El documento presenta tres oraciones sobre el evangelio del reino de Dios. Primero, Jesús nos libera de nuestras antiguas cargas para usar nosotros para su reino. Segundo, Jesús es el Señor, él da las órdenes y nosotros debemos obedecer. Tercero, debemos buscar primero el reino de Dios y su justicia sobre todas las otras cosas.
1. El Evangelio Del Reino
"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados,
y yo les daré descanso. Carguen mi yugo y aprendan de
mí..." (MATEO 11:28-29)
Introducción
Un maestro tenía tres discípulos. Un día les dijo:
-Escuchen mis palabras, meditad en ellas y poned en
práctica sus enseñanzas.
El primero se dijo así mismo:
“Leeré las explicaciones dadas ya por otros intérpretes.
Así entenderé mejor las enseñanzas de mi maestro.”
Pero las explicaciones de los sabios eran tan numerosas
que el discípulo nunca pudo examinarlas, y, abandono su
empeño.
El segundo dijo:
“Meditare yo mismo en las palabras de mi maestro sin
consultar a nadie a si terminare antes.”
Pero las reflexiones resultaban tan superficiales y
mediocre se avergonzó y abandono también su proyecto.
El tercero al ver lo que había acontecido a sus
compañeros, dijo:
“iré a que mi maestro me explique el mismo sus
enseñanzas.”
A lo que el maestro respondió:
-Bien hecho, buen discípulo, bienaventurado eres porque
ni descargastes tu tarea sobre otros, ni pretendistes
asumirla solo. Para profundizar mis palabras habré tu
corazón a todo lo que te ayude a entenderlo. El discípulo
que guarda mis enseñanzas en como un coleccionista
inteligente, que atesora todas las joyas que encuentre, sean
nuevas o viejas, recién talladas o desgastadas por el uso.
El que tenga oídos para oír oiga.
Con frecuencia nosotros olvidamos las riquezas de los pasajes
bíblicos debido a que nos familiarizamos tanto y los
memorizamos que al final perdemos de vista el verdadero
significado. Vamos a comenzar a examinar algunos textos de
la Biblia para extraer un poquito de sus joyas usaremos la
parte didáctica y la descriptiva, dicho de otra manera la
enseñanza y el ejemplo que se nos da, para entender lo que
nuestro Salvador decía.
I. Él nos libra de nuestras antiguas cargas a fin de
usarnos para su reino.
1 "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y
agobiados, y yo les daré descanso. Carguen mi yugo y
aprendan de mí..." (MATEO 11:28-29)
Vamos analizar este texto a la luz de algunas experiencias.
a) Mate 5:18,19 El endemoniado de gadara
b) ¿Qué agobiaba a este hombre?
2. c) ¿Cuándo recibió liberación?
d) ¿Cuál fue el yugo que se le impuso?
e) A todos nos encanta escuchar el primero de los dos
versículos, el 28. Pero las palabras de Jesús "carguen
con mi yugo" no nos resultan tan agradables. La
salvación es más que ser librados de cargas y desafíos.
En realidad la persona es librada de su yugo, pero para
reemplazarlo con otro: el de Jesús. Él nos libra de
nuestras antiguas cargas a fin de usarnos para su reino.
Nos liberta de nuestros propios desafíos para que
podamos enfrentar sus desafíos. Cuando la persona se
convierte al Señor, deja de vivir para sí y comienza a
vivir para Él.
f) La mejor medicina que podéis dar a una iglesia no
es predicar o sermonear, sino planear trabajo para
sus miembros. Si se lo pone al trabajo, el
desalentado pronto olvidará su desaliento, el débil
se hará fuerte, el ignorante inteligente, y todos
estarán preparados para presentar la verdad como
es en Jesús. Encontrarán un auxilio infalible en
Aquel que ha prometido salvar a todos los que
vienen a él (Review and Herald, 25 de junio, 1895).
II. Jesús es el Señor, Él da la orden, y nosotros
obedecemos.
1 "¿Por qué me llaman ustedes 'Señor, Señor', y no hacen
lo que les digo?" (Lucas 6:46).
a) La experiencia de Zaqueo
¿De qué manera Jesús se presentó ante Zaqueo? Si en
lugar de haber sido Jesús hubiera sido uno de nosotros
los que le testificamos, nos hubiéramos aproximado
así:
-¿Es usted el señor Zaqueo? Encantado de conocerlo.
-Oh, este... mucho gusto, encantado...
-Señor Zaqueo, quisiera conversar un momento con
usted.
Por favor, ¿podría consultar su agenda? Sé que es una
persona muy ocupada, pero tal vez podría concederme
algunos minutos.
¿Cuándo le parece que podría ser?
Esta clase de enfoque le permitiría hacer a Zaqueo la
elección.
Es muy posible que respondiera:
-Bueno, veamos, ¿se trata de algo importante?
-A decir verdad, pienso que es sumamente importante,
aunque tal vez usted no esté de acuerdo conmigo.
-Bien, veamos. Mmm... esta semana la tengo toda
ocupada.
Tal vez algún día de la próxima semana.
