1. 40. POR QUÉ LLAMAMOS
PADRE A DIOS
La filiación divina
2. Por qué llamamos Padre a Dios
FILIACIÓN 2
Bernardo
Cortina
s Porquenos ha creado a su imagen y
semejanza: somos persona y somos
persona espiritual.
s Por la especial providencia que Dios
tiene sobre todos los hombres, a
quienes ama y gobierna como seres
libres.
3. Por qué llamamos Padre a Dios
FILIACIÓN 3
Bernardo
Cortina
s Sobre todo porque nos ha elevado a
tomar parte, por la gracia en la vida
íntima de la Santísima Trinidad,
concediéndonos una participación en
la naturaleza divina (2P 1,5), que nos
diviniza, y nos hace hijos en el Hijo,
hermanos, por adopción, del Hijo
Unigénito.
4. Por qué llamamos Padre a Dios
FILIACIÓN 4
Bernardo
Cortina
s Porque habiendo perdido esta dignidad
por el pecado, al llegar la plenitud de
los tiempos, envió Dios a su Hijo,
nacido de mujer... para que
recibiéramos la condición de hijos. Y
la prueba de que ustedes son hijos, es
que Dios envió a su interior el Espíritu
de su Hijo (el Espíritu Santo), que
grita: ¡Abba Padre! (Ga 4, 5-6).
5. Por qué llamamos Padre a Dios
FILIACIÓN 5
Bernardo
Cortina
s Porque nuestro Señor
Jesucristo nos ha dicho:
ustedes, pues, oren así:
Padre nuestro... (Mt 6,9).
6. FILIACIÓN 6
El sentido de la filiación divina:
fundamento de la vida espiritual
Bernardo
en el orden en el Cielo:
Cortina
en la
sobrenatural plenitud de
creación: (re-creación): hijo filiación
persona de Dios divina
Ya ahora somos hijos de Dios, pero
todavía no se ha manifestado lo que
seremos. Cuando se manifieste seremos
iguales a Él porque le veremos como es
(1Jn 3, 2).
7. FILIACIÓN 7
El sentido de la filiación divina:
fundamento de la vida espiritual
Bernardo
Cortina
La vida cristiana —la santidad— consiste
en vivir de acuerdo con esta altísima
dignidad:
como hijos de Dios Padre en el Hijo
(formando como una sola cosa con Él),
por el Espíritu Santo (vínculo de unión
entre el Padre y el Hijo, y por tanto, quien
nos hace hijos adoptivos del Padre).
8. Filiación divina: ser el mismo Cristo
FILIACIÓN 8
Bernardo
Cortina
s Para vivir como hijos de Dios
es preciso considerar
frecuentemente que lo somos:
en esto consiste el sentido de
la filiación divina.
9. Filiación divina: ser el mismo Cristo
FILIACIÓN 9
Bernardo
Cortina sUna vez que el Hijo Unigénito se
ha hecho hombre, vivir como hijo
de Dios significa imitar a Cristo.
No sólo externamente, sino vivir su
misma vida sobrenatural, cada vez
con más plenitud, hasta llegar a ser,
no sólo otros Cristos sino el mismo
Cristo, es decir:
10. FILIACIÓN 10
Filiación divina: ser el mismo Cristo
Bernardo
Cortina
( cumplir la voluntad divina
haciéndonos, como Jesús,
obediente hasta la muerte y
muerte de Cruz (Flp 2,8),
para redimir a las almas:
Estoy crucificado con Cristo.
Vivo, pero ya no soy yo el
que vive, es Cristo quien vive
en mí (Ga 2, 19-20).
11. FILIACIÓN 11
Filiación divina y Santa Misa
Bernardo
La Misa es el centro y raíz de la
Cortina
s
vida de un hijo de Dios, porque es
renovación sacramental del
sacrificio de Cristo. Cada día
podemos unir nuestras obras a los
méritos de Cristo, como la gota de
agua al vino que se convertirá en su
Sangre, para corredimir con Él, con
afán de salvar a todas las almas.
12. FILIACIÓN 12
Filiación divina y Santa Misa
Bernardo
Cortina
s En la Misa adquieren
valor nuestras acciones
diarias, hasta las más
pequeñas, realizadas por
amor a Dios.
13. FILIACIÓN 13
Hijos de Dios, hijos de María
Bernardo
Cortina
s Cristo es Hijo de Santa
María, y nos dio a su
Madre por Madre en el
Calvario. Ser hijo de
Dios es ser hijo de
Santa María. Por Ella
nos viene toda la vida
sobrenatural que nos ha
ganado su Hijo.
14. FILIACIÓN 14
Filiación y virtudes teologales
Bernardo
Cortina
s La vida de un hijo de Dios es
vida:
—de fe: confiar plenamente en Dios y a
abandonarnos en sus manos: Busquen
primero el Reino de Dios y su justicia,
y todo lo demás se os dará por
añadidura (Mt 6,33);
15. FILIACIÓN 15
Filiación y virtudes teologales
Bernardo
Cortina
s La vida de un hijo de Dios es
vida:
—de esperanza: porque si somos hijos,
también herederos de Dios (Rm 8, 17).
La filiación divina nos da la garantía de
que Dios nos tiene preparada la
herencia de Cielo;
16. FILIACIÓN 16
Filiación y virtudes teologales
Bernardo
Cortina
s La vida de un hijo de Dios es
vida:
—de caridad: porque los que se dejan
guiar por el Espíritu Santo, ésos son
hijos de Dios (Rm 8, 14), que es Amor.
17. FILIACIÓN 17
Filiación divina: consecuencias
Bernardo
Cortina temor filial de
fortalecimiento ofender a Dios
ante tentaciones
y dificultades ver la mano
amorosa de
Dios en los
aborrecimiento acontecimien-
del pecado: tos de la vida:
confianza en la
venial todo es para
misericordia de Dios
deliberado bien (Rm 8, 28)
tratar como hijos de vivir contemplando a
Dios a los hijos de Dios nuestro Padre Dios
18. FILIACIÓN 18
Filiación divina y fraternidad cristiana
Bernardo
Cortina
s Al llamar a Dios Padre
tratar como Nuestro reconocemos que la
hijos de
filiación divina nos une en
Dios a los
hijos de Cristo "primogénito de
Dios muchos hermanos" (Rm
8,29), por medio de una
verdadera fraternidad
sobrenatural.
19. FILIACIÓN 19
Filiación divina y fraternidad cristiana
s La Iglesia es esta nueva
Bernardo
Cortina
tratar como comunión de Dios y de los
hijos de
hombres (cf. CEC, 2790). Por
esto, la santidad cristiana, aun
Dios a los siendo personal e individual,
hijos de no es nunca individualista o
Dios egocéntrica: todos los
cristianos han de sentir una
gran responsabilidad
apostólica: ¡Todos con Pedro
a Jesús por María!
20. FILIACIÓN 20
Filiación divina y fraternidad cristiana
Bernardo
s La fraternidad que establece la filiación
Cortina
divina se extiende también a todos los
Dios a los hijos de Dios
hombres, porque todos en cierto modo
tratar como hijos de
son hijos de Dios —criaturas suyas— y
todos están llamados a la santidad: No
hay, pues, más que una raza: la raza de
los hijos de Dios. Por ello, todos hemos
de sentirnos solidarios en la tarea de
conducir a toda la humanidad hacia Dios.
21. FILIACIÓN 21
Filiación divina y fraternidad cristiana
Bernardo
Cortina
s Lafiliación divina nos impulsa por
tanto al apostolado, que es una
Dios a los hijos de Dios
tratar como hijos de
manifestación necesaria de filiación y
de fraternidad. La santidad —plenitud
de la filiación divina— es inseparable
del apostolado.
22. FILIACIÓN 22
Vivir siempre en presencia de Dios
Bernardo
s Dios no está lejos de nosotros,
Cortina
porque en É1 vivimos, nos movemos
y somos (Hch 17,28). Está presente en lo
más íntimo de sus criaturas (cfr. CEC,
300).
vivir s Además, la Santísima Trinidad
contemplando
a nuestro inhabita en el alma en gracia
Padre Dios como en un templo (cf. Jn 14,23;
2Co 6,16).
23. FILIACIÓN 23
Vivir siempre en presencia de Dios
Bernardo
Cortina
s Es posible ser habitualmente
conscientes de la cercanía de
Dios procurando transformar la
vida entera en una oración
continua, mediante el
cumplimiento exacto y amoroso
de los deberes cotidianos (cf. CEC,
vivir 2659 y 2745). Toda la jornada
contemplando puede ser tiempo de oración: de
a nuestro la noche a la mañana y de la
Padre Dios
mañana a la noche (Es Cristo que
pasa, 119).
24. FILIACIÓN 24
Vivir siempre en presencia de Dios
Bernardo
Cortina
s Parallegar a vivir siempre en la
presencia de Dios es preciso un
esfuerzo constante por elevar el
corazón al Señor:
s paraesto nos son de gran ayuda
vivir
contemplando las industrias humanas o
a nuestro despertadores de la presencia
Padre Dios de Dios.
25. FILIACIÓN 25
Vivir siempre en presencia de Dios
Bernardo
Cortina Primero una jaculatoria, y luego otra, y otra...,
s
hasta que parece insuficiente ese fervor, porque las
palabras resultan pobres...: y se deja paso a la
intimidad divina, en un mirar a Dios sin descanso
y sin cansancio. Vivimos entonces como cautivos,
como prisioneros. Mientras realizamos con la
mayor perfección posible, dentro de nuestras
equivocaciones y limitaciones, las tareas propias
de nuestra condición y de nuestro oficio, el alma
ansía escaparse. Se va hacia Dios, como el hierro
atraído por la fuerza del imán. Se comienza a amar
a Jesús, de forma más eficaz, con un dulce
sobresalto (Amigos de Dios, 296).