísimo y no se reduce sólo a
lo laboral ni a la obtención de dividendos económicos, aunque queremos centrarnos en ello ahora.
Pensemos en lo que ocurre al interior de una organización o empresa: aquí también se hace necesario establecer
qué se informará y qué no; teniendo en consideración que la experiencia indica que muchas veces las personas que
tienen una cierta capacidad no requieren que se les informe mucho, porque pueden buscar por sí mismos la
información o datos necesarios para desempeñar bien su trabajo.
Parece útil entonces que seleccionemos con buen criterio de qué nos debemos informar y de qué no, así como
también qué es necesario que informemos y qué no. Porque de lo contrario no habrá más que un puro desperdicio
neuronal.
Por otra parte, es una realidad que todos los que trabajamos en una organización o empresa accedemos y
manejamos cierta información que es propia del ámbito laboral en el que nos desempeñemos; y que por lo mismo
resulta ser de alguna manera privilegiada.
Parece útil, entonces, determinar qué es informar y qué es un privilegio.
Informar, en sentido genérico, es transmitir mensajes. La información es en sí misma mediática, en el sentido de
que lo informado es lo puesto en forma, aquella porción o aspecto de la realidad que alguien conoce y que transmite
a otro, una verdad o una idea. Esta verdad o esta idea, para que sea conocida de otro u otros, debe ser in-
formada, puesta en forma, y ello normalmente traerá consigo su mediatización, es decir, su colocación en un
medio: el lenguaje, la imagen, el sonido, etc.; que a su turno será "vaciada" en un soporte físico: video cassette,
compact disc, diskette de alta densidad, internet, etc.
Por su parte, privilegio es una antigua expresión originada en el mundo jurídico y que dice relación con la ley que es
para unos pocos: una ley privada, de allí su nombre. Y que originalmente quería significar la ley que se dictaba para
un lugar o un grupo determinado de personas. El lenguaje común le asigna, sin embargo, un contenido o
connotación peyorativa, particularmente desde el punto de vista del sistema democrático; en el sentido de que sería
contraria a la igualdad en y ante la ley. Pero todavía estamos en el ámbito de lo jurídico, del derecho. La acepción
que acá queremos usar es, sin embargo, aquella relacionada con la ventaja especial que alguien obtiene, por las
circunstancias que sean, relativamente a algo: es decir, decimos, por ejemplo, que alguien tiene una posición
privilegiada para observar el cielo si vive en una zona alta de la ciudad, sobre la capa de smog, y goza de una
transparencia cenital determinada. O que el atleta tal o cual tiene el privilegio de una cierta estatura, que aprovecha
en su condición de basquetbolista.
La información privilegiada es, entonces, precisamente eso: el conocimiento que alguien tiene, normalmente por el
desarrollo de una actividad determinada, de ciertos datos, antecedentes, circunstancias, condiciones, etc., que le
permiten situarse en una posición distinta, normalmente mejor, que la de los demás que comparten esa actividad,
para actuar y obtener algún beneficio. Es el caso que normalmente se da de los mercados financieros: la
información privilegiada será aquella que consista en conocer, anticipadamente por ejemplo, que el precio del
petróleo bajará, lo que permite vender ahora a buen precio, o reunir los fondos necesarios para comprar cuando
baje, sabiendo que volverá a subir después, etc.
2. La palabra privilegiada, tal vez por su origen jurídico o acaso por lo contrario (o sea, esa cierta carga peyorativa que
se advierte en ella), parece dejar lugar a "clasificada", para referirse, más o menos, a lo mismo: a la información a
que se accede como consecuencia de la posición laboral, social o económica que se ocupa y que permite tomar
decisiones, generalmente de contenido económico, en condiciones mejores a las de otros actores del mismo
entorno, medio, mercado o empresa.
Desde esta perspectiva, el tema es delicado, no exento de aristas de difícil precisión y es cuestión cotidiana en el
mundo actual. El aspecto ético está dado precisamente por la utilización en beneficio propio, directo o indirecto,
individual o colectivo, que se pueda hacer de la información a que se ha llegado producto del trabajo o posición,
provecho que se obtendrá siempre y cuando la información en base a la cual se decide actuar no sea conocida de
los demás actores. Se atenta entonces contra la igualdad de oportunidades en el libre mercado y la transparencia, y
ésta igualdad de oportunidades es parte del bien común de la sociedad, de manera que atentar contra ello
constituye una acción reñida con la ética. O, dicho de otro modo, el recto uso de la información privilegiada tiene
que ver con dos virtudes: la justicia y la honestidad en el mundo de los negocios. Por su parte, el uso de
información clasificada en el sentido peyorativo del término, para el beneficio personal o social en desmedro de
otros, es injusto y deshonesto.
