2. Una sucesión de hechos sorprendentes
ayudan al espermatozoide a fecundar
el óvulo y a que el embrión se implante,
con éxito, en el útero.
3. Abandonar la vagina, ascender por el
cérvix, atravesar la cavidad uterina y
alcanzar las trompas de Falopio donde,
con suerte, un óvulo espera a ser
fecundado. La tarea del
espermatozoide no acaba aquí. Aún
debe ser capaz de romper la envoltura
del óvulo y fertilizarlo y, después, éste
debe llegar al útero y anidar con éxito...
4. Este período va desde la concepción
hasta la tercera semana, y en éste las
células comienzan a multiplicarse y a
diferenciarse. En concreto, a medida
que aumentan, las células se dividen en
dos zonas; una externa que se convertirá
en la placenta, y una interna que darán
forma al embrión.
5. Desde la tercera a la octava semana de
gestación se forma el denominado
embrión, y todos sus
órganos, corazón, cabeza, brazos, piern
as, ojos, nariz y boca… También en este
período se formará el tubo neural que
más adelante será el sistema nervioso
central.
6. Desde la novena semana hasta el
nacimiento el organismo pasa de
denominarse embrión a llamarse feto.
se producen las mayores transformaciones
del desarrollo prenatal.
De ser un organismo indiferenciado pasa a
ser un organismo sexuado, con la
formación de los órganos sexuales.
7. El corazón tiene un ritmo más fuerte, y
brazos y piernas se desarrollan más, con
la formación de dedos y uñas.
Otros órganos como el digestivo y
excretor se desarrollan completamente.
8. En los últimos meses se perfeccionan los
sistemas respiratorio y cardiovascular ya
solo esperando el día del
alumbramiento.