3. En la vida hay dos tipos de cristianos:
1. Los que cayeron.
2. Los que caerán.
4. ¿Cuál es nuestra respuesta ante el pecado?
Minimizarlo.
Buscar maneras de aliviar mi
responsabilidad.
Intentar justificar mis acciones.
Ejemplos: “Me hicieron enojar por
eso respondí mal”, “estaba
enfermo o cansado”, “no recuerdo
haberlo hecho”, “lo que hice no es
tan malo”, etc.
5. Salmo 51.
Podemos ver el corazón de un
pecador: El Rey David.
El profeta Natán lo confronta
por su pecado contra Urías y
Betsabé
David no se auto justifica, no
minimiza su pecado ni busca
culpar a alguien más.
Escribe el Salmo 51 donde
confiesa su pecado a Dios.
6. PODEMOS APRENDER MUCHO DEL SALMO 51:
Hoy descubriremos siete lecciones importantes sobre
la confesión de nuestros pecados.
7. 1. Confía en el amor y en la bondad
constantes de Dios:
8. 1. Confía en el amor y en la bondad
constantes de Dios:
Al inicio del salmo, David se
entrega en humilde confianza
al amor e inmensa bondad de
Dios.
El amor y la bondad son
características inherentes de
Dios que están asociadas a su
identidad y a su nombre.
9. 1. Confía en el amor y en la bondad
constantes de Dios:
10. 1. Confía en el amor y en la bondad
constantes de Dios:
El mismo Dios que pasó
delante de Moisés es al
que puedes clamar
buscando perdón.
El mismo Dios al que David
clamó en oración te
escuchará hoy.
12. 2. Nuestro pecado es contra Dios:
No importa cuan pequeño sea
un pecado es una ofensa al
que es Puro y Santo.
¿Por qué confesar si Dios lo
sabe todo?
Reparar a las personas
afectadas. (Urías y Betsabé)
13. 2. Nuestro pecado es contra Dios:
Llamar al pecado por su
nombre: Adulterio (Salmo 51:6-
7) y homicidio (Salmo 51:14)
Confesar sin minimizar y sin
excusas (Salmo 51:3).
15. 3. La salvación solo se encuentra en Dios:
En los días de David, la
expiación de los pecados se
realizaba por medio del
sistema de sacrificios.
A este lado de la historia
redentora, el pecado y la
salvación se encuentran en
Jesucristo.
No existe otra solución, plan o
remedio disponible para
nosotros.
18. 4. Nuestro pecado es una barrera entre
nosotros y Dios:
Desde que Adán y Eva pecaron
y fueron expulsados del Edén
existe separación entre
nosotros y Dios.
Jesús vino a romper esa barrera
y llevarnos de vuelta a una
correcta relación con nuestro
creador.
21. 5. Dios nos limpia y nos hace nuevos:
David no solo quiere perdón,
quiere ser limpiado; quiere ser
lavado de su pecado.
Tenemos que reconciliarnos
con Dios antes de ir a su
presencia, solo aquellos que
son santos pueden estar ante
Él.
En Cristo, somos nuevas
criaturas, puras y santas.
23. 6. Dios quiere nuestros corazones
contritos y humillados:
24. 6. Dios quiere nuestros corazones
contritos y humillados:
No llevemos nada al trono de la
gracia más que nuestros
corazones quebrantados y
arrepentidos.
Vayamos a Dios tal cual somos.
Cuando hemos pecado, es
bueno y correcto ir al Señor en
lamento por nuestro pecado,
ese es un sacrificio en el que
Dios se deleita.
26. 7. Nuestra respuesta a la gracia de Dios
es un corazón feliz:
Cuando confesamos nuestros
pecados, guardamos el
Evangelio de Jesús en el corazón
y experimentamos la gracia y el
perdón de Dios, respondemos
en adoración y agradecimiento.
Entonces solo queda regocijarse
ante la bondad de Dios.
27.
28. Conclusión:
David pecó y sintió el aguijón
del arrepentimiento.
Su culpa le pesó tanto que sintió
los huesos rotos.
Cuando sientas el dolor del
pecado corre rápido a tu Padre
en oración.
Ve a Dios en humildad y
honestidad, con la confianza
que el Señor te perdonara por
medio de la sangre de Jesús.