En relación a lo anteriormente expresado, me parece oportuno tener en consideración lo que señala José María Ortiz
en su libro La hora de la ética empresarial, pues zanja el tema con gran precisión: "El uso y manejo de información
privilegiada no puede ser calificado de entrada como algo radicalmente incorrecto. Todos poseemos información
más o menos privilegiada. Y todos estamos obligados a trabajar con ella. Y parte importante de ese trabajo consiste
en comunicarla a otras personas. De entrada, por tanto, todos somos uninsider (persona o grupo de personas que
puede obtener especiales ventajas de su posición). La calificación ética de incorrección se derivará entonces del
hecho de que en alguno de los momentos de ese proceso nos encontremos en posesión de algo que no nos
corresponde, o de que lo hayamos obtenido injustamente, o que lo ofrezcamos a quien no debemos".
Imaginemos, por ejemplo, un gerente de empresa que, como de costumbre, se dirige al Banco a conversar alguna
situación con su ejecutivo de cuenta. Llegando, el ejecutivo está ocupado y debe esperar a que lo atienda. Mientras
hace antesala se percata de que, sobre el escritorio de la secretaria de su ejecutivo, hay un informe que contiene
recomendaciones de compra de acciones de una determinada empresa y las razones de ello. El paciente gerente
comienza a leerlo y luego decide hacer una gran inversión comprando un número importante de esas acciones, las
cuales posteriormente obtienen un muy buen precio en el mercado. Este es un claro caso de posesión y uso de algo
que no nos corresponde.
Pensemos también en el caso que hayamos pagado a algún funcionario encargado de llevar los balances de una
empresa para que nos revele información de un particular aspecto de su estado financiero que nos permitiría
negarle un crédito y dárselo a la competencia. O el del individuo que, trabajando en una repartición pública,
entregara información a una de las empresas que participa en una licitación sin hacerlo con las demás.
Debemos tener en cuenta, entonces, que es necesaria la confianza y lealtad de las personas a quienes entregamos
información, así como debemos esa lealtad a quienes nos confían información; lo que trae consigo una alta dosis de
responsabilidad de aquellos que la proporcionan. Es necesario, por tanto, que principalmente los directivos de las
empresas aprendan a determinar qué información y a quiénes puede o debe entregarse, por el resguardo y bien de
la empresa y de las personas que allí laboran.
Parece entonces que donde se producen los problemas relativos a la información privilegiada es en cuanto a su
adquisición y uso. Ya lo señalábamos anteriormente: todos de alguna manera manejamos información que
podríamos calificar de privilegiada; pero lo que no corresponde éticamente es que, por ejemplo, la hayamos
adquirido chantajeando a otro o comprándola, o que la vendamos o utilicemos para realizar un fraude y obtener una
ganancia que de otro modo no obtendríamos.
De alguna manera, quien hace un mal uso de la información privilegiada es alguien que la ofrece sabiendo que es
importante, que posee un carácter estratégico y que por lo mismo no se ha hecho pública.
Como conclusión podemos señalar que proteger la información privilegiada será garantía de que exista una igualdad
y transparencia en el mercado para todos los actores, y de que se actuará limpiamente. Constituirán actuaciones
éticamente incorrectas todas aquellas en las que se use información para beneficio personal transgrediendo la libre
formación de precios en el mercado, o bien cuando hayan existido irregularidades en la manera como se haya
adquirido la información.
3. Qué es un buscador?
Volver al índice
Un buscador es una página de internet que permite realizar búsquedas
en la red. Su forma de utilización es muy sencilla, basta con introducir
una o más palabras clave en una casilla y el buscador generará una lista
de páginas web que se supone guardan relación con el tema solicitado.
Digo se supone porque como veremos más adelante, esto no es siempre así.
