cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
El sábado enseñaré | Lección 4 | El llamado al discipulado | Escuela Sabática
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El sábado enseñaré...
Texto clave: Lucas 9:23.
Enseña a tu clase a:
Saber y comprender los elementos básicos del discipulado.
Sentir y aceptar el compromiso personal del discipulado.
Hacer: Ser un discípulo activo y responsable.
Bosquejo de la lección:
I. Saber: Elementos básicos del discipulado.
A. ¿Por qué eligió Jesús a doce discípulos y más tarde envió a los Setenta?
¿Cuál es la función de un discípulo en el establecimiento del Reino de Dios?
B. ¿Qué entiendes que son los cuatro principios del discipulado que presenta
Lucas 9:23: negarse, tomar la cruz, tomarla diariamente, y seguir a Jesús?
C. ¿Cuánto cuesta el discipulado? ¿Por qué es costoso? ¿Con qué se puede
medir su costo?
II. Sentir: El compromiso personal del discipulado.
A. ¿Cuál es la diferencia entre la relación de Pablo con Timoteo y la de Cristo
con Pedro? ¿Por qué la segunda es diferente?
B. Aunque la iniciativa del discipulado descansa en Jesús, quien llama (Luc.
5:10, 11) y elige (Juan 15:16), ¿qué clase de compromiso se espera del que
es llamado (Luc. 9:23-25)?
C. ¿Cómo podemos interpretar, en el contexto actual, el llamado a dejar todo y
seguir a Jesús (Luc. 14:25-33)? ¿Es posible hoy ser un discípulo secreto
como Nicodemo y José de Arimatea lo fueron? ¿Por qué sí o por qué no?
(Ver Juan 12:42, 43.)
III. Hacer: Ser un discípulo sensible y responsable.
A. ¿Cómo llegamos a ser discípulos según la respuesta que le damos a
Cristo?
B. ¿Cuál es la responsabilidad de un discípulo para con el evangelio, para con
los otros dentro y fuera de la comunidad de la fe, y para con el mundo en
general?
Resumen: El discipulado es obediencia al llamado de Jesús a permanecer
en él, hacer lo que él nos pide, y ser la sal y la luz de este mundo.
2. Material auxiliar para el maestro // Lección 4
Ciclo de aprendizaje
Texto destacado: Lucas 5:1-11.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Un milagro ¿sigue a la
obediencia? ¿O la obediencia sigue a un milagro? Aunque ambas situaciones
pueden ser posibles, es mejor confiar y obedecer al Señor primero, y permitir que su
voluntad sea hecha, como él la elija. Tal sumisión permitió a Pedro soportar la
siguiente experiencia hermosa. Cuando el Carpintero de Nazaret les dijo a Pedro y
a sus amigos que echaran la red al mar, el pescador veterano, que no había
pescado nada durante la noche de labor, no podría haber estado más frustrado.
Pero las palabras de Pedro definen el discipulado de buena manera: trabajamos
toda la noche sin resultados, pero "en tu palabra" (Luc. 5:5) echaremos la red. El
verdadero discípulo debe estar siempre listo para obedecer la palabra del Maestro.
Su palabra es una orden, y ese es el deber del discípulo.
{ 1: ¡Motiva! }
• Solo para los maestros: La reacción inmediata de Pedro a la pesca
milagrosa fue el reconocimiento de ser pecador en la presencia del divino Maestro.
La relación de Pedro con Jesús cambió: de un reconocimiento de Jesús como un
maestro-alguien conocido en la región como un gran maestro-, al gozoso descu-
brimiento de que Jesús era el Señor, el Mesías. Cuando una persona experimenta
esa transición, es el secreto del discipulado.
DIÁLOGO INICIAL: "Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador", dijo
Pedro (Luc. 5:8). ¿Era este un pedido de Pedro de retirarse de la presencia del
Señor? De ningún modo. Era una expresión de que era indigno de estar en la
presencia del Mesías. El reconocimiento de que uno es pecador debe preceder a la
sumisión al señorío de Jesús. Con esa sumisión comienza el discipulado.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo experimentaste una sumisión similar a la que cambió a Pedro de ser
un pescador a ser un discípulo?
2. Jesús invitó al pescador maravillado a que lo siguiera. "Desde ahora serás
pescador de hombres" (Luc. 5:10) es la descripción del trabajo que Jesús les asignó
a Pedro y a sus amigos. ¿Qué clase de descripción de trabajo llevas tú como
discípulo?
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Lección 4 // Material auxiliar para el maestro
{ 2: ¡Explora! }
• Solo para los maestros: La palabra "discípulo" aparece más de 250
veces en el Nuevo Testamento, y casi todas están en los evangelios. La palabra
griega es mathetés, que literalmente significa un "seguidor", un "aprendedor", uno
que se dedica completamente al Maestro. Para comenzar, la palabra se usa
principalmente con referencia a los Doce elegidos por Jesús, y enviados con "poder
y autoridad" "a predicar el reino de Dios" (Luc. 9:1, 2; Mar. 3:14). Más tarde, Jesús
llamó a los Setenta (Luc. 10:1-20), y ordenó a sus seguidores que hicieran
"discípulos a todas las naciones" (Mat. 28:19). De esta manera, el discipulado
cristiano, que comenzó con el núcleo de los Doce, se gobierna con el mismo prin-
cipio universal de "todo aquel", que es central en el plan redentor de Dios (Juan
3:16). Por lo tanto, es importante que comprendamos claramente el llamado, las
características y el costo del discipulado.
Comentario de la Biblia
I. El llamado al discipulado
(Repasa, con tu clase, Luc. 5:1-11.)
El discipulado cristiano no es un viaje de autodescubrimiento. A diferencia de
otros sistemas filosóficos o religiosos en los que uno puede elegir llegar a ser un
aprendedor o un seguidor de una persona o una escuela de pensamiento
específicas, el discipulado cristiano comienza con Cristo. Primero, él llama. Él "llamó
a sí a los que él quiso; y vinieron a él" (Mar. 3:13).
El llamado se origina en Cristo. Este concepto del llamado está profundamente
arraigado en la teología bíblica. "Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo" es la forma
en que el Antiguo Testamento expresa la elección de Dios de un pueblo que lo
siguiera, le fuera obediente y cumpliera su voluntad sobre la Tierra. Sea Abraham,
Moisés, Josué, Débora, Daniel o Isaías, fue Dios quien llamó, y la obediencia a ese
llamado resultó en ser parte de los escogidos.
Primero, está el llamado divino: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?"
(Isa. 6:8). O, ert las palabras de Jesús, está la invitación: "Sígueme" (Luc. 5:27; Mat.
4:19; Mar. 1:17). La obediencia a ese llamado -cualquiera que sea la tarea, el
sacrificio, o cuán larga y exigente sea la jornada- es necesaria para el verdadero
discipulado. En realidad, ser un discípulo precede a ser conocido como cristiano
(Hech. 11:26).
Considera: ¿En qué consiste el llamado del Señor al discipulado? ¿Qué in-
volucra nuestra respuesta al llamado de Jesús de seguirlo?
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II. Características del discipulado
(Repasa, con tu clase, Luc. 14:26-33.)
4. Material auxiliar para el maestro // Lección 4
Jesús consideró la elección de los Doce como un asunto muy solemne. Serían
representantes de su Reino, actuarían en su nombre y con su poder (Hech. 1:8). Por
ello, antes de la selección, "fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios" (Luc.
6:12). Fortalecido por la conversación con su Padre, "escogió a doce de ellos, a los
cuales también llamó apóstoles" (vers. 13).
Entre las características que definen el discipulado, quien no puede ser un
discípulo es tan importante como quien puede serlo. Lucas 14:26 al 33 proporciona
tres principios de "quienes no pueden ser". Primero, el que no compromete una
lealtad completa a Cristo (por sobre las obligaciones a sus padres o el amor a un
cónyuge, o hijos, o hermanos, o las presiones de la vida propia) no puede ser un
discípulo. Segundo, el que no somete su vida completamente al Maestro no puede
ser un discípulo. Tercero, el que no puede abandonar todo lo que posee no puede
ser un discípulo. Quien no toma el llamado de Jesús en toda su seriedad, o se
compromete a una negación propia total, y ofrece una obediencia absoluta a él, no
cumple con las condiciones del discipulado.
Considera: "Negarse a sí mismo es darse cuenta solamente de Cristo y ya no
más del yo, es ver únicamente al que va delante y ya no más al camino que es
demasiado duro para nosotros. Una vez más, todo lo que puede decir la negación
propia es: 'Él va adelante, mantente cerca de él".—Dietrich Bonhoeffer, The Cosí of
Discipleship, p. 97. ¿Por qué el discipulado involucra la negación propia? ¿Quién no
puede ser un discípulo, y por qué?
III. El costo del discipulado
(Repasa, con tu clase, Luc. 9:23-26.)
Se dice que Martín Lutero dijo que un cristiano es primero y principalmente un
crucíano (una persona de la Cruz). Jesús definió el costo del discipulado en
palabras que no se pueden olvidar: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Luc. 9:23). La negación propia, llevar la
cruz cada día y seguir a Jesús adonde nos lleve es el costo del discipulado.
Ser un discípulo de Jesús es un privilegio incomparable y un honor supremo. El
llamado puede demandar de nosotros el sacrificio máximo, pero ese mandato nunca
puede asemejarse al descenso de Jesús desde la sala del Trono de Dios a la
vergüenza y los sufrimientos del Calvario. De este modo, cuando "nos embarcamos
en el discipulado, nos entregamos a Cristo en unión con su muerte: entregamos
nuestras vidas a la muerte. Comienza de este modo; la cruz no es el fin terrible de
una vida que era temerosa de Dios y feliz, sino que nos encuentra al comienzo de
nuestra comunión con Cristo. Cuando Cristo llama a un hombre, le pide que vaya y
muera. Puede ser una muerte como la de los primeros discípulos, que tuvieron que
dejar sus hogares y trabajo para seguirlo [...]. Pero es la misma muerte cada vez: la
muerte en Jesucristo, la muerte al hombre viejo, a su llamado".-Bonhoeffer, ibíd., p.
99.
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Lección 4 // Material auxiliar para el maestro
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
De acuerdo con Jesús, ¿cuál es el verdadero costo del discipulado? ¿De qué
modo el discipulado es un honor supremo y, al mismo tiempo, el sacrificio más
profundo?
{ 3: ¡Aplica! }
• Solo para los maestros: Imagínate a Pedro corriendo a su casa para
Informar a su esposa que ya no pescará más, "He cambiado de trabajo. Desde
ahora, pescaré hombres", dice Pedro. "Pero no comemos hombres, comemos
peces", protesta la esposa de Pedro. ¿Cómo podría Pedro haber calmado a su
esposa y transmitido un enfoque positivo de la noticia de su nuevo trabajo como
discípulo de Jesús? (Ver El Deseado de todas las gentes, p. 249).
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:
1. El llamado al discipulado no es una invitación a una vida de meditación. La
meditación es importante, pero más significativo es seguir el principio: trabajar con
hombres y mujeres, perdidos, solitarios, temerosos, y mostrarles a cada uno el
camino a una vida transformada por el Señor. ¿De qué forma eres tú un discípulo en
este sentido?
2. William Barclay, un erudito en el Nuevo Testamento, identifica por lo menos
seis características de un buen pescador. Debe tener 1) paciencia, 2)
perseverancia, 3) coraje, 4) "tener una noción exacta del momento correcto", 5) la
capacidad de "adecuar la carnada a la clase de pez" y 6) la habilidad de
"mantenerse oculto" [de sus presas]. "El buen predicador y maestro no se
presentará ante los hombres sino que presentará a Jesús".-Mateo 1:86, 87. ¿De qué
maneras puedes relacionar estas características con tu vida como discípulo?
{ 4: ¡Crea! }
• Solo para los maestros: Lean Lucas 9:3 antes de hacer la siguiente
actividad.
ACTIVIDAD: Cristo indicó a sus discípulos que viajaran "livianos", y no llevaran
nada consigo. Sin un bastón. Sin pan. Sin dinero. Sin una túnica extra. Pide a los
alumnos que escriban las respuestas a las dos preguntas siguientes:
1. ¿Cuán práctica es esta instrucción en el contexto actual?
2. ¿Cómo reaccionas ante esta instrucción en el discipulado?
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