El almendro el día de segovia 24 de diciembre de 2016
1. segovia34 SÁBADO 24 DE DICIEMBRE DE 2016
EL DÍA DE SEGOVIA
DE VUELTA
DE TODO POR
NAVIDAD
El segoviano que protagonizó uno de los
anuncios más populares de El Almendro,
el del marinero, entre 1989 y 1996, repasa
esa etapa delante y detrás de las cámaras
TELEVISIÓN RECUERDOS DE LAS NAVIDADES
D. ASO | SEGOVIA
davidaso@eldiasegovia.es
No dejarán la misma huella en
las nuevas generaciones los
anuncios de televisión de hoy, por
muchos motivos, más fáciles de ol-
vidar que los de ayer. Incluso los de
los turrones El Almendro no calan
como antes, aunque retengan sole-
ra. A finales de los 80, todavía en la
edad dorada de la publicidad tele-
visiva en España, con un zapping
cortodedoscanalesnacionalespú-
blicos, el impacto de cualquier spot
multiplicaba el de ahora. Las au-
diencias de casi 20 millones de es-
pectadores pegados a un mismo
programa son historia, igual que
algunos de los anuncios más sona-
dosdeaquellaépoca;yenNavidad,
aparte de la atención que suscitaba
ver cuál sería el último anuncio del
año viejo y el primero del nuevo,
los de El Almendro eran la absoluta
referencia con su eterno ‘Vuelve a
casa vuelve’.
De vuelta de todo aquello está
Víctor Hugo Serna, natural de Se-
govia, madre deValdeprados y pa-
dre de Otero de Herreros, donde ha
vivido y disfrutado no pocas navi-
dades; allí vive su hermana, con-
servan la casa familiar y también el
bar Los Arcos, aunque no lo llevan
ellos. Es el marinero que regresaba
a casa por Navidad con El Almen-
dro, una de las versiones de más
éxito,sinolaquemás,hastaelpun-
to de que se emitió cinco tempora-
das entre 1989 y 1996. Dos veces re-
tiraron su spot y otras tantas lo re-
cuperaron al comprobar que los
nuevos no funcionaban igual; has-
ta que el asunto militar comenzó a
perder tirón.
«ME TOCÓ LA LOTERÍA». Víctor
era un joven anónimo de 19 años
cuando rodó el anuncio, estudian-
te de IngenieríaTécnica Industrial
y peón de albañil. Su padre, encar-
gado de esa misma constructora,
que hacía paradores por toda Es-
paña, tuvo que trasladar a la fami-
lia de Otero a Moguer (Huelva) y
después a Alcalá de Henares. Allí
vivían cuando Sonia, hermana de
Víctor, vio en un periódico el anun-
cio del casting para El Almendro.
«Yo no tenía nada que ver con ese
mundillo, me llevó medio engaña-
do y casi tuve que escaparme de la
obra para presentarme, diciendo
que tenía que pasar un momento
por la Escuela de Industriales», re-
cuerda. Pero donde acudió fue a un
local de la calleVinaroz de Madrid,
Serna, con el abrigo que llevaba en el ‘spot’, en la entrada a su casa de Otero. / R. B.
En Moguer le hicieron una fies-
ta con bienvenida incluida del al-
calde, salió en periódicos de Huel-
va y nacionales pero, curiosamen-
te, «sequía total» en Segovia: «Que
yo sepa, ésta es la primera vez».
Durantelosañosdeemisióndel
anuncio dobló un documental, flir-
teó con la radio y estuvo cerca de
participar en una película hispano-
francesa: «Pero mi padre se negó, o
más bien me dijo‘si te vas no vuel-
vas’, porque quería que acabase la
carrera», yVíctor terminó dejando
la que llevaba con su flamante
BMW prestado. «Cuando aparecí
con el coche de madrugada por
Otero a mi padre no le hizo ningu-
na gracia:‘O te centras o te centro’,
y me centré». También fue gracias
a su mujer: «Conocerla sí que fue
una lotería, a partir de ahí, ni tenta-
cionesnimásaventurasdeesaépo-
ca». Se casaron en la catedral de Se-
govia y con el fin de la emisión del
anuncio se apagó la fama. Acabó la
Universidad y hoy es ingeniero de
aplicaciones de alta tecnología en
una empresa estadounidense con
sede en SiliconValley.
Padre de tres hijos, residente en
Madrid y, tras haber viajado por
medio mundo, «aún más enamo-
rado» de Segovia, donde también
tiene casa en San Rafael. Atrás que-
da la historia de El Almendro, aun-
que la empresa todavía le envíe re-
cuerdos por Navidad. Y a sus 47
años, de vuelta de todo. O casi.
donde se encontró «una cola tre-
mendadegenteguapa,muchosdel
teatro que veían en ese casting su
oportunidad». Se sintió fuera de si-
tio, pero alguien salió a preguntar
quién quería ser el primero y ahí le-
vantólamanoVíctor,«conprisapor
volver a la obra». Pasó tres pruebas,
gustó a la productora y al cliente,
«igual porque daba imagen de sim-
pático, inocente y algo paleto», y se
lo llevaron a rodar a Galicia.
«Me tocó la lotería», celebra. Por
una semana de trabajo cobró unas
700.000 pesetas de entonces (4.207
euros), «casi lo que en un año de al-
bañil» y suficiente para pagarle un
R-18 de segunda mano a su padre.
Y además siguió cobrando «entre
100.000 y 120.000 pesetas (de 600 a
721 euros)» por cada Navidad que
se emitió. «Fue como mi beca de
estudios» y aquel rodaje, un pasa-
portea«lafarándulaylanochema-
drileña». «Me invitaron a muchas
fiestas, conocí a gente famosa... me
recuerdo con un BMW 325 de la
época y dinero no faltaba.Vi de to-
do y me ofrecieron de todo, pero no
caí en la tentación».
«’O te centras o
te centro’, me
dijo mi padre al
verme en Otero
de madrugada
con un BMW. Al
final me centré»