"Zaqueo, baja enseguida. Tengo que quedarme hoy
en tu casa" (Lucas 19:5).
¿Quién es el señor?
¿Quién da la orden?
¿Qué debemos hacer?
3. Jesús es el Señor, Él da la orden, y nosotros obedecemos. La
salvación no es cuestión de elegir obedecer.
Obedecer es reconocer que Jesús es la autoridad, el Señor.
Luego de haber pasado un rato cenando, Jesús dijo:
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa" (Lucas 19:9).
¿En qué momento fue salvo Zaqueo?
Nadie le explicó el plan de la salvación.
Fue salvo cuando obedeció al Señor.
La seguridad de nuestra salvación no está basada en estar de
acuerdo con ciertas doctrinas o fórmulas teológicas. Si fuera
así, con tantos puntos de vista e interpretaciones diferentes,
no habría seguridad de salvación. Sabemos que somos salvos
cuando Dios está primero en nuestra vida.
b) Exactamente igual ocurrió con el joven rico que
preguntó: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer
para heredar la vida eterna?" (Lucas 18: 18). Este
joven había guardado la ley desde su niñez. Jesús
le respondió: "Todavía te falta una cosa: vende
todo lo que tienes (...,) Luego ven y sígueme" (v.
22).
c) En otra ocasión, Jesús le mandó a otro hombre
que lo siguiera, y este dijo: "Señor, primero
déjame ir a enterrar a mi padre" (Lucas 9:59).
d) Otro hombre le dijo: "Te seguiré, Señor; pero
primero déjame despedirme de mi familia"
(Lucas 9:61).
El arrepentimiento no es una invitación, es un mandamiento.
De otro modo, Jesús no castigaría a los que lo rechazan.
"Dios... manda a todos, en todas partes, que se arrepientan"
Hemos sido librados de una raza de desobedientes para
formar un reino de discípulos obedientes
e) Dios "nos libró del dominio de la oscuridad y nos
trasladó al reino de su amado Hijo, en quien
tenemos redención, el perdón de pecados"
(Colosenses 1: 13-14).
Cuidado con un evangelio diluido y presentado en
cómodas cuotas mensuales.
III. La prioridad el reino de Dios.
2 Jesús dijo: "Mas bien, busquen primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán
añadidas" (Mateo 6:33).
3 ¿Qué cosas? El contexto no deja lugar a dudas, las
cosas secundarias son: comida, ropa, un techo donde
cobijarse, las cosas elementales de la vida. Es muy
frecuente escuchar que la gente le pide a Dios: "Dame
un trabajo mejor", "te ruego que me sanes". A veces
ponemos a orar por nosotros a todos los amigos y a la
iglesia entera. Parece que cuesta mucho convencerlo a
Dios. Si hay que rogarle tanto para que nos de las
"cosas", ¿no será que es porque no estamos buscando
primero su reino? Él prometió darnos todas las cosas
sin que le pidamos, si nuestra actitud es primero su
4. gobierno. Es decir, si Él reina en nuestra vida. Todo lo
que yo necesito hacer es obedecerle y, al mirar a mi
alrededor, sin duda vaya exclamar: "¿De dónde me
vinieron todas esas cosas sin pedirlas? Me fueron
añadidas mientras buscaba solo hacer su voluntad".
4 La mayoría de los creyentes vivimos como si Jesús
hubiera dicho: "Busquen primero qué van a comer, qué
van a vestir, qué casa van a comprar, qué automóvil les
gustaría tener, cuál empleo le producirá mayores
ingresos, con quién se casarán y qué deporte van a
practicar, luego..., si les sobra tiempo, si no les resulta
molesto, si tienen ganas, por favor, hagan algo para mi
reino en sus ratos libres".
5 Dios espera que centímetro a centímetro, debemos ir
recuperando aquello que pertenece a Dios. Para poder
trabajar para su reino, necesito comer y para comer
tengo que trabajar. Pero yo no trabajo para comer ni
como para trabajar. Trabajo para comer y como para
trabajar, para poder extender el reino de mi Señor.
1 Esto cambia mis valores. No vaya la Universidad para
sacar un título; voy allí a expandir el reino de Cristo, y
mientras lo hago, también obtendré un título
universitario. No trabajo en la compañía Ford para
ganar mi sustento y punto. No, estoy allí porque Dios
me necesita en ese lugar para extender su reino, y
sucede que la compañía me paga para que yo lo haga.
Esto no quiere decir que vaya llevar un púlpito y un
"¿Por qué me llaman ustedes 'Señor, Señor', y no hacen
lo que les digo?" (Lucas 6:46).
2 órgano al trabajo. Pero sí quiere decir que debo amar a
mis compañeros, superiores y subalternos, trabajar
mejor que nadie, brillar, hacerles favores y luego
procurar hacerlos discípulos de Cristo. Por eso, "todo
lo que hagan de palabra o de obra, háganlo en el
nombre del Señor Jesús" (Colosenses 3: 17). Esta es la
respuesta a la pregunta de Jesús: "¿Por qué me llaman
ustedes 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo?"
(Lucas 6:46).