Como ser un lider juvenil y no morir en el intento
1. "COMO SER UN LIDER JUVENIL Y NO MORIR EN EL INTENTO"
de Pastor Christian Chicaiza, el Lunes, 7 de febrero de 2011 a la(s) 21:07
Algunas prácticas de cómo asumir rápida, responsable, animosa y creativamente el rol del líder Juvenil.
Una pequeño introducción.
Esto no ha sido un jardín de rosas, pero tampoco ha sido un desierto cruel e imposible de sobrevivir. Lo que si
ha sido hasta hoy una gran oportunidad de servir a Dios y a los prójimos a través del servicio del amor.
EMPECEMOS POR LO BASICO
¿Quién NO es un líder?
1. Un tirano, no es un líder.
La persona a quien la gente obedece por temor a un castigo a represalia no es un líder, porque sin el castigo
nadie lo seguirá.
2. Un guía turístico, no es un líder.
Una persona que saca a pasear a otro grupo de personas no es un líder, porque ese paseo no tiene objetivos
concretos y directos.
3. Un sabelotodo, no es un líder.
Sin duda podrá dictar majestuosas charlas llenas de sabiduría, pero ¿Quién sabe si su auditorio le esta
escuchando? (si es que existe auditorio)?.
¿Quién es un Líder?
Tras las descripciones anteriores, podemos notar algunas peculiaridades que un líder si tiene sobre su grupo y
por tales peculiaridades, es posible, hacer que el grupo le siga.
El líder es una persona que brinda amor, teniendo objetivos claros, concretos y directos, además de la capacidad
de atraer la atención de los demás, aún cuando sus palabras no sean majestuosas o rebuscadas, porque sabe
2. decir las cosas en el momento indicado y que no tiene intenciones particulares sino que piensa en el bien común
de quienes le siguen. El líder es aquel que todos siguen y con o sin palabras logra mover a las personas hacia un
objetivo que las beneficia a si mismas.
Pensemos en el líder modelo: CRISTO, este hombre es capaz de mover millares de personas hacia un objetivo y
aun no ha dejado de hacerlo.
¿Quién es el líder juvenil?
La persona que logra dirigir a los jóvenes a un objetivo que mejoren sus vidas cristianas y su comunión con
Cristo, esto se logra hacerlo con amor, seguridad y sencillez.
Ahora la pregunta del millón, ¿por qué yo?
Esa es una pregunta que solo Cristo puede responder. Si despierta en un día común y se encuentra con la
“pequeña diferencia” que ahora es un líder de jóvenes. Debo decirle que, aunque la idea le abrume, Dios tiene
un propósito con Ud.
Conozco a una persona que le pasó esto:
Era un hombre común y corriente que vivía modestamente, pero un día vino una señal del Señor y le intrigo
tanto que quiso saber como sucedía esa señal. Mientras lo investigaba, una voz le llamo por su nombre y él
respondió: “Heme aquí” aunque su respuesta sugería disposición, su corazón latía a mil por hora y se lleno de
temor. Cuando el Señor escucho la frase “Heme aquí”, la tomo como un “SI” y le explicó: “NO creas que no me
he fijado en las angustias de mis hijos y en la opresión en la que viven a causa de los egipcios, así que ve tu en
mi nombre a Faraón para que deje ir a mi pueblo”.
¡¡CORRECTO!! Estoy hablando de Moisés.
El caso es que el sintió miedo, ¡puso tanta excusas! Pero Ud. conoce la historia: no había otro libertador tan
grande como Él (excepto Jesús claro esta), A Él se le atribuye la emancipación del pueblo de Israel, y se le
conoce como el fundador de la nación. Sin embargo, el no era distinto a Ud. ni a mí, le temblaron las piernas y
no creyó que fuera capaz inicialmente.
¿Cuál fue el éxito de su liderazgo?
Muy sencillo: disposición y sometimiento a Dios.
Puede inventarse mil y una cosa, pero si no tiene estos dos elementos, va rumbo al fracaso. Al igual que Moisés
no lo sabemos todo en esta “CIENCIA” de dirigir, pero estas cosas son como papel y lápiz en la escuela del
liderazgo, y las únicas que necesita para aprender en el camino.
3. Un plan de trabajo efectivo es el que se apega lo más que se puede a la voluntad de Dios. Aun cuando Saulo de
tarso tenía enormes capacidades como la elocuencia, altos conocimientos y el extraordinario celo por las “COSAS
DE DIOS”, eso no lo era todo. Faltaba una cosa: La voluntad de Dios en su ministerio.
Así mismo, Ud. puede tener muchas capacidades y destrezas para explotar en su grupo juvenil, sin embargo es
necesario comenzar por el principio. Si ya entendió que Dios le ha llamado, entonces es el momento de elevar la
sabia pregunta que hizo Saulo: ¿Señor, que quieres que yo haga? Con esto se pones a disposición de la voluntad
de Dios.