Aunque el modo de utilización es muy fácil a nivel básico, los
buscadores permiten opciones avanzadas para refinar la búsqueda, cuyo
resultado puede ser en muchas ocasiones de miles de páginas. Mediante
estas opciones avanzadas se puede acotar la búsqueda y obtener un número
de páginas más manejable.
Debido al gran tamaño de Internet y a su naturaleza cambiante, ningún
buscador posee registro de todas las páginas que se encuentran en la red.
Por ello es aconsejable visitar más de un buscador para contrastar los
resultados y en ningún caso pensar que si una página no aparece en un
buscador, es que no existe.
Funcionamiento básico de los buscadores:
Los buscadores poseen enormes bases de datos que contienen información
referente a páginas web. Estas bases de datos se generan por las altas de
usuarios que han creado sus páginas web (esto equivaldría a poner tus
datos en un listín telefónico). En muchos buscadores, si el creador de la
página no se da de alta en el buscador, la página no aparecerá. Para las
empresas es muy importante promocionar sus páginas en los buscadores para
que la gente las encuentra fácilmente.
Otros buscadores, no contentos con ello, poseen programas específicos
que rastrean la red 24 horas al día, todos los días. Estos programas
procesan una gran cantidad de información y extraen palabras clave que
puedan servir para identificar la temática de la página web. Debido a que
esta acción se realiza por programas y no por personas, la temática de
una página web puede confundirse y aparecer por ejemplo un enlace a la
marca de Jeans "Pepe Pardo" cuando estemos realizando una búsqueda sobre
el Oso pardo.
4. Navegador
Un navegador o explorador web - conocido en inglés como web browser - es un
programa o software, por lo general gratuito, que nos permite visualizar páginas
web a través deInternet además de acceder a otros recursos de información alojados
también enservidores web, como pueden ser videos, imágenes, audio y archivos XML.
Pero un navegador también nos permite almacenar información o acceder a
diferentes tipos de documentos en el disco duro, etc, acceder a redes privadas, y
crear marcadores (bookmarks).
El acceso a otras páginas web a través de los hiperenlaces (hipervínculos o
enlaces) se llama navegación, término del que deriva el nombre de navegador,
aunque una minoría prefieren llamarlo hojeador que sería la traducción literal de la
palabra browser.
Algunos navegadores vienen incorporados a su sistema operativo como es el caso
de Internet Explorer en Windows Microsoft, Safari en Mac OS X, o Firefox, Opera o
Flock en Linux.
Pero ¿cómo accede un navegador a la información de Internet?
Como funcionan los navegadores
Los navegadores se comunican con los servidores web por medio del protocolo de
transferencia de hipertexto (HTTP) para acceder a las direcciones de Internet
(URLs) a través de los motores de búsqueda.
La mayoría de los exploradores web admiten otros protocolos de red como HTTPS
(la versión segura de HTTP), Gopher, y FTP, así como los lenguajes de marcado o
estándares HTML y XHTML de los documentos web. Los navegadores además
interactúan con complementos o aplicaciones (Plug-ins) para admitir archivos
Flash y programas en Java (Java applets).
Características comunes de los navegadores
Todos los navegadores incluyen la mayoría de las siguientes características:
navegación por pestañas, bloqueador de ventanas emergentes, soporte para
motores de búsqueda, gestor de descargas, marcadores, corrector ortográfico, y
atajos del teclado. Para mantener la privacidad casi todos los navegadores ofrecen
maneras sencillas de borrar cookies, cachés web y el historial.
5. Las suites de Internet son aquellos exploradores web que incluyen programas
integrados capaces de leer noticias de Usenet, correos electrónicos, e IRC, que son
chats de texto en tiempo real a través de los protocolos IMAP, NNTP y POP.
Suelen utilizar el protocolo de seguridad HTTPS a través de los protocolos
criptográficos SSL/TLS para proteger los datos de intercambio con los servidores
web. También suelen contar con protección antiphishing y antimalware.
Navegadores:
Existe una lista detallada de navegadores, motores de renderización y otros temas asociados en
la categoría asociada.
KHTML
Konqueror (basado por defecto en KHTML)
Basado en WebKit (fork KHTML)
Safari
Chromium
Google Chrome
SRWare Iron
Flock (a partir de la versión 3)
Buscadores
ALTAVISTA
YAHOO
TARANTULA
DONDE?
BIWE