20. En cuanto a nosotros, acostumbramos castigar a nuestros enemigos, no con palabras, sino con actos. No te convertiremos en juez en nuestros problemas con los tarentinos, samnitas o el resto de nuestros enemigos, y tampoco te aceptaremos como garante para el pago de cualquier indemnización, sino que decidiremos el resultado con nuestras propias armas y fijaremos los castigos que nosotros deseemos. Ahora que estás avisado de ello, prepárate para ser no nuestro juez, sino nuestro rival. Publio Valerio Levino