El ministerio que ahora dirige comenzará a ser guiado por el Espíritu Santo. Los resultado serán reales, aunque
puede que no sea los que Ud. esperaba; eso es normal, porque este árbol dará los frutos del Espíritu Santo y no
los que Ud. había pensado. Ahora que entiende esto, es tiempo de tomar papel y lápiz, poner sus rodillas sobre
el piso y pedir al Señor que le ayude a diseñar un buen plan de trabajo adecuado a los propósitos que Él tiene
con sus jóvenes. Alguien dijo que un buen plan de trabajo es como un buen mapa para el buen viajero: siempre
le indica por donde debe ir, y siempre le lleva al lugar indicado.
Hablemos un poco en lo que hará en las reuniones juveniles.
Un plan de trabajo necesita actividades y las actividades deben ser guiadas por el Espíritu Santo para que surtan
efectos positivos algunas que funcionan son:
1. Nunca avergüence a ningún joven en público. Si alguien hizo algo incorrecto y necesita llamarle la atención,
hágalo siempre en privado.
2. En la reunión juvenil acomode a los jóvenes en círculo. Para que cada uno esté sentado “en primera fila”.
3. Trate que cada reunión sea distinta a las anteriores.
4. Titule sus actividades con nombres creativos y llamativos.
5. No invite a hermanos adultos que se encarguen de criticar las actitudes de los jóvenes. Si a de invitarlos,
asegúrese que sean personas adultas que apoyarán la actividad y que no harán sentir mal a los jóvenes.
6. Tome en cuenta a cada joven en la reunión, y llámelos por el nombre.
7. Haga publicidad, anuncie anticipadamente las reuniones juveniles en un cartel llamativo. Y si es posible haga
una invitación personalizada con el nombre de cada uno para la reunión de jóvenes.
4. 8. Sonría siempre, no deje que se note sus problemas, tome un tiempo con Dios para relajarse y poner sobre Él
sus cargas y luego vaya a la reunión juvenil.
9. Converse con todos los que pueda, antes y después de la reunión juvenil.
10. Visite a quienes faltan, lo más pronto posible.
11. Apóyese en un par de jóvenes que tengan deseos de colaborar con Ud. Y compártales el objetivo que Dios
le ha dado.
12. Dirija Ud. la reunión, no permita que el grupo lo dirija, sin previa planificación.
13. No permita que su reunión sea solo un sitio recreativo, sino además, conviértalo en un momento de
reflexión y ministración.
No importa que tan novedosa sea su reunión juvenil, nunca debe faltar la exposición de la palabra de Dios y la
adoración a Él.
A continuación planteamos varias actividades que puede realizar con jóvenes:
1. Debates. Fíjese en un tema que sea polémico para los jóvenes de su Iglesia, haga las consultas e
investigaciones necesarias junto a un par de jóvenes que le colaboren y organice un debate con distintos
ponentes (de entre ellos, deben haber investigado previamente el tema), dirija al grupo hacia una conclusión.
Esto es realmente motivador.
2. Foros. Invite a un par de predicadores que dominen el tema de su interés para participar en un foro de una
reunión juvenil y observe como se pone de interesante.
3. Paseos. Organizar salidas en las que abunden los juegos y la convivencia entre ellos mismos, busque un
lugar apartado y un momento para reflexionar.
4. Videos. Organice sesiones de videos, consiga un TV. Grande, un reproductor y muéstreles una película de
preferencia corta pero con mensaje sustancial.
5. Tarde de alabanza. Organice una tarde de alabanza con su comunidad y apóyese en todos los jóvenes que
pueda para las distintas tareas que esto incluye.
5. 6. Dinámicas y Juegos. Cuide que nunca falte juegos y dinámicas en las reuniones juveniles, que ilustre el
tema del cual quiera hablar con ellos, como una introducción perfecta para la reflexión del día.
7. Reuniones en las casas. Organice pequeños devocionales en los hogares de los jóvenes con previa
autorización de sus padres y del joven mismos, llevando consigo todo el grupo juvenil, puede realizar de dos a
tres reuniones en una misma tarde.
8. Vigilia. Organice una vigilia juvenil, pero sin programa convencional (algo fuera de lo rutinario), trate de que
el tiempo se pase de tal forma que no se note.
9. Sketch. Organice reuniones tipo sketch, lea, investigue o invente una situación que ilustre su enseñanza y
dramatícela junto a ellos.
Ahora hablemos del Sermón de la reunión juvenil
El sermón es la parte dura de la reunión juvenil, sus palabras se hacen cada vez más y más pesadas, sin
embargo siempre puede haber reflexión y meditación sin aburrimiento.
E aquí algunas ideas claves y muy importante para meditar en la palabra del Señor en una reunión
juvenil, sin que los jóvenes se duermas;
1. Nunca tarde más de 15 minutos en la meditación. Lo de los 15 minutos no es ley, pero trate de ser lo
más breve, preciso y directo que se pueda. No quiero decir que los jóvenes no son capaces de escuchar
atentamente a un sermón de mucho tiempo, pero para eso hace falta muuuuuuuuuucha motivación. Los jóvenes
se parecen a los niños, es un arte mantenerlos 15 minutos quietos.
2. Una ilustración. A modo de instrucción del mensaje cuente siempre una pequeña historia que ilustre su
punto principal, verá como cautiva la atención de los jóvenes y en poco tiempo antes del plato fuerte ellos no
tienen una idea de lo que va a hablar y quieren escuchar lo siguiente.
3. Promueva el respeto en la meditación. No permita desordenes a la hora de la reflexión, porque es el
momento que el Espíritu Santo les hablará a ellos.
4. Use preguntas. Intríguelos con una pregunta, plantéeles una duda y resuélvales en el momento de la
reflexión, llevaran el mensaje en el corazón.
5. No les lea “Nárreles” Cuando su sermón se base en una historia bíblica, no se la lea en la Biblia el
desenlace de la historia, pero cuénteles con carisma la historia, cautívelos, haga sobresalir los puntos curiosos de
6. la historia, investigue datos que no se detallen en la escritura sobre esa historia, y cuénteselos, póngale
sentimiento a la historia y ellos se grabarán el mensaje.
Ahora, el último ingrediente para la buena dirección del ministerio juvenil
Hablemos de la relación con su mundo próximo
Si realmente desea un ministerio de la bendición, debe promover armonía en tu ambiente, porque el Señor
mismo nos invita a la comunión con los nuestros.
Ud. Y los Jóvenes.
Conviértase en un amigo para ellos, un confidente y un consejero. No se sorprenda de lo que le cuentan (le
contarán lo que nadie más saben, quizás cosas de las que ellos se avergüenzan) practique la empatía, es decir,
“póngase Ud. En el lugar de ellos”, corríjales cuando sea necesario, pero hágalo con amor, no con odio o ira.
Tenga cuidado, es posible amar y herir al mismo tiempo, confié en ellos, si le fallan, vuelva a confiar en ellos,
eso es lo que les permite la auto superación. La confianza que otros ponen en ellos. Eso es lo que hace Cristo
cuando pedimos perdón por nuestros pecados.
Ud. Y su Familia.
Viva en armonía con su familia, no descuide la comunión con ellos porque ellos pueden ser una valiosa
herramienta que Dios use en su ministerio, y le apoyarán cada vez más, a medida de que vayan entendiendo.
Su familia no son los jóvenes, sino el grupo de personas con las que convives desde que naciste, por ello
merecen conocer su visión y el llamado de Dios, ría y llore con ellos, ámeles, minístreles y ore por ellos.
Si es casado (a), no descuide el amor de su cónyuge. Comparta con él o ella sus ideas y visión. Háblele del
llamado de Dios a su vida, si es posible comparta su ministerio con su pareja. Aparta tiempo a solas con su
pareja y tiempo a solas con su familia (familiares e hijos).
Si es soltero (a) hágales sentir a su familia que el ministerio no es una salida de escape ni el sustituto de la
familia, mejor deles a ellos el lugar que se merecen y aparte un tiempo para convivir con ellos. ¡Recuerde que
Dios creó primero a la familia!
Si tiene una familia no creyente en Cristo, apéguese efectivamente a ellos y demuéstreles así su pasión por
Cristo y el ministerio que le dio. Deles un buen ejemplo, sea buen hijo, buen vecino y ciudadano. Tarde o
temprano, ellos querrán ser como Ud. Y llegarán a los pies de Cristo por medio de su testimonio, recuerde la
promesa y ore por ella... “y serás salvo tu y toda tu casa”.
7. Nunca les predique al estilo “sermón de dominical”, es decir, no los siente a escuchar sus sermones teológicos,
mejor acérquese uno a uno y platíqueles de sus logros e impedimentos para que vean la obra que Cristo hace en
Ud. No los desprecie nunca porque no creen en Cristo, ámeles tal cual ellos son para que el Señor no tenga
estorbo en la obra. Cuando alguno de ellos se enferme, ore por ese miembro de su familia con mucha fe, tal vez
Dios quiera hacer una obra especial en esa enfermedad.
Ud. Y el Pastor.
Debe recordar que una de nuestras obligaciones como creyente es “Obedecer a las autoridades” eso incluye al
Pastor. Sin embargo, eso no debe quedar en obediencia solamente, hágase un amigo del Pastor, sus labores son
parecidas a las suyas, pero no son las mismas.
Si consigue la amistad del Pastor, tiene su apoyo, pero no es esa la razón principal de hacerse amigo de él, sino
porque es más fácil obedecer a un amigo que a un JEFE. Este principio lo vemos en Cristo, el les dijo a sus
discípulos “les llamare amigos” y mira todo lo que ellos hicieron por él, mas aun fíjese en lo que Jesús mismo
estuvo dispuesto a hacer por sus amigos.
Es más saludable una relación de amistad además eso da buen testimonio de Ud. Como creyente. Si trata al
Pastor como jefe, el te tratara como subalterno y si lo trata como amigo, el le tratara como amigo también.
Preparado y Presentado por :
Pr. Christian Chicaiza
Presidente Nacional de Jóvenes de la IPUI del Ecuador
Pastor de la IPUI "Tabernáculo Apostólico" Cuenca
https://www.facebook.com/PastorChristianChicaiza