1. Desde septiembre del 2000, 189 países suscribieron la declaración de los Objetivos
del Milenio donde se comprometieron a cumplir, hasta el año2015, algunos
objetivos mínimos de lucha contra la pobreza.
La Declaración del Milenio fue un llamado global a volver a poner en el centro de
acción, política, social y económica, el combate contra la pobreza humana.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son las metas específicas de reducción de
la pobreza, más completa y que más amplio apoyo han obtenido en el mundo.
El Ecuador ha asumido la agenda de las ODMs proponiéndose superarla, es decir,
ir más allá. Es verdad que desde hace tiempo el país se ha propuesto algunas
metas más ambiciosas como lo es la universalización de la educación básica,
mientras que los ODMs, proponen la universalización de la educación primaria. Sin
embargo, los objetivos y políticas, reflejan un compromiso vasto y mucho más
sistemático que los hechos en periodos anteriores, con el logro de metas
ambiciosas del desarrollo humano, se requiere de la construcción de genuinas
alianzas entre diversos sectores y grupos de la población y un compromiso solidario
a nivel internacional.
Desde esta perspectiva, cada capítulo aborda un breve estado de la situación de
los indicadores principales de la cobertura de los programas sociales pertinentes
en cada meta y la sugerencia de nuevas intervenciones para alcanzar los objetivos
en cuestión.
2. .
La meta de reducción de extrema pobreza en el Ecuador presentó un serio
revés entre 1995 y 2006, pues no existen avances significativos para
alcanzar la meta y que por lo tanto se tendría una década perdida en el
logro del objetivo de reducción de la extrema pobreza.
Se plantea que una estrategia de reducción de la pobreza debe tomar en
cuenta los siguientes elementos: contar con sistema de protección social
ante crisis naturales y/o macroeconómicas; fomentar el desarrollo de
capacidades de los pobres en especial en educación y salud, crear
mecanismos de inclusión productiva para los pobres, y finalmente, contar
con un sistema de seguridad social que cubra a los pobres.
Por otro lado el país amplia el objetivo 1 e incluye como meta al tema de la
desigualdad. Básicamente se plantea revertir la tendencia al incremento de
la desigualdad observada en los últimos años. A la luz de esta meta,
también se encuentran resultados poco alentadores. Por el contrario, se
observo un incremento de la desigualdad en la última década.
3. La reducción del hambre en el Ecuador debe plantear la desnutrición
infantil como problema central. Por otra parte, el Ecuador enfrenta un
problema de mala nutrición, caracterizado por deficiencia en vitamina
A, zing, sobre peso y obesidad, entre otros. Finalmente existen otros
elementos como seguridad alimenticia y factores productivos, que
prolonguen el ciclo de la pobreza y agudizan el tema alimentaria y
nutricional en el país.
4. Para el 2006 uno de cada diez niños/as entre 5 y 14 años, no se matriculan
en educación general básica. En términos de eficiencia interna, de cada 10
estudiantes matriculados en séptimo de básica, solo 7 llegan a octavo. Esto
incide negativamente en los resultados educativos, dado que solo 5 de cada
10 niños mayores de 14 años culminan la educación básica.
El estancamiento en la erradicación del analfabetismo, así como sus
sostenidas brechas según sexo, condición étnica constituyen otro problema
a abordar decididamente.
5. Aunque el plazo de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es el año
2015, la meta de la paridad entre los géneros se estableció para 10 años antes, un
reconocimiento de que la igualdad en el acceso a la educación es la base de los otros
objetivos de desarrollo. Sin embargo, las estadísticas más recientes indican que por
cada 100 niños que no van a la escuela, hay 117 niñas en la misma situación.
Hasta que no vayan a la escuela el mismo número de niñas que de niños, será
imposible impartir el conocimiento necesario para eliminar la pobreza y el hambre,
combatir la enfermedad y asegurar la sostenibilidad del medio ambiente. Además,
millones de niños y niñas seguirán muriendo innecesariamente, una cifra que
compromete las demás metas del programa para el desarrollo.
6. Alrededor de 29.000 niños y niñas menores de cinco años- 21 por minuto- mueren
todos los días, especialmente de causas que se podrían evitar.
Más de un 70% de los casi 11 millones de muertes infantiles que se producen todos los
años se deben a seis causas: la diarrea, el paludismo, las infecciones neonatales, la
neumonía, el parto prematuro o la falta de oxígeno al nacer.
Estas muertes se producen sobre todo en el mundo en desarrollo. Un niño de Etiopía
tiene 30 veces más probabilidades de morir al cumplir cinco años que un niño de
Europa occidental. Entre las muertes infantiles, en Asia meridional y central se
producen las mayores cifras de muertes neonatales, mientras que en África
subsahariana se registran las tasas más elevadas. Dos terceras partes de las muertes
ocurren en solamente 10 países.
Y la mayoría se pueden evitar. Algunas de estas muertes se deben a enfermedades
como el sarampión, el paludismo o el tétanos. Otras son el resultado indirecto de la
marginación, los conflictos y el VIH/SIDA. La desnutrición y la falta de agua potable y
saneamiento contribuyen a la mitad de todas estas muertes infantiles.
7. Pero las enfermedades no son inevitables, ni tampoco los niños enfermos tienen por
qué morir. Las investigaciones y la experiencia indican que 6 millones de los casi 11
millones de niños y niñas que mueren todos los años podrían salvar la vida por medio
de medidas nada sofisticadas, basadas en pruebas empíricas y eficaces en relación a
sus costos, como vacunas, antibióticos, suplementos de micronutrientes, mosquiteros
tratados con insecticida y una mejora de las prácticas de atención familiar y lactancia
materna.
Estas medidas forman la base de las actividades de UNICEF para ayudar a los niños y
niñas a sobrevivir, y se llevan a cabo por medio de cientos de aliados y de las oficinas
sobre el terreno -así como empleados itinerantes- en todo el mundo.