2. La Venus del espejo se reputó durante mucho
tiempo como una de las últimas obras de
Velázquez. En 1951, se descubrió citada en un
inventario e l1 de junio de 1651 en la colección
particular de Gaspar de Haro y Guzmán (1629-
1687), marqués del Carpio, un cortesano
estrechamente relacionado con el Rey Felipe IV
de España. No se sabe con certeza cuándo fue
pintado. Algunos señalan el año 1648, antes de su
segundo viaje a Italia; otros se inclinan por su
realización durante ese segundo y último viaje
a Italia, entre los años 1649-1651. La página web
de la Galería Nacional de Londres y otros autores
hablan hacia 1647-1651, en 2001 el historiador de
arte Ángel Aterido descubrió que la pintura había
pertenecido antes al marchante y
pintor madrileño Domingo Guerra Coronel, y que
fue vendida a Haro en 1652 después de la muerte
de Coronel el año anterior.
3. La propiedad de Coronel sobre la pintura
suscita una serie de cuestiones: cómo y
cuándo pasó a ser posesión de Coronel y por
qué el nombre de Velázquez se omitió en el
inventario de Coronel. El crítico de arte
Javier Portús ha sugerido que la omisión
pudo deberse a que se trataba de un desnudo
femenino, «un tipo de obra que estaba
cuidadosamente supervisada y cuya difusión
se consideraba problemática».
Actualmente se encuentra en la Galería
Nacional de Londres, donde se la exhibe
como The Toilet of Venus o The Rokeby
Venus.
4. 2. BIOGRAFIA
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, hacia
el 5 de junio de 1599 – Madrid, 6 de
agosto de 1660), conocido como Diego Velázquez,
fue un pintor barroco, considerado uno de los
máximos exponentes de la pintura española y
maestro de la pintura universal. Pasó sus
primeros años en Sevilla, donde desarrolló un
estilo naturalista de iluminación tenebrista, por
influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los
24 años se trasladó a Madrid, donde fue
nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años
después fue ascendido a pintor de cámara, el
cargo más importante entre los pintores de la
corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su
trabajo consistía en pintar retratos del rey y de
su familia, así como otros cuadros destinados a
decorar las mansiones reales.
5. Las enseñanzas de su primer viaje a Italia, conoció
tanto la pintura antigua como la que se hacía en
su tiempo, fueron influencias determinantes para
evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con
pinceladas rápidas y sueltas.
En su madurez, a partir de 1631, pintó de esta
forma grandes obras como La rendición de Breda.
En su última década su estilo se hizo más
esquemático y abocetado alcanzando un dominio
extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró
con el Retrato del papa Inocencio X, pintado en
su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus
dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las
hilanderas, Su catálogo consta de unas 120 o 125
obras. El reconocimiento como pintor universal
se produjo tardíamente, hacia 1850.
6. Alcanzó su máxima fama entre1880 y 1920, coincidiendo
con los pintores impresionistas franceses, para los
que fue un referente. Manet se sintió maravillado con
su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el
más grande pintor que jamás ha existido».
La parte fundamental de sus cuadros que integraban la
colección real se conserva en el Museo del
Prado en Madrid.
RELACIONES
Su manifestación y el interés por dominar la
imitación del natural.
Su vida y su arte mundano .
La temprana recepción de pinturas de España
pudo servirle para desarrollar estos aspectos
tanto como la iluminación claroscurista.
La demanda de temas religiosos, cuadros devotos
y retratos.
7. 3. Descripción:
Es un cuadro mitológico se puede observar una mujer
recostada en unas sábanas de color oscuro, dentro de un
cuarto protegido por una cortina carmesí, se ve a la mujer
desnuda, de espaldas, se observa en un espejo, admirada,
contemplando su propio rostro. El espejo es sostenido por un
niño con alas, desnudo, apoyado en la misma cama. Los
personajes son Venus, diosa de la belleza, y su hijo Cupido,
dios del amor y la sensualidad. El espejo permite al
espectador observar el rostro de la diosa que en un principio
estaba oculto, ya que esta se encuentra de espalda.
8. 4. Platón de Atenas (circa 427 a.C. – 347 a.C.) fue
un filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro
de Aristóteles, que habla de la belleza como el
nombre común de las cosas bellas y que tenían
una armonía en sus proporciones por lo se
percibía desde un punto de vista objetivo. Esta
percepción de la belleza se siguió manteniendo
en la Edad Media. Como consecuencia del auge
del cristianismo de esa época, la belleza
dependía de la intervención de Dios. De modo
que, si se consideraba bello algo, es porque había
sido una creación divina. De ahí que se
distinguiese entre la belleza material, externa y
que se marchita con el tiempo, y la espiritual, la
interior y permanente como la bondad, el amor, la
simpatía, etc. Después de la Edad Media, con el
Renacimiento, la belleza tiene una concepción
más naturalista, más próxima a la Grecia
clásica.
9. Tanto así que podemos ver que esta obra
pertenece a platón, primero porque se valora
la figura estética de la mujer ; aparece un
ángel sosteniendo el espejo el cual significa
la presencia divina de esta época, ya que la
belleza era denominada como un regalo
divino e infinito en el campo espiritual.