1. EL UNIVERSO
El cielo resultaba mágico e incomprensible para los hombres primitivos. Contemplaron el cielo con
admiración y, convencidos de su influencia en la vida humana, constituyó la base de las primeras
creencias religiosas.
Pronto advirtieron la diferencia entre las simples estrellas (que creyeron fijas) y los astros en
movimiento visibles a simple vista, como la Luna, el Sol, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Agruparon las constelaciones a las que impusieron nombres: Géminis, Cáncer, etc.
La periodicidad en la sucesión de las fases de la Luna condujo a la institución del mes lunar; la
regularidad en la salida y la puesta del Sol, así como su trayectoria de levante a poniente,
desembocó en la noción del día solar y condujo al establecimiento de un